Érase una vez una locutora que extrañaba narrar luego de pensar y pensar una idea en su mente comenzó a brillar y a sus talentosos amigos decidió llamar, para entretenidos cuentos crear y así el deseo de Sol Betancourt hacer realidad.

Es así como nace 1 minuto de cuentitos, iniciativa que relata historias que en 60 segundos abordan la pandemia de una forma interactiva y lúdica.

“Mi idea nace al darme cuenta de que no hay nada educativo, bonito, algo que no sea aburrido sino algo chévere que a los niños le entren por los ojos con ilustraciones bonitas, un mensaje corto, nada largo”, afirma Betancourt.

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“Queríamos hacer algo muy breve para que ellos puedan aprender, cantarlos, recitarlos, dibujarlos...”, agrega.

Sostiene que los cuentos han tenido buena aceptación, incluso maestros lo han compartido con sus alumnos.

Cada sábado un nuevo cuento es compartido a través de las redes sociales del proyecto. No me gusta esta corona, escrito por Maluly Oliva e ilustrado por Ximena Cárdenas, fue el último.

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Con pincel, espátula, acrílico, óleo, madera, bastidores y más, Cárdenas plasmó su creatividad para darle colores a cada uno de los personajes escritos por Oliva. “Acepté el proyecto y cuando entré a mi taller me di cuenta que no tenía material de ilustración, nada de lápiz , borrador, papel, etc así que bueno hice lo que amo hacer”, cuenta la artista plástica

“Producir estos cuentos es un escape, una chispa de creatividad en medio de todo lo que representa estar aislado”, señala, por su parte, Carla Martínez, autora de Cuando el mundo paró. A ella le pareció todo un desafío escribir una historia completa en un minuto. “Fue un ejercicio de sintetizar las emociones, los personajes…", confiesa.

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Indica que el proyecto –que tiene 10 cuentos más en producción– incluirá historias que involucran la relación con los abuelos, la pérdida de un ser querido y más.

“Esto aporta, esto suma a entender la realidad y a tener estos espacios de arte, de cultura, de lectura para los más pequeños ”, añade la también comunicadora.

Otras de las motivaciones que llevaron a Betancourt a impulsar la iniciativa fue visibilizar el trabajo de las voces.

Algo que respalda Adriana Procel, una de las locutoras que integran el proyecto. “Sería genial que muchas industrias conozcan que en Ecuador hay talento, hay ganas y sobre todo que nos apoyamos como locutores en medio de la crisis”.

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Procel es la voz del Oso Goloso, un personaje que con cuatro pasos enseña una nueva manera de abrazar sin necesidad de tocar.

"Darle vida a figuras, dibujos o muñecos con tu voz creo que es una de las partes más gratificantes de tu profesión, sabiendo que muchos niños le tomarían cariño fue la paga más linda", apunta Procel.

El trabajo final de edición lo hace Tito Proaño. “Fue una oportunidad de aportar cubriendo el vacío que sentí existía en relación a campañas de educación y prevención del coronavirus, en un sector tan vulnerable”, subraya.

"Es un reto cada cuento.. en buena hora hemos formado un equipo de trabajo muy bueno con Juan Carlos Maldonado quien es el animador de los textos ..De esta manera nos organizamos para cada cuento y podemos tener listo un capítulo nuevo cada semana", concluye. (I)