¿Lograré convertirme en la persona que soñé? es la gran pregunta que se plantea el personaje principal de Gafas amarillas, la nueva película dirigida por Iván Mora Manzano, que se estrena en el Festival Cinequest, en Silicon Valley, California.

El filme fue invitado para participar en la competencia oficial de largometraje. Se trata de un encuentro de cine estadounidense que se hace de manera online hasta el 30 de marzo.

El director de cintas como Sin otoño, sin primavera y el documental La bisabuela tiene alzhéimer, entre otras cintas, indica que en esta ocasión se trata de una comedia sobre un estado de pausa. “Es una historia de estar perdido en la vida, como de estar buscando respuestas”, dice Mora en una entrevista para este Diario.

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Gafas amarillas narra la historia de Julia (Paloma Pierini), una mujer de 30 años que tras una ruptura amorosa se muda a un frío departamento rodeado de cajas sin desempacar y donde se enfrenta a los pequeños conflictos cotidianos de soledad.

“Ella ha venido del extranjero, donde ha vivido muchos años con su pareja. Es una mujer que está volviendo a reconfigurar quién es ella. Busca trabajos que un poco cumplan estos sueños que ella tenía”, cuenta el realizador.

Alejandro Fajardo y Paloma Pierini actúan en 'Gafas amarillas', de Iván Mora Manzano.

En este proceso Julia cruza su camino con dos guayaquileños: Darío (Enzo Macchiavello), un atractivo mesero con ínfulas de poeta, quien la lleva a conocer a Ignacio (Alejandro Fajardo), un empleado de una fotocopiadora que trata de protagonizar una obra de teatro. “Es como que a partir de ese momento la historia pasa a ser un triángulo amoroso”, cuenta el cineasta.

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Una historia en la que se relacionan quiteños y guayacos. “Yo soy un guayaquileño que vive en quito. Uno trata de contar un poco lo que conoce (...) también me interesaba que era algo importante contar el mundo de los guayaquileños en Quito, en ese entorno ocurre la historia”. apunta Mora.

Los sueños, las frustraciones, los descubrimientos

Paloma Pierini es la protagonista de 'Gafas amarillas'.

Gafas amarillas también es la historia de una mujer que, en medio de los diferentes estados de soledad, sueña con escribir; y este anhelo la lleva a buscar espacios que le permitan hacerlo en Quito. ”Son interesantes estos encuentros con el mundo literario en el país, que a veces son pequeños grupos que entre ellos están retroalimentándose pero solo como en una burbuja”, narra Mora, quien cree importante escribir sobre mujeres.

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“Yo tengo dos hijas y siento que hay que hacer historias de mujeres y que las espectadoras jóvenes crezcan viendo estas historias”, sostiene.

El guion fue coescrito con Isabel Carrasco, también productora del filme, en un proceso creativo en el que Mora se permitió jugar con las bondades de la ficción. “El personaje de Julia, la manera en la que yo me planteé escribirlo, fue hacerlo con vivencias también personales mías, yo creo que ese es el gran chiste de la ficción. En la ficción el gran ejercicio creativo es ponerse en los zapatos del otro, aunque el otro sea diferente, en este caso una mujer... me interesaba este universo, me interesaba que la historia se cuente desde la mujer”, expresa.

Coproducida con Brasil

Gafas amarillas es coproducida con Brasil. “Es la primera coproducción que hace el Ecuador con Brasil, para nosotros era importante que se cree este nexo con Brasil, que es una potencia del cine, del audiovisual en general”, indica Mora,

País donde además ganaron el fondo de coproducción de Ancine que les permitió realizar en Río de Janeiro la edición, la mezcla de sonido y la corrección de color.

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En tanto, el rodaje fue hecho en Quito, principalmente en el barrio de La tola, durante cinco semanas en el año 2017.

El filme es producido también por La República Invisible.

Detenidos por la pandemia

Portada de película 'Gafas amarillas', de Iván Mora Manzano. Foto: ´cortesía

Mora señala que la película ya estaba lista para estrenarse en el 2020, pero debido a la pandemia tuvieron que postergarla. ”Habíamos hablado con los cines para que se estrene el año pasado en junio”, dice sobre el filme que aún no tiene una fecha definida para estrenarse en Ecuador, optando más bien por mostrarlo por festivales internacionales (participó también en el Festival Internacional de Cine de Vancouver).

Expresa que si el estreno en salas de cine no es posible, optarán por la opción en streaming. “El cine en salas ya vivía una crisis supergrande en relación con la producción independiente. Es decir, es bien difícil estrenar una película independiente en un mundo donde básicamente competimos con el gran capital de Hollywood”, cuenta.

Sin embargo, considera que a esta lucha contracorriente que ha tenido el cine ecuatoriano en general se sumó la pandemia, acabando con los espectáculos en público. “Es triste ver cómo la cultura no es una prioridad para nadie (...), los intereses comerciales están muy por sobre los intereses culturales. En estos momentos de crisis se evidencia la poca importancia que se da a las manifestaciones culturales”, manifiesta.

“Al mismo tiempo es contradictorio, porque todos se volcaron a ver contenido. Mi película anterior (Sin otoño, sin primavera) la abrimos durante un pequeño periodo de menos de un mes gratuitamente para que la gente la pueda ver, y en este periodo la vieron 15.000 personas. Entonces hay un gran deseo de consumir cultura, pero al mismo tiempo se contradice con las políticas de no darle los mínimos espacios para operar”, añade.

Entonces ¿por qué seguir haciendo cine?

La pasión es como una enfermedad incurable, uno no puede evitar hacer lo que cree que tiene que hacer. Yo hago cine, hago música y escribo, y son cosas como respirar, es decir, no puedo evitarlas. Es mi visión y la energía a la que todavía le dedico todas mis fuerzas.

Iván Mora Manzano