Cada producción musical es una propuesta nueva, un trabajo que recopila sentimientos, hallazgos y crecimiento. Trece, el décimo tercer disco del cantante colombiano Andrés Cepeda, es un recorrido por distintos sonidos del pop, que ha realizado durante estos dos últimos años, en los que ha trabajado en cada sencillo que integra su álbum. Canciones con letras sentidas, con historias y sentimientos con los que podemos identificarnos y que sin duda nos hacen sentir amor, nostalgia, esperanza y alegría (aunque el panorama en el exterior no pinte bien).

“Primero presenté una canción con mis amigos Cali y El Dandee que se llama Te voy a amar, luego hice una con Sebastián Yatra que se llama Magia, luego hice otra con mis amigos de Morat que se llama Déjame ir y finalmente presenté una con mis amigos mexicanos Jesse & Joy”, detalla Cepeda a este Diario, desde el aislamiento que guarda en su casa en Bogotá.

El disco, que se estrenará el próximo 13 de mayo, está dividido en dos partes. La primera con colaboraciones que incluirán a Monsieur Periné y la segunda que tendrá temas interpretados únicamente por él. “Fue un proceso de recolección, de experimentación, de aprendizaje”, dice Cepeda, quien ha recurrido a la música clásica en la cuarentena, como método de relajación dentro de casa.

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El equivocado es su siguiente melodía a compartir en plataformas digitales antes del lanzamiento total del álbum. El número 13, que se repite en este estreno (fecha, nombre del álbum y cantidad de producciones) no tiene un significado especial, al menos no todavía.

“Este número llegó a mi vida cuando me di cuenta de que había hecho tantos álbumes y me pareció que es un número y palabra muy interesante, que la gente le atribuye muchos significados mágicos, otros que le tienen temor, pero me siento orgulloso de haber hecho todos estos discos hasta ahora y más bien tratar de que se convierta en un símbolo de buena suerte”, explica.

Durante la producción de Trece, el intérprete de Día tras día y Tengo ganas disfrutó de las distintas técnicas musicales y de creación de sus compañeros, experiencias que según sostiene lo han enriquecido como músico.

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“Cada uno de los personajes invitados tiene como unas características muy precisas, por ejemplo, con los chicos de Morat el trabajo vocal de los coros que ellos hacen es una cosa muy interesante, me pareció superchévere como conciben ellos la producción de la voz, en el caso de Monsieur Periné es una instrumentación que es muy característica de la banda, donde hay violines, instrumentos de viento, batería, para mí todo esto fue un aprendizaje interesante saber que ahora puedo usar ciertas cosas que a primera vista no se me hubieran ocurrido usar o con Sebastián, la exploración de un sonido que no me hubiera atrevido a hacer”, sostiene.

Reinvención

Consciente de la crisis que se vive a nivel mundial, Cepeda recalca que este tiempo ha servido para que reconozcamos lo valioso que son los oficios de todos de manera individual. “La música nos acompaña y nos damos cuenta de que es importante porque cada uno, desde nuestro rincón profesional, hemos encontrado la forma de seguir sirviendo, yo pienso que por eso no debemos parar la promoción de material nuevo, porque aunque sean otras condiciones y tengamos que reinventarnos, es necesario que siga habiendo música fresca”, refiere.

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Cepeda añade que por ahora las herramientas digitales serán la fuente principal de promoción, así como los streamings y la interacción con los fans en las redes sociales. “Estas se volverán nuestro camino habitual para los artistas (...) ahora todo el mundo se va a poner muy creativo no solamente los artistas, sino las disqueras y los empresarios, encontrando la manera de poder mantener una industria mediante unos canales relativamente nuevos para seguir haciendo lo que hacemos”, admite. (E)

Lo primero que haría si regresamos a la normalidad como la conocíamos es reunirme con mis compañeros músicos, volver a juntar la banda y ponernos a trabajar, a hacer lo que nos apasiona.”.