Claudia Nascimento, una mujer afrodescendiente y de clase media, huye de su pareja luego de ser víctima de violencia e intento de femicidio. Esas vivencias serán el contenido de un libro que escribe desde el anonimato y que la conectarán con Lázaro Samaniego, otro sobreviviente de este tipo de abusos, que se narran en El silencio tiene rostro de mujer, ópera prima del quiteño Jarson Wayans.

Wayans, quien está radicado en Brasil, eligió este país para rodar y producir su primera película, que cuenta además con un equipo proveniente de dicha localidad, así como de Portugal, España y Uruguay.

“Llegando a Brasil abrí una productora, comencé a dirigir, a producir teatro; y a partir de ese lugar comenzamos a incursionar en la dirección, porque quería tomar experiencia para poder llegar a la pantalla grande, como es hacer una película”, dice Wayans sobre el proceso previo a la película, que realiza a través de su productora Eva Films, que lleva el nombre de la primera cámara que adquirieron para trabajar.

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El cineasta, de 33 años, explica que El silencio tiene rostro de mujer nace de una carta que su madre le dejó. “Mi mamá me vino a visitar en una época antes de la pandemia, y yo estaba montando un musical de teatro y no había tenido tiempo y el coraje de leer la carta, que era para escribir un libro sobre la vida de mi mamá. Ella ahí habla sobre la violencia. Me dediqué a leer la carta en medio de la pandemia y, entre llorar y todo lo que lo que sucede, me dediqué a escribir junto con un amigo para hacer un cortometraje. Durante ese proceso, tomamos caminos diferentes, y yo continué con el proyecto, que se convirtió en un largometraje”, apunta Wayans.

El actor Sacha Bali (i) y el ecuatoriano Jarsom Wayans (d) en una toma detrás de cámara durante el rodaje del filme. El cineasta quiteño afirma que en Brasil encontró el respaldo para poderse desarrollar dentro de esta rama. Foto cortesía Foto: Lari Marques

Mientras se iba desarrollando el largometraje, Wayans se convirtió en embajador de la organización Amago, una empresa emergente que provee botones de pánico a mujeres que sufren intento de feminicidio o violencia. Luego de involucrarse con esta entidad, el ecuatoriano descubrió la necesidad de no solo contar la historia de su mamá y hermana, sino de todas las mujeres que había conocido en dicha fundación.

“En el proceso, gané un fondo brasilero para comenzar el desenvolvimiento de la película, lo cual me permitió comenzar el rodaje del teaser de la película y poder llegar a más ventanas y acceso, a más de dinero para poder producir la película. Logré ir a varios festivales internacionales, entre esos, uno en Argentina (Ventana al Sur), el año pasado, que me permitió cerrar coproducciones internacionales: cuenta con coproducción uruguaya y portuguesa”, detalla Wayans sobre el filme, que contó con locaciones en Brasil, Montevideo y España.

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El silencio tiene rostro de mujer cuenta con un elenco internacional en el que figuran varios nombres, como Luzia Rosa (Claudia Nascimento), Sergio Mur (Lázaro Samaniego), Sacha Bali (Saulo Leal), Elisa Lucinda (Nubia), Paula Moura (Estella Guimaraes), Natalia Oreiro (madre de Lázaro), Lizette Nedreiros (Ruth) y Pedro Caetano (Gustavo Chebe).

Paula Moura (i) y Luzia Rosa en una de las escenas del filme "El silencio tiene rostro de mujer". Foto cortesía Foto: Lari Marques

Eva Films y Sanuto Producciones, junto con Amago, La Casa de la Mujer Brasileña y otras organizaciones, buscan con esta producción abrir caminos para el diálogo social, abordando las necesidades de más de tres millones de mujeres en situaciones de violencia familiar.

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El proyecto, indica Wayans, pretende donar el 10 % de sus ganancias con botones de pánico a las mujeres víctimas de violencia doméstica. La película aspira a llegar a más de 30 millones de personas, entre hombres y mujeres, de entre 16 y 65 años; personas de sectores populares, pueblos periféricos de Brasil, Uruguay, Ecuador, España y América Latina y el Caribe (ALC), durante los años 2022 y 2023, a través de organizaciones sociales, organismos públicos, como una labor educativa, mediante amplios debates en las universidades.

En octubre comenzará a participar en distintos festivales y, a inicios del próximo año, después de carnaval, llegará a salas de cines, incluidas las de Ecuador. (I)