Su rostro se dio a conocer en la pantalla chica. Comenzó con esporádicas apariciones en producciones cómicas hasta lograr apariciones de mayor relevancia en producciones como La Trinity y Sharon, la Hechicera y Sharon, el desenlace, en Ecuavisa

La actriz Krysthel Chuchuca mantuvo el emprendimiento como una constante en su vida. Desde pequeña, cuando ahorraba el dinero que le daba su abuelo para comprar stickers  o accesorios y luego venderlos en la escuela hasta abrir su propia tienda de moda Loli Lolita, la dedicación para ser su propia jefa no decayó.

“Antes de Loli yo tuve tres intentos. El primero fue Vanity Room, un estudio de maquillaje y depilación con  Cecilia Cascante. Me fue bien  pero demandaba mucho tiempo y era un servicio en el que ganaba según lo que podía trabajar, era como una autoempleada. Yo lo que quería era llevar las  riendas de mi negocio”, explica.

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Chuchuca cambió su propuesta inicial de belleza, por una que mezclaba comida saludable. “Luego de esto,  yo creé un pudín de chía con avena mientras estudiaba periodismo en la UEES. Los distribuía en un gimnasio y los vendía entre mis amigos”, detalla la artista, quien inició en la televisión a los 21 años.

Loli Lolita, su acierto

En medio de su primer contrato con Ecuavisa, Chuchuca comenzó a buscar otra fuente de ingresos. Con una inversión inicial de $400 y luego de contratar a una costurera, los diseños de Loli Lolita comenzaron a venderse por redes sociales, con la actriz oriunda de Pasaje (El Oro) como imagen. 

“Lo que logré fabricar con esos $200 (monto que destinó para la compra de telas), y que vendí por redes, con ese mismo dinero volví a invertir y de ahí me recapitalicé”, cuenta sobre Loli Lolita, emprendimiento que comenzó en noviembre del 2016. 

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“Nunca pensé que iba a tener tanta acogida, me enfoqué en hacerlo  crecer  en redes sociales y al año exacto yo pude abrir mi primera tienda en Urdesa (Plaza Triángulo), en diciembre del 2017”, dice. De este primer establecimiento, en julio del año siguiente  tuvo su segunda tienda y en febrero del 2019 se instaló en Quito. 

Chuchuca afirma que aunque no es diseñadora, cada una de las prendas de su marca tiene su toque. “Si algo no me gusta, no sale y eso tiene mucho que ver con la gente que tiene éxito, porque tienen una intuición natural”, dice sobre la propuesta de la marca que se caracteriza por los conjuntos estampados.  

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Colecciones en sociedad, su nueva propuesta

Loli Lolita tiene como sello, dice Chuchuca, los diseños con vuelos. De sus primeras prendas, conjuntos de faldas y blusas, su catálogo de moda ha crecido. “Seguimos con los vuelitos, que es la tendencia con la que creció la marca,  con  estampados, pero siempre buscamos tendencias internacionales”, cuenta.  No solo lo que está de moda  es parte de lo que se crea en su taller, también lo que escucha de parte de sus clientas. Así han salido pantalones a la cintura, chaquetas, faldas largas y/o cortas, crop tops, vestidos,  sandalias  y ahora tallas grandes. 

MFR by Loli Lolita es su nueva colección en sociedad con María Fernanda Ríos, quien ya tiene experiencia como diseñadora de modas. Su  primera línea juntas resume 120 prendas entre chaquetas, pantalones y vestidos en colores vivos que se han agotado en tiempo récord.

Ríos, quien antes tenía un catálogo de moda a nivel nacional, se centró en la confección de prendas andróginas, que sean de uso versátil. “Toda la ropa que se hizo y está haciendo, todo es mi estilo, son seis primeros en esta primera colección y ya estamos alistando la línea para diciembre”, añade Ríos.  (I)

 

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