Jugar con tu mascota, comer helados, caminar descalzos, abrazar a tus padres, un abrazo. Enumerar las razones por las que vivir es importante forman la trama de Puras cosas maravillosas, pieza unipersonal que trae de regreso al teatro, después de cuatro años, al actor ecuatoriano Roberto Manrique. Esta obra, escrita por el dramaturgo inglés Duncan Macmillan y el actor irlandés Jonny Donahoe, pondrá en escena a Manrique en un monólogo que se desarrolla en medio del público, con el espectador como parte de la producción.

“La madre de mi personaje se vuelve la motivación para empezar una lista que termina teniendo un rol mucho más variado en su vida y en distintas etapas que solo motivar a ella”, dice el artista de 40 años.

Manrique, quien aprovechó su pausa en las grabaciones de El final del paraíso, secuela de Sin senos sí hay paraíso, ya ha presentado esta producción en Colombia, de la mano de su director, Sebastián Sánchez Amunátegui, y de la productora Rosymar González.

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“La obra habla de todo lo que tiene que hacer un hombre para mantener a su madre contenta en medio de una depresión, con tendencias suicidas, y él hace la lista de las cosas por las que vale la pena vivir”, cuenta Sánchez.

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Puras cosas maravillosas, producción que ya tiene tres años de funciones continuas en México, es también un reto para Manrique, quien asumió este formato teatral por propuesta de González mientras estaba en Colombia.

Trabajo en el exterior

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Sobre su intervención en la nueva entrega de la producción de Telemundo, Manrique revela que su nombre no significa el cierre de esta producción, de 90 capítulos.

“Yo no estaría tan seguro de que sea el final, se llama El final del paraíso, eso es cierto, pero en realidad, no es el final, es más Telemundo lo deja claro porque lo promociona como el comienzo de una nueva era”, agrega.

Santiago Sanín –su papel en el dramatizado– vivirá varios cambios, admite. “A pesar de que me alejaron de mi Cata (Carmen Villalobos), en esta temporada Santi viene transformado. Tiene nuevos sentimientos y una relación conflictiva también con sus hijos, toda una lucha por recuperar su familia”, añade.

Desafío Ecuador

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La fundación Desafío Ecuador, que se creó desde el terremoto en abril del 2016 en Ecuador, ha desarrollado proyectos de ayuda social en la zona de El Matal. Ahora, explica, ha ampliado su labor. En la escuela, entre niños y adultos que también asisten, hay 550 alumnos. Este fin de semana inauguraron un programa de capacitación en línea, en alianza con Claro y Artefacta, para el centro de cómputo, así como la apertura de una guardería en el sector. (E)