Ana Cristina Barragán navega en los afectos, el abandono y la fragilidad en ‘La piel pulpo’: Es una película que fue difícil de parir

“Desde siempre he sido supermarina”, declara Ana Cristina Barragán con una felicidad genuina que la remonta a la mujer que va por la playa capturando seres microscópicos con su cámara analógica. La cineasta ecuatoriana separa tiempo de sus pruebas técnicas para hablar con EL UNIVERSO de su segundo largometraje La piel pulpo, que se estrenó el pasado jueves 19 de enero en salas de cine del país. ¿Que está emocionada por su nuevo estreno?, sí. ¿Que fue una película difícil de terminar?, también. Pero lo que verán en las pantallas de cine -promete- será algo sensorial, lleno de aromas, criaturas y con una historia que no dejará la tarea hecha a los espectadores.

Ana Cristina Barragán celebra que su película ‘La piel pulpo’ participe en el WIP Latam del Zinemaldia

“El nombre de la película hace alusión a dos capas, la una es una capa de piel, en la que la peli está muy contada a través de los cuerpos en la arena, las rocas... la relación entre estos cuerpos y su intimidad en estos cuerpos, que son de una forma en la isla y cambian cuando están en la ciudad”, describe Barragán.

Adelanta que su largometraje es toda una exploración visual, lleno de criaturas marinas, que muestran todo “ese mundo animal que está en las profundidades”, como una representación de “esta soledad y aislamiento de los personajes” que forman parte de su filme, así como también muestra “su fragilidad, belleza y su extrañeza”.

Entre las locaciones que forman parte de la cinta menciona a Ancón (Santa Elena), Quito, Guayaquil; mientras que las locaciones externas son internacionales, una parte de este filme se editó en España, se colorizó en Grecia, en tanto que la música y el sonido se hicieron en México y Ecuador.

La piel pulpo sigue a una familia que por decisión de la madre viven en una isla y nunca han ido a la ciudad. Es así como sus tres hijos: dos mellizos (Iris y Ariel de 17 años) y una herma mayor (Lía) crecen en un contacto muy íntimo con la naturaleza. “Son personajes que tienen una libertad en su corporalidad, en su movimiento, en sus formas de comunicarse, como que a veces no usan tanto las palabras. Su sexualidad es más infantil y voraz”, explica.

Objetos que llegan al mar como selfie sticks, tamagotchis y otros llaman la atención de Iris, quien decide ir a la ciudad en su afán por desafiar a su madre y separarse de su hermano mellizo. “Van y exploran esta ciudad como la primera vez”, cuenta Barragán. Las calles ruidosas, los centros comerciales, el rechazo de su padre y el duelo marcan el camino de Iris en la comprensión de su propio ser y del amor por su esencia e identidad.

Al igual que con Alba, la cineasta vuelve a incluir en su reparto a niños, aunque un poco más grandes, con edades entre 15 y 16. “Es como una edad que me parece fascinante, porque hay como una espontaneidad”, dice. Su elenco lo lideran Isadora Chávez Ron, Juan Francisco Vinueza y Hazel Powel, jóvenes actores que debutan en el cine con ella.

También es parte del elenco Cristina Marchán, actriz de teatro y cine con más de 15 años de trayectoria, miembro del grupo Malayerba y actriz en obras como Me.de.as (2022, Gabriela Ponce) y Lo invisible (2022, Javier Andrade).

Experimentando

Para crear el movimiento corporal de cada uno de los personajes y reiniciarse de lo adaptado desde pequeña, Barragán cuenta que en repetidas ocasiones salió a caminar al aire libre concentrándose en el ruido y en lo nuevo. “Trabajé con los actores en las nuevas texturas, en los nuevos sabores”, indica.

Además se valió de sensaciones pasadas. “El pasar mucho tiempo en la naturaleza y después volver a la ciudad, esos choques siempre me generaban sensaciones muy fuertes”.

