Existe un mito que durante varios años ha dado la vuelta al mundo, se trata de la predicción de terremotos por medio de animales, pero ¿esto es real o pura coincidencia?

Uno de los casos que se citan es el tsunami que afectó las costas de Sri Lanka, Indonesia y Tailandia en el 2004. En ese evento se registraron 260 000 muertos por las olas de más de 30 metros, pero apenas se registraron muertes de los animales, pese a encontrarse en las zonas afectadas el Parque Nacional de Yala. 

En el 2009, mientras un grupo de investigadores estudiaban los hábitos reproductivos de sapos en Italia se percataron que todas las parejas reproductivas de una laguna desaparecieron. Tres días después se registró un terremoto de magnitud 6,3 en la región de Abruzo que dejó alrededor de 300 muertos. 

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Hay una lucha de opiniones sobre si esto pudo ser una coincidencia o los animales tienen alguna capacidad para detectarlos. El hecho en Italia impulsó uno de estos estudios que en un análisis preliminar  demostró que el temblor habría liberado partículas de que dieron lugar a la formación de peróxido de hidrógeno que puede ser percibido por los animales acuáticos. 

Esta no es la única capacidad que se ha detectado en los animales también se analizó a las abejas y cómo pueden detectar la humedad del aire y evitar ser afectadas por la lluvia al alejarse del lugar. 

Pero un estudio que fue publicado en el boletín de la Sociedad de Sismología de América señala de un error en el enfoque de estos análisis. Un equipo de investigadores del Centro Alemán GFZ para las Geociencias ha reunido un total de 180 publicaciones en el que se analiza el comportamiento anormal de algunos animales en las etapas previas a un terremoto.

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Se analizaron 729 anomalías de 160 terremotos y la reacción de 130 especies (desde perros hasta gusanos de cera). Tras esto se pudo determinar que estadísticamente estos comportamientos previos a un terremoto se tratarían de situaciones muy aisladas. 

Sí se dejó una puerta abierta que no descarta la correlación entre ambos sucesos, pero se sugiere que se debe hacer un seguimiento exhaustivo del comportamiento de los animales. (I)

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