20:00 y los telones del Teatro Centro Cívico se abrieron para dejar al descubierto cuatro figuras de la cultura la Huancavilca que colgaban en el escenario, una iluminación morada acompañaba a los  seis músicos dirigidos por  Schubert Ganchozo para dar inicio a la vigésima segunda edición del Festival de Artes Escénicas Guayaquil (Fiartes-G).

Con sonidos que se asemejaban al cantar de la brisa del mar, el investigador Ganchozo recitó unas palabras dedicadas a la noche para enseguida llenar de música el teatro del sur de Guayaquil. 

Cuarenta instrumentos musicales construidos en caña guadúa de las manos de artesanos de la provincia de Santa Elena, conformaron el concierto de percusiones nativas Tonal Guancavilca. Las melodías, que parten de una investigación de ocho años, fueron dedicadas a San Biritute, Posorja, la Ruta del sol,  a los pescadores, comuneros, sus fiestas y a los 'caimanes siderales'. Un viaje completo a la zona Costera de nuestro país en el cual fueron sumergidos los asistentes que se mostraron muy contentos por el espectáculo. 

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La mitad de la presentación fue sorprendida por unas coplas que le dieron un toque coqueto a la noche. "Lo que yo quería verte te lo tapaba una ola", cantaba el artista mientras tocaba su instrumento y bailaba. 

Ganchozo aprovechó la intervención para compartir datos históricos y culturales de los diferentes rincones de la costa e invitó a los espectadores a recorrer las pequeñas comunas como Dos Mangas y Barcelona. Además expresó ser de mucho significado estar sobre un escenario del cual fue parte en 1990 para su reinauguración, una experiencia compartida incluso con Jorge Parra, mentalizador del festival. 

"¡Qué viva la cultura Guancalvica, que viva la cultura ecuatoriana!", exclamó antes de culminar el concierto que fue alentado por el público que en coro dijo "otra..otra". Al final las palmas se confundieron con los tambores, guiros y demás instrumentos que llenaron de fiesta la primera noche del Fiartes-G. (E)