La pandemia ha logrado detener casi todo, lo que no ha podido es parar el mundo virtual, porque ahora más que nunca se ha convertido en un gran escenario, sobre todo para la música, que se ha reinventado para realizar los conciertos y los estrenos continúan. Y aquí se incluye a Cumbiana, el nuevo disco del colombiano Carlos Vives, su decimocuarto disco de estudio.

Este trabajo discográfico no se trata simplemente de la llegada de un álbum con diez canciones exitosas que se suman a su lista, sino que tiene algo especial para los fanáticos del artista, incluso para los que no son tan seguidores. Este disco también trae un mensaje para las nuevas generaciones.

Lo que sí deja claro Vives es que los temas cuentan con el mismo espíritu de siempre. “Es un poco más de mi música, con un poquito más de conciencia sobre el origen...”, explica Vives a este Diario, por vía telefónica.

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Con Cumbiana, Carlos lleva a un viaje por la diversidad de la música, esta vez por una amplia exploración sonora de los orígenes de la cumbia ¿qué lo motivó a realizar este viaje que nos lleva o traslada al país de los pocabuyes, el territorio chimila que se entrega al caribe en el gran delta del Río Grande de la Magdalena y por qué es importante es conocer el origen en este caso de la cumbia?

Cantando vallenatos, cantando esos géneros de nuestra música, descubrí que la madre de nuestra música en historia, en edad es la cumbia. Uno cuando canta vallenatos como empecé yo cantando los vallenatos clásicos, después inventándome los míos, haciendo como mi pop, mi rock a partir de esas raíces, siempre el vallenato tenía un territorio y te muestra que es hijo de la cumbia, entendiéndose ese sistema de ríos, del Río Grande, sus ciénagas.

Entonces nada, me interesé en como contar un poquito esa historia, por supuesto es música mía, con el mismo espíritu de siempre, porque al final Cumbiana es el nombre que encontré para llamar a ese territorio, para llamar la atención sobre ese territorio y sobre una cultura que está en el origen de nuestra música y sobre una cultura que nos dejó mucha espiritualidad en la música, mucha alegría, nos dejó percusiones, nos dejó cañas. Creó las culturas chimilas, los pueblos originarios americanos antes de la llegada de Europa y que quedaron esas huellas en los vallenatos, en las cumbias, en toda esa música que he usado, en todos estos años de encontrar ese estilo.

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Es más de mi música con un poquito más de conciencia sobre ese origen, llegamos a pensar que todo, todo lo que teníamos de música alegre o de percusión venía del África y resulta que sí, por supuesto, recibimos una gran herencia de las cultura africanas, pero para contar la historia hay que empezar por los pueblos originales americanos y entender esa frase del gran José Benito Barros, compositor de La Piragua, de tantos clásicos de la cumbia... Cuando le preguntaron si la cumbia era el aporte de Colombia en la música afroantillana, él dijo 'la cumbia es andina' y entonces yo le seguí esas huellas para entender porqué había dicho eso y descubro este mundo perdido que está en las Crónicas de Indias que ya los historiadores y musicólogos lo habían contado, como tú decías ese país de los pocabuyes, esa cultura chimila está en la herencia de nuestra música.

Con Cumbiana, Carlos asegura que la cumbia es americana y no como "siempre nos ha contado que la cumbia llegó de África", ¿que lo llevó a esta conclusión?

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Desde fuera hemos sido muy dados a replicar cosas que dicen de nosotros mismos afuera. Se pensó en un momento que un tambor (...), muy famoso en la música cubana pudiese haber llegado a Colombia y que la palabra cumbia probablemente venía de ese tambor cumbé, que sí es una influencia música afroantillana en la música cubana, la música puertorriqueña, pero que no llegó a nuestro Caribe, no llegó al río, no está, no hay influencia lo del nombre de cumbia, no proviene exactamente de la palabra cumbé (...) y entonces eso lo repetimos mucho y pensamos entonces que sí, que la cumbia hubiese podido haber llegado.

