Los sueños de Antoine de Saint-Exupéry continúan vivos en el musical Antoine, escrito y dirigido por el español Ignasi Vidal, quien ofrece una mirada íntima y conmovedora a la vida del autor francés en esta producción de dos horas que, casi como un regalo del espíritu idealista del autor, sirve hoy también para cumplir las ambiciones de grandes nuevos talentos locales sobre el escenario. Uno de ellos, Gustavo Gómez Durán, debutará este jueves 21 de julio en el rol de uno de los personajes más queridos por el autor: el Principito.

Bailarín, cantante y actor, el director artístico del Teatro Sánchez Aguilar, Ramón Barranco, menciona a Gómez entre los rostros que el público descubrirá en esta ocasión en un rol coprotagónico, pues el artista de 26 años no es ajeno al escenario, donde ya ha participado en otras producciones, entre ellas Cenicienta (2017), Que cante la vida (2018) y El libro de la selva (2018), en las que integró el elenco con papeles menores.

Gómez se ha lucido además como miembro de la compañía de danza guayaquileña En Avant, dirigida por Jessica Abouganem, que recientemente cumplió un nuevo ciclo de funciones de su espectáculo Mandala en la Casa Cino Fabiani, en Las Peñas.

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Es un bailarín muy talentoso y trabajador, pero quienes lo conocemos coincidimos en que su mayor virtud es su buena disposición”, comenta Abouganem. “No todos ven los retos como oportunidades, pero él sí y por eso se nutre siempre de diferentes fuentes y es también aprendiz de sus propios estudiantes con la generosidad que lo caracteriza”.

El camino de un artista

A los 15 años su profesora de música eligió a Gustavo para que integrara el coro del Liceo Cristiano, en donde cursó sus estudios, y esas primeras presentaciones marcarían sus encuentros iniciales con el público, algo que siempre le provocó nervios.

“Creo que tenía pánico escénico”, confesó el guayaquileño. “En ese tiempo, siempre me temblaba la mandíbula antes de salir al escenario; quizás era la adrenalina… Me temblaban las piernas, pero era el momento de salir a enfrentar los miedos”. Así, poco a poco, fue ganando la confianza necesaria que le permitió disfrutar de sus interpretaciones.

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Dos años más tarde se sumergiría en el mundo del baile, tras audicionar para una beca en la academia Clap Danza, la cual obtuvo a sus 17 años. “Allí pude familiarizarme con muchos géneros a la vez. Aprendí ballet, jazz, danza contemporánea, hiphop, flamenco, danzas españolas. Y soy profesor también de tap dance”, detalla.

Además, decidió sumar a sus habilidades la danza aérea y realizó unos cursos cortos en Argentina sobre la Bharatanatyam, un tipo de danza clásica hindú; también la danza tradicional coreana.

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“Ahora puedo integrar un poco de todo lo que sé para hacer crecer mi puesta en escena, no solo como intérprete multifacético, sino también como desarrollador del movimiento; puedo implementar y agarrar otras técnicas para darle más fuerza a mi propia técnica y performance. Cuento con más recursos sobre el escenario”, explica.

Con su participación en el musical Antoine, Gómez se muestra emocionado al poder combinar tres habilidades: canto, actuación y baile; y, con el apoyo de todo el elenco y su director, lograr dominarlas. Asimismo, sus rizos oscuros pasaron a un tono rubio emblanquecido como parte del rol.

“Me gusta muchísimo la sinceridad y la inocencia de mi personaje”, comenta. “La obra es una composición fenomenal que nos hace reflexionar sobre nuestras propias decisiones, sobre nuestras vidas. Y el personaje es ese ‘algo’ muy puro que a veces obviamos de nuestras vidas”.

El artista comparte además el entusiasmo que sienten también su familia, sus cinco hermanas y sobrinos, por verlo cultivar los frutos de su esfuerzo sobre el escenario. “No existe un sacrificio cuando trabajas por lo que sueñas, pero sí mucha disciplina”, precisa. “Todos los días hay que entrenar de cierta hora a cierta hora, y solo así se construye una compañía, un elenco estable, que refleja su dedicación en su performance y que se traduce en un producto que al público le complace ver”.

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Producción original

Gómez estará en el escenario con el actor lojano Santiago Carpio, quien da vida al autor Antoine de Saint-Exupéry. Así, creador y creación forman un hilo cautivante durante todo el musical.

Desde la izq. Ignasi Vidal, autor y director; Gustavo Gómez (el Principito), Santiago Carpio (Antoine) y Ramón Barranco, director artístico. Foto: Francisco Verni Peralta

La obra es una idea original de Ignasi Vidal, quien también la dirige, y que alcanzó el premio MAX a espectáculo revelación 2021. Su puesta en escena en Ecuador será la primera fuera de España.

Lo que se cuenta aquí es la vida del autor. Se trata de unas memorias poéticas que, debido a las desavenencias políticas entre el autor y el futuro régimen de Charles de Gaulle, sus partidarios la convirtieron en una obra infantil, pero no es una obra infantil. Esto ha traído muchos equívocos durante todos estos años, porque justamente ha sido tratada así, cuando la intención auténtica de Antoine era escribir para el niño que todos los adultos llevaban dentro. No era una obra destinada a los niños”, precisa Vidal, quien lleva ya varias semanas en ensayos con el elenco ecuatoriano.

Algunos de ellos son Nicole Rubira (Consuelo), Ana Passeri (Mrs. Reynal y otros), Fabo Doja (Eugene y otros), Hugo Alejandro (Henry Guillaumet y otros) y Jonathan Lara (Herve Mills y otros).

“Es un musical muy dinámico y, sobre todo, una pieza muy emocionante que al público le transporta a una época muy convulsa. Y muestra el alma de un artista muy preocupado por su tiempo”, precisa el dramaturgo, que ya ha presentado otras piezas en nuestra ciudad, entre ellas Dignidad (2017) y Coexistence (2017).

Este estreno marca además la primera gran producción del Teatro Sánchez Aguilar de este año en su escenario principal y con aforo completo.