“¿Están listos para volar?”. La pregunta aparece al principio de Elvis, el último sueño cinematográfico de Baz Luhrmann. Estamos a mediados de la década de 1950 y Tom Parker —coronel sucedáneo, aspirante a director de talentos, casi un psicópata— está sentado junto a un tímido Don Nadie llamado Elvis Presley. Acaban de subir a una rueda de la fortuna en una feria rural de Misisipi, y el voluminoso Parker quiere saber si su colega buscará el estrellato a cualquier precio.

“Sí, señor, estoy listo, listo para volar”, responde Elvis. En cuanto se hace el pacto con el diablo, la atracción comienza a girar.

Últimamente, una versión de la misma escena, o al menos el mismo diálogo, ha ocurrido en la vida real, con Austin Butler, que interpreta el papel principal en Elvis, como el tímido Don Nadie que está a punto de convertirse en una estrella.

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En 2019, cuando Butler consiguió el papel, después de superar a Harry Styles y Ansel Elgort, Hollywood expresó su incredulidad. El gran presupuesto de Elvis exigía un artista que cantara, moviera las caderas y fuera poseído por el espíritu de un ídolo, y Butler aún no había demostrado su talento, pues la mayor parte de su experiencia provenía de programas de televisión para adolescentes de bajo presupuesto. Entonces comenzó el rodaje de Elvis en Australia (tras un largo retraso por la pandemia), y los rumores del plató empezaron a extenderse por el mundo del cine: Butler, este larguirucho con voz grave, podría ser el auténtico protagonista.

Cuando Warner Bros. empezó a proyectar Elvis a los expertos de la industria el mes pasado, muchos espectadores salieron encantados y compararon a Butler, de 30 años, con Brad Pitt en sus inicios. Como lo exclamó emocionada Lisa Marie Presley, la hija de Elvis, después de una de esas proyecciones: “Si Austin Butler no gana un Oscar, me pondré furiosa”.

En otras palabras, Hollywood ya decidió que Butler está al borde del estrellato, quizá incluso del superestrellato. Tom Hanks, Leonardo DiCaprio y Denzel Washington han estado aconsejando a Butler y haciendo cabildeo tras bambalinas en su nombre. Denis Villeneuve eligió hace poco a Butler como el villano de Dune: Part Two. (El actor comenzó un entrenamiento intensivo de combate con cuchillos para poder interpretar ese papel). Butler también protagonizará Masters of the Air, una próxima saga de guerra producida por Tom Hanks y Steven Spielberg para Apple TV+.

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“Austin está viviendo ese momento de estar al borde del estrellato, y lo sé porque fuimos juntos a la Met Gala”, comentó Luhrmann. La cuestión es saber si Butler está preparado para un ascenso de otro mundo, en caso de que se produzca, y si en realidad lo desea.

Vivir como una estrella

“Estoy tratando de aprender a vivir con esta una nueva falta de privacidad”, dijo durante una entrevista reciente con el New York Times. “Puede ser muy incómodo”. Hasta hace poco, los paparazzi estaban más interesados en las mujeres de su vida: Butler mantuvo una relación de nueve años con la actriz Vanessa Hudgens que terminó en 2020, y ahora sale con la modelo Kaia Gerber.

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“Era un niño ansioso y muy tímido, hasta el punto de que, si estábamos en un restaurante, le susurraba a mi madre lo que quería pedir, y ella tenía que pedirlo por mí”, relató Butler. “Y sigo siendo muy tímido”.

Butler exhibe un pequeño tatuaje del número “27″ que tiene en su muñeca izquierda. Era el número de la suerte de su madre, explicó. Ella murió de cáncer en 2014, cuando él tenía 23 años. “Ella era mi mejor amiga”, aseguró. “Ella decía que el 27 era su número de Dios. Cada vez que lo veía, sentía que Dios la cuidaba”.

“Luego tuve una pesadilla horrible”, dijo. “Soñé que mi madre estaba viva, pero moría de nuevo. Y cuando desperté, me sentí total y terriblemente desconsolado. Mi dolor era abrumador. Y de repente, me di cuenta de que Elvis, que también perdió a su madre cuando solo tenía 23 años, pudo haber vivido momentos así. Quizá incluso se haya despertado del mismo sueño”.

Todavía en bata, Butler se sentó frente al piano y se grabó cantando Unchained Melody, que también había estado practicando. “Pero en vez de cantarle a una pareja romántica, se la canté a mi madre”, relató.

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Envió la grabación de una sola toma a Luhrmann. A los pocos días, habían citado a Butler, que vive en Los Ángeles, a la casa del director en Nueva York. “Desde el momento en que entró, fue conmovedor, espiritual, amable, simplemente brillante”, aseguró Luhrmann.

Butler, que todavía habla con el acento de Elvis, creció cerca de Disneyland. Su padre, David, trabaja en bienes raíces comerciales y su madre, Lori, dirigía una guardería desde su casa. Mientras que su hermana mayor, Ashley, era una animadora popular, Butler era un joven hogareño, y aprendió a tocar la guitarra y el piano; andaba en patineta en una rampa improvisada en el patio trasero; y se obsesionó con las películas de James Dean y Marlon Brando en Turner Classic Movies. “Tenía una espontaneidad animal increíble, y yo estaba extasiado y fascinado”, opinó Butler sobre Dean.

Butler comenzó a tomar lecciones de actuación en la adolescencia. “Recuerdo que imprimí el guion de Tiempos Violentos cuando tenía 12 años y se lo leí a mi madre mientras me llevaba a clase”, dijo riendo.

Su gran oportunidad llegó en 2018, cuando su actuación en la nueva versión de Broadway de The Iceman Cometh llamó la atención de los críticos -y del protagonista del espectáculo, Denzel Washington, que animó a la Agencia William Morris a apoyar a Butler. Más o menos durante la misma época, Butler consiguió un papel pequeño pero notable en Había una vez en... Hollywood, de Quentin Tarantino en donde interpretó al seguidor de Charles Manson, Tex Watson.

Washington también ayudó a convencer a Luhrmann para que se arriesgara y eligiera a Butler.

“Hubo momentos en los que tuve miedo”, dijo Butler. “¿Puedo lograrlo? ¿Seré un fracaso? ¿Descubrirán que soy un fraude? Pero luego empecé a sentirme cómodo con el miedo, hasta poder decir: ‘Veo el miedo, pero no podrá detenerme’”.