No, la cumbia nace, ya está temprano en las Crónicas de Indias, Fernando González, ya habla de las agrupaciones y escribe lo que es hoy un grupo de cumbia, y estamos hablando de 1540, muy temprano del descubrimiento de todo este territorio continental suramericano en donde estamos y habla muy temprano de los indios que tocaban esas cañas que después los españoles llamaron gaitas y nosotros los colombianos decimos somos gaiteros, pero esas cañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, esas cañas de los pueblos elubes, que se quedaron en nuestras cumbias tradicionales tienen ese origen y ya desde el principio de 1500 ya se estaba hablando de los tambores, tambores tan grandes como quisieran...

Por supuesto llegó África y Europa a enriquecer todo, mira como nos vestimos con esas polleras en nuestro folclor, las pañoletas rojas que nos ponemos en el cuello para tocar los tambores, mira las métricas españolas en las letras, las décimas, las octavillas (...). Nuestro país lo conforma toda esa diversidad cultura y sus consiguientes emigraciones que nos trajeron y nos tocaron también, nos mezclamos, y nos seguimos mezclando, pero nuestro complejo hacia lo nativo americano, eso que nos enseñó Europa muy bien, nos hizo no ver el verdadero origen de la cumbia.

¿Cuándo verá la luz ese libro que está escribiendo para contar su experiencia con la cumbia?

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Llevo ya casi siete años trabajando con el profesor Guillermo Barreto, él es de la región de donde yo vengo, precisamente del Magdalena, de lo que se llamó antes Magdalena Grande. Entonces él ha sido un gran recopilador. Por supuesto también es de la teoría americanista, sin negar todo el aporte de las diferentes vertientes que nos surtieron de percusión y de cultura, desde los diferentes lugares del África, y entonces es una locura, porque siempre se encargó como de llenarme de información. Entonces he decidido contar una historia paralela a lo que es la historia y cómo he ido descubriendo, cómo llegué, contar un poquito cómo llegué a cantar vallenatos y cómo voy descubriendo que es hijo de la cumbia y cómo me muestra esa geografía y cómo el río Cesar, que es el río que cuenta la historia del vallenato, es un gran afluente del río Grande y cómo en esos ríos vivían esas culturas que dejaron esas genéticas en nuestra música y contar una historia paralela y al mismo tiempo mostrar toda esa recopilación de datos de los grandes escritores, de los grandes musicólogos.

Incluso de los que hasta erraron en pronosticar el origen de la cumbia, pero son grandes profesores, tuvieron sus influencias y sus cosas, estoy tratando de hacer un libro muy completo en el que además, hilo la historia, contando la historia un poco de cómo fui descubriendo, como porqué en todos nuestros países hermanos hay cumbia hoy en día.

Hay músicos que hacen cumbia hoy en día en Ecuador, en Chile, Perú, Argentina, México, Centroamérica y como para muchos de ellos la cumbia es originaria de ellos, entonces también contar porqué la cumbia se fue y cómo se fue, en qué año se fue la cumbia hacia al norte, hacia el sur.

Rescatar un poquito todas esas historias para que la gente también conozca la razón porqué la cumbia hoy es de todos. Porqué la cumbia nace en un territorio del bajo Magdalena, de esta sociedad anfibia, de esta Sierra Nevada de Santa Marta, que aunque está fuera de las tres cordilleras de los Andes en las que se difurca al entrar al territorio colombiano, la Sierra Nevada de Santa Marta, esa montaña que está a mis espaldas en la ciudad en donde yo vivo, es los Andes, es el Caribe, es un pedazo de Ecuador, de Bolivia, en el Caribe.

Como nuestra característica andina hacen que seamos un caribe más diverso, que además de lo afro, lo andino sea una riqueza en la cultura, entonce los pueblos tayronas, tú has oído hablar mucho por la agente que viaja, del parque Tayrona, toda esa cultura tayrona nos dejó herencia de nuestra cumbia, todas esas cultura tayronas que viven en la Sierra tuvieron una relación muy profunda de espiritualidad con los pueblos anfibios y por eso nos dejaron, por eso están en nuestras bases de nuestra cultura musical.

El lanzamiento del libro está previsto para este año, estoy ampliando un poco, que me pidieron que ampliara, sobre una historia que estoy contando allí y ya estamos listos a entregar el machote, ya están los diseños, se ha adelantado bastante, la verdad. Ya en la consecución del libro hemos trabajo este último año, ya como en el desarrollo final y los años anteriores como recibir información y masticar, y masticar información de tantas fuentes para que sea completo, para no ser injusto con nadie en cuanto a la investigación que ya han hecho grandes maestros, digamos que voy aprovechar un poco mi farándula más bien para tocar el tema, para hablar de muchos de ellos, que escribieron libros excelentes sobre la cumbia y para contar un poquito mi historia.

