Una viuda con su hijo y un montón de cuadros de un pintor rechazado. Tras enterrar a su esposo, el futuro lucía incierto para Johanna van Gogh-Bonger, quien había estado casada con Theo van Gogh, hermano menor del hoy famoso Vincent van Gogh, pero cuyo trabajo, a la fecha de su muerte, en 1890, no era considerado prestigioso o notable.

Vincent había muerto de un disparo, que se cree se autoinflingió; y, solo un año después, en 1891, también falleció su hermano menor, heredando así toda la obra de Vincent a su viuda, Johanna.

Autorretrato de Vincent van Gogh.

El Museo Van Gogh (Ámsterdam), inaugurado en 1973 por su sobrino, Vincent Willem van Gogh, publicó en 2019 una biografía que se centra en ella como persona y en su destacada labor publicitaria de la vida y el trabajo de su cuñado Vincent, documentada tras varios años de investigación.

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Seis semanas después de la muerte de su hermano, Theo organizó una exposición conmemorativa de la obra de Vincent; pero luego, tras enfermar él también, toda la labor recayó en Jo, como ella se hacía llamar.

Theo van Gogh pintado su hermano Vincent.

Todo esto está capturado en Everything for Vincent: The Life of Jo van Gogh-Bonger (Todo por Vicent: La vida de Jo van Gogh-Bonger), de Hans Luijten, investigador principal del Museo Van Gogh y cuya edición en inglés se publicó en 2020.

Luego de la muerte de Theo, Jo tomó posesión de los dibujos, pinturas y cartas de Van Gogh, junto con la colección de obras de Vincent y Theo de otros artistas contemporáneos. Y entonces inició un enorme esfuerzo por llamar la atención del público hacia la obra de su cuñado a través de exposiciones y ventas.

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Durante el tiempo que estuvo casada con Theo, también fue testigo de la correspondencia que intercambiaban los hermanos, llegando a entender su enorme importancia para capturar la obra de Vincent, sus detalles y sentimientos detrás de cada escenario. Seleccionar y editar las cartas no solo la acercó más al artista, sino también a su difunto esposo, ya que los hermanos eran muy cercanos.

En 1914, Jo publicó la primera edición de las cartas de Vincent a Theo, y ese mismo año hizo que a Theo lo volvieran a enterrar en Auvers-sur-Oise (París, Francia), en una tumba contigua a la de su hermano. Jo había estudiado inglés y trabajado de manera constante en la traducción al inglés de las cartas. Cuando murió, en 1925, Jo había traducido aproximadamente dos tercios de las cartas. La edición en inglés de las cartas se publicó cuatro años después.

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Primera edición de la correspondencia dirigida a su hermano menor, Theo, publicada bajo el título ‘Cartas a su hermano’ (1914).

Un legado de madre a hijo

Tras enviudar, abandonó París para establecerse en Países Bajos, donde se casó nuevamente con Johan Cohen Gosschalk. Fue cofundadora en 1905 del Club de Propaganda de Mujeres Socialdemócratas de Ámsterdam, que se propuso mejorar la educación de la clase trabajadora y las condiciones laborales de las mujeres. Murió el 2 de septiembre de 1925.

Su único hijo, Vincent (nombrado así en honor a su tío), eligió una profesión mucho más pragmática, la de ingeniero mecánico. No obstante, respetó la vasta colección de arte que había heredado y fue generoso al prestar las obras a varios museos. Después de la Segunda Guerra Mundial, se interesó aún más por la colección y comenzó a soñar con establecer un museo dedicado específicamente al arte de su tío. Este proyecto se convertiría en los actuales Fundación y Museo Van Gogh, a los que dedicó más de una década supervisando su desarrollo y construcción.

No puedo hacer nada al respecto si mis cuadros no se venden. Sin embargo, llegará el día en que la gente verá que valen más que el coste de la pintura y mi subsistencia, muy exigua de hecho, que ponemos en cada uno de ellos”, escribió Vincent a Theo, el 25 de octubre de 1888.

Esta fue la misma correspondencia que inspiró el eje central de la película Loving Vincent (2017), que sigue el trayecto del protagonista que tiene como misión entregar un carta del fallecido Vincent a su hermano, Theo van Gogh.

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Cumpliendo el deseo de Theo

El hermano menor de Vincent siempre buscó concienciar al público sobre el trabajo de su hermano. Jo quería cumplir este deseo, en memoria de su esposo. Aunque su objetivo no estuvo libre de angustia: “Cariño, cariño, ¿por qué nos dejaste tan temprano? Te necesitábamos tanto y te amaba tanto, me estabas convirtiendo en una mejor persona, ¡qué será de mí ahora!”, escribió en su diario personal, también traducido al inglés.

Se mudó de París a la ciudad holandesa de Bussum, donde abrió una casa de huéspedes. Bussum fue el hogar de muchos escritores y artistas, a quienes Jo conoció y que entonces la ayudaron a encontrar su camino en el mundo del arte.

También organizó exposiciones de ventas para aumentar la visibilidad del trabajo de Vincent, lo que ayudó a despertar el interés de los compradores potenciales. Hizo muchas ventas estratégicas de las obras de arte: a colecciones accesibles al público y en todo el mundo. Esto significó que tantas personas como fuera posible pudieran ver el trabajo de su cuñado.

Afiche de una exposición organizada por Johanna van Gogh en Ámsterdam, en 1892, dos años después de la muerte de Vincent.

En 1905, Jo realizó su hazaña más significativa hasta la fecha: la mayor retrospectiva de la obra de Vincent, celebrada en el Museo Stedelijk de Ámsterdam. Se exhibieron más de 480 obras de arte. Después de esta exposición, los precios de la obra de Vincent aumentaron rápidamente.

“Estoy encantada de que, después de años de indiferencia del público hacia Vincent y su obra, sienta que la batalla está ganada”, escribió Jo.

En su biografía, que también motivó extenso reportaje en The New York Times, Luijten rinde homenaje a Bonger: “Como guardiana del legado de Vincent, ella fue la base sobre la que se construyó el culto a Van Gogh”.

Johanna van Gogh-Bonger y su hijo Vincent Willem van Gogh, nombrado así en honor a su tío. Foto: Museo van Gogh.