El dictador alemán Adolf Hitler, líder de la Alemania nazi y figura clave en la perpetración del Holocausto, se acostumbró a la majestuosidad y la opulencia durante su régimen, pero eso no incluía a sus familiares. Paula, la hermana menor del Führer, padeció las consecuencias de llevar el apellido Hitler; ella nunca se interesó en la política, no se involucró en el Tercer Reich y adoptó otra identidad para evitar problemas.

Paula Hitler nació el 21 de enero de 1896 en la pequeña comunidad agrícola de Hafeld, Austria. Fue la última de los seis hijos de Alois Hitler y su tercera esposa, Klara. Además, Paula y Hitler fueron los únicos de estos seis hermanos que alcanzaron la mayoría de edad. Alois también tuvo otros dos hijos, Alois Hitler Jr. y Angela Hitler, fruto de su matrimonio con Franziska Matzelberger.

Cuando Paula tenía 6 años, su padre Alois murió, el 3 de enero de 1903, a los 65 años. Entonces su madre Klara se hizo cargo de la familia y se establecieron en un modesto apartamento en Linz, Austria. Durante varios años, sobrevivieron gracias a la pensión de Alois. Klara decidió no trabajar para dedicar su vida a sus hijos.

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Pero solo cinco años después de la muerte de su esposo, Klara enfermó de cáncer de seno y murió a los 47 años. Paula, entonces de 11 años, se apoyó en su hermano mayor, que era siete años mayor que ella. Adolf decidió mudarse a Viena (Austria), mientras que Paula se quedó sola en Linz. Los hermanos vivían de lo que quedaba de la pensión de su padre y de una pequeña pensión estatal. Adolf luego renunció a su parte y se la cedió a su hermana menor.

Paula se mudó a Viena a principios de la década de 1920. Fue ama de llaves, secretaria, y también trabajo en la limpieza de un hospital militar e incluso en un dormitorio judío. Aparentemente no tenía mayor relación con su hermano o con el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. Sin embargo, durante el desarrollo de la II Guerra Mundial, se comprometió con el doctor Erwin Jekelius, oficial del Tercer Reich que fue acusado de ser el responsable de la muerte de unas 4.000 personas en las cámaras de gas.

Hitler se opuso rotundamente a la unión e incluso mandó a arrestar al psiquiatra, que luego fue enviado al frente oriental, donde murió en un campo soviético de prisioneros. Previamente, en 1936, el Führer le había aconsejado a su hermana que cambie de identidad debido a que esta estaba empezando a tener problemas por su apellido. Paula decidió adoptar el apellido Wolf.

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Pese a que sus encuentros eran esporádicos antes de 1940 y nulos durante el auge de la II Guerra Mundial, el líder nazi mantuvo económicamente a su hermana durante todo el conflicto.

Tras la caída del Tercer Reich, Paula fue arrestada e interrogada por los estadounidenses. La mujer quería mucho a su hermano, aunque no apoyaba sus ideas políticas. Cuando fue detenida por los aliados, indicó que no creía que Adolf hubiese tenido participación en el exterminio de millones de personas.

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Al comprobarse que no tuvo ninguna participación con el régimen nazi, fue puesta en libertad y regresó a Viena, donde vivió de sus ahorros de forma austera. Luego consiguió un trabajo en una tienda de artesanías.

En 1952, se mudó a las montañas a las afueras de Salzburgo, Austria. En 1959 fue entrevistada por un reportero británico; allí relató su historia y relación familiar con Hitler. En la última etapa de su vida se trasladó a Hamburgo (Alemania), donde falleció a los 64 años el 1 de junio de 1960. (I)