Carlos une el pasado y el presente de la cumbia en este disco junto con Rubén Blades (Canción para Rubén); con Jessie Reyez (Hechicera); con Ziggy Marley y Elkin Robinson (El Hilo), etc. ¿Cómo se puede describir este proceso de unión para mantener las raíces, pero con toques modernos y frescos?

Sabía que empezando a escribir el álbum, iba a escribir canciones que yo pudiese mandar a amigos con quien habíamos tocado estos temas de conexión de nuestra música, especialmente en nuestra historia con lo andino, con Argentina, con España, con México, con todas nuestras culturas (...). Yo sabía que también el espíritu también del álbum iba ser poder tocar y entonces también cumplir esos deseos de cantar con gente que nos habíamos propuesto la idea y entonces enviarle esas canciones a Alejandro (Sanz) (For Sale). Recibieron una canción muy cumbiera y la transformaron un poco en lo que se transformó la canción que ya conecta esos dos mundos.

Con Rubén también tú sabes esa relación que es como con ustedes de hermanos gemelos, siameses (...), pero la música panameña es cumbia, es tan bonito, es típico que nosotros lo llamamos vallenatos, eso está en la música de ellos, entonces allí hay una conexión por supuesto con la salsa, por supuesto que es el género de Rubén, también fue una manera de expresar esos sonidos nuestros tropicales se hicieron en vallenatos en salsa...

Con Jessie, que es una nueva generación cuando escribí Hechicera quería hacer una canción con una mujer y aunque no conozco mucho de estas nuevas generaciones de la música anglo. Jessie es canadiense pero de familia colombiana y mis hijas la siguen, les encanta la música de ella y me dijeron por qué no le haces la propuesta a Jessie, que además ella había hablado de mí en una entrevista, entonces dije voy aprovechar y me junto a estas nuevas generaciones, le mando algo muy colombiano como Hechicera, que es ese cumbion y se da uno cuenta como se puede conectar con estas nuevas generaciones.

Con Elkin Robinson que es de Providencia, que es una isla que tiene Colombia en el Caribe (...). Entonces unir un caribe tan andino como el mío, tan tayrona como el nuestro, tan cumbiero como el nuestro y un caribe como el de Providencia tan afroantillano. Una vez tuvimos eso realizado, en principio con Elkin pensamos en enviárselo a Ziggy Marley de la familia Marley con la esperanza que de pronto quisiera cantarnos estrofas de las canción, traducidas al inglés y de pronto completar este mundo, estos caribes aparentemente muy diferentes, pero que, mira en la música como se unen de bien y entonces así nace El hilo, contando esta historia sobre este hilo que nos ponen los nativos de la sierra cuando nos quieren asegurar y esta una historia de amor muy linda.

Pero también se dio ese cruce por afecto, estas uniones han sido más por afecto que por alguna estrategia de mercadeo para ampliar a mis seguidores (risas).

De alguna manera creíamos que teníamos del control de nuestras vidas, pero llegó la pandemia para recordarnos que no todo es como queremos, nos obligó a cambiar nuestra forma de trabajar, postergar conciertos y viajes, etc. ¿cómo está viviendo esta época?

Como a todos nos cogió de sorpresa, yo empezaba mi promoción de este álbum y tenía que estar por tu allá por tu tierra, fue ya casi que un mes de promoción. Qué te puedo decir, superar el primer momento de quedarnos como pensando qué esta pasando como nos pasó a todos. Superar un poco ese miedo y empezar a entender un poco lo que estaba pasando y al final seguir trabajando y dar la mano, porque esta situación ha desnudado cosas muy, muy, difíciles, que ya de por sí sabíamos que ocurren en muchas de nuestras poblaciones, con mucha de nuestra gente, en esta desigualdad que vivimos, empeoró muchas cosas.