Pero, eso sí, dice que no fue muy difícil llegar a eso. “Alguna vez alguien me dijo, todos tenemos una isla a la que queremos volver”, declara la cineasta, quien compacta esta idea con los comentarios de las personas que ya han visto su filme. “La sensación de las personas es de regresar a algo perdido de ellos mismos”.

Es por este motivo que advierte que los espectadores se encontrarán con “una película donde el tiempo del mar es distinto... con una película que no te explica todo, donde tú tienes que completar la segunda parte y no te da haciendo el trabajo. Te traspasa en otras maneras, más instintivas, más inconscientes, una experiencia visual y sonora diferente”, expresa, y añade que es una película que invita a pensar sobre los lazos, sobre los afectos, sobre el abandono.

¿Cómo empezó todo?

Cuenta que todo comenzó con un proyecto de fotografía análoga que se llama ‘Espacio Infancia’, un proyecto en que ella fotografía en una playa cerca de Guayaquil, en la que además pasó mucho tiempo, de su infancia “tomando fotos de seres microscópicos, o sea seres pequeños de una pozas donde habitan erizos, babosas, donde hace años había caballitos de mar, algas”.

“A partir de allí empieza una exploración de la playa muy cercana. Además empiezo a tomar fotos de las cuevas y de las rocas, empiezo a fascinarme con este lugar que siempre ha sido mío, pero a través de la fotografía y decido que quiero filmar una película aquí”, comparte.

“Después de hacer Alba, uno de los retos que tenía en mente era lanzarme a hacer una película visualmente muy impresionante. Quería hacer una película donde el universo visual y el entorno, sobre todo, la atmósfera fueran de otro mundo, sin llevarlo a algo fantástico”, añade.

Barragán, quien vivió dos años en San Sebastián al lado del mar, declara que atesora los momentos de naturaleza extrema. “Filmar la película al lado del mar fue tan lindo”, afirma Barragán, quien desearía siempre tener motivos para rodar cerca del mar.

Desde las entrañas

Reconfirma que se trata de una película hecha desde sus más misteriosas entrañas, en la que los contratiempos de la vida fueron superados con su compromiso, respeto y amor por el cine. “Es una película que sale de un lugar muy instintivo, es una película que fue difícil de parir, es una película pandémica que sobrevivió a la pandemia, se paró el rodaje, se filmó en tres partes, que necesitó mucho tiempo de escritura, de montaje, que cambió conmigo”, sostiene del filme, cuyo guion le tomó cuatro años escribirlo.

Pero el esfuerzo le ha valido algunos premios, reconocimientos y recorridos por importantes encuentros cinematográficos. La película tuvo su premier mundial en el 2022 en el Festival de Cine de San Sebastián, en España. Además, fue seleccionada en el Thessaloniki International Film Festival en Grecia y ganó el premio a mejor película en el Festival Internacional de Cine de Autor de Canarias en España. Este año tiene previsto continuar su ruta en festivales internacionales.

Menciona que el proyecto fue financiado principalmente con fondos internacionales, y en Ecuador contó con el apoyo del extinto Instituto de Cine y Creación Audiovisual, Wide Shot Films y otras empresas privadas.

En la actualidad trabaja en un largometraje que llevará por nombre La hiedra, con la actriz mexicana Karla Souza. Trabaja, además, en dos proyectos de fotografía análoga, Espacio Infancia y Turquía X ray.

¿Dónde ver ‘La piel pulpo’?

Está disponible en Cinemark, Supercines, Multicines.

Ana Cristina Barragán es una guionista y directora de Quito. En el 2016 conquistó con su obra prima Alba, cuyo estreno internacional fue en el Festival de Róterdam donde ganó un premio y fue seleccionada en el festival de San Sebastián, aquí obtuvo una Mención Especial del jurado. En su camino por mas de cien festivales Alba obtuvo más de 35 premios internacionales. La película fue la representante del Ecuador para los premios Óscar. (I)