Yo tengo una fundación (Tras la Perla) trabajo con comunidades, entonces hemos tenido que buscar ayuda, alianzas, unirnos con empresarios, eso ha sido intenso, intenso, pero es el momento, ha sido muy difícil, hemos tratado de llegar con ayuda, acudir a la mayor cantidad de gente posible, en las alianzas independientes, apoyándonos con los centros de alimentos, ha sido complicado eso.

Ver como a veces se nos caen la estantería y se descubren cosas de nuestra sociedad que quisiera uno que pudiéramos superar en algún momento. Además en estas diferencias, divisiones (...) en la política, la corrupción no da tregua, es desalmada.

Hemos aprendido cosas, a decir Dios mío, nos hemos buscado esta vaina, el egoísmo, el maltrato a nuestro ambiente, a nuestro medio, a nuestra naturaleza.

Me sirvió mucho Cumbiana para hablar de estos temas, porque digamos la principal motivación de encontrar ese nombre para denominar un territorio que ha vivido violencias, que fue el territorio más importante, más productivo, las tierras más fértiles e históricamente mucha violencia, política, narcotráfico, indolencia, mucha pobreza. Poblaciones empobrecidas que no eran pobres, poblaciones que tenían un sustento en la pesca, que eran humildes, pero no éramos pobres, pero llegaron los sistemas, contaminaron los ríos (...).

Hemos empobrecido a mucha gente, hoy ya ni los reconocemos, porque ¡uy! esa gente pobre, quien sabe por qué vive sobre el agua, deber ser que no tienen donde vivir y resulta que es la última huella que tenemos de una cultura que nos dio tanto, en lo que somos en nuestra identidad, la música, perdóname que suene a lo mejor, creído como decimos aquí, los que hemos tenido éxito con esa música y con nuestra música se lo debemos a todo eso.

Cumbiana tiene mucho de llamar la atención sobre eso y al mismo tiempo de mostrar a las nueva generaciones que eso no es una pieza de museo, que eso antes de que ser más del pasado es más del futuro, esos ríos que tengamos, esa montañas, esas sierra, esos pulmones, esa Amazonía, que cuidemos eso, porque nosotros apenas nos estamos dando cuenta que estamos en este territorio porque nos dijeron: 'usted va para este territorio y usted va a nacer allí en el Ecuador donde tiene Pacífico, donde tiene Andes, donde tiene selva, porque usted va a cuidar esa vaina. Y usted Carlos Vives que vive en el Caribe, que tiene Pacífico, Caribe, y esa montaña de la Sierra Nevada, tiene ciénegas, usted tiene que cuidar esa vaina'. Porque si no quisiera que fuera así, usted hubiese nacido en Nueva York, usted hubiese nacido en Japón, entonces hablaríamos de lo que usted iba hacer por allá.

Cumbiana es eso, mostrar a los jóvenes que con esa herencia que tienen de ser andinos, de ser pacíficos, de ser caribes, de ser sudamericanos, pueden hacer música moderna, pueden conquistarse a las chicas, pueden conquistar a las nuevas generaciones con buenas ideas, con buenas canciones, valorando a los viejos, valorando a la tierra y mirando al mundo. Hoy la juventud está conectada con el mundo, pero ¿desde dónde está conectada con el mundo?, es el corazón de nuestro países que ellos van a cambiar mucho.

¿Cómo marcha la Ludoteca en el barrio Pescaíto, en Santa Marta?

Muy bien. Hemos tenido que tomar medidas, toda la infraestructura del barrio sigue, no se ha parado, lo presupuestal. Como ya empezaron a abrir, estamos haciendo de una manera muy medida, la parte de construcción que tenemos allá (...). Estamos haciendo la casa de la danza.

La Ludoteca está funcionando muy bien, por supuesto queremos ampliar. Sabes que tenemos una aula viajera, queremos ampliarla a una escuela mucho más grande y estable todos los días, pero seguimos trabajando, gracias a Dios nada para, por supuesto hemos tenido que parar algunas cosas, para ponernos a buscar alimentos, medicinas y seguir empujando el centro de salud, que ya conseguimos la casa, y las instalaciones, vamos a empezar adecuaciones, gracias a Dios no paran, esto (la pandemia) nos ha detenido en algunos aspectos, pero no detienen el camino natural que emprendimos con la fundación, en toda la transformación del barrio... (I)