La niñez es la etapa perfecta para cultivar hábitos positivos, afirman expertos. Los buenos modales, una alimentación saludable, así como las actividades lúdicas son tan importantes como la literatura, que funciona como un vehículo a mágicos mundos donde la imaginación y las letras son las herramientas primordiales para abordar temas tan diversos como controversiales.

“Los libros infantiles casi siempre son interesantes y divertidos para grandes y chicos. A veces, estos libros, al parecer inocentes, nos sacuden a los adultos y nos hacen abrir nuestra mente y nuestro corazón”, dice la escritora Mónica Varea.

La dueña de Librería Rayuela, en Quito, cuenta que ella nació “en una época en la que se ocultaba a los niños las grandes verdades, como la sexualidad; se escondían los libros tristes porque los padres temían hacernos daño; se hablaba las verdades a medias”. Explica que “hoy no, los chicos están involucrados en el día a día, son mucho más despiertos de lo que fuimos nosotros y es para esos niños para quienes debemos escribir y recomendar lecturas”.

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Sugiere títulos como El libro de los cerdos, de Anthony Brown, para valorar el trabajo de mamá y entender lo importante que es; Con Tango son tres, de Justin Richardson y Peter Parnell, para entender que hay familias diferentes; Zaz, escrito por ella, para explicar la pérdida y el duelo.

Rosa Elena Pogo, del programa de animación literaria Sueños de Papel, de la Casa de la Cultura, núcleo del Guayas, dice que “un lector no se forma de un día para el otro” y que por ellohay que sembrar “la semilla de la lectura” desde pequeños.

Los grandes y buenos escritores tienen una facilidad para tocar estos temas de una manera que al niño le despiertan el interés, lo conmueven y le permiten reflexionar sin lastimar”. Rosa Elena Pogo, Sueños de Papel

La especialista, que desde hace años mantiene este espacio gratuito y que este sábado de 09:00 a 13:00 realizará un programa especial para celebrar el Día del Libro Infantil y Juvenil, menciona obras como Piedra, papel o tijera, de Inés Garland, que habla sobre la dictadura argentina; Niña bonita, de Ana María Machado; La niña de los libros, de Oliver Jeffers y Sam Winston; El día que Saida llegó, de Susana Gómez Arredondo, o Los zapatos, de Gigi Bigot, para leer durante este mes tan especial.

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Con Pogo coincide Margarita Barriga, autora de una saga de cuentos cuya protagonista es Mía. La guayaquileña afirma que la literatura infantil es el mejor medio para formar a los nuevos lectores y que estos cultiven su imaginación.

La escritora recomienda su última obra, Mía come banana, en la que se habla sobre los beneficios de comer esta fruta. Asimismo, propone el poemario El cocinero. La propietaria de librería Vida Nueva dice que estas obras abordan de manera interesante los hábitos alimenticios.

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Hans Berh Martínez es un escritor guayaquileño que entre sus obras tiene varios títulos dedicados a la niñez y la juventud. Considera que el lenguaje sencillo y apropiado para el lector –en este caso los niños– es la herramienta más eficaz.

“Por ejemplo, se pueden tratar temas tan cotidianos que sucedan en una familia como en Casita casona (obra de su autoría), temas que tienen que ver con los juegos, con las enfermedades, con el cariño; y temas también más complicados como la muerte, es decir, con un lenguaje apropiado para la edad”, explica.

Sugiere leer El príncipe feliz, de Oscar Wilde. “En cuanto a lo nacional tenemos Se busca novia para solitario George, de Verónica Coello; también Y si viene la guerra, de Lisette Lantigua, y El club de los sin mascotas, de Leonor Alvarado.

Adelaida Jaramillo, de Palabra Lab, señala que “nunca hay que subestimar las lecturas de los niños”. “Felizmente no van a ser las mismas que las nuestras, pero ellos entienden todo... un buen libro infantil lo disfruta el adulto y el niño y así debería ser porque nosotros los adultos deberíamos acompañar a los niños”.

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La autora recomienda Los días raros, de María Fernanda Heredia y Roger Icaza, un libro  álbum ilustrado que habla de la “soledad y la tristeza” de un niño por “la transición que pasan sus padres”.

Agrega que disfruta que los niños “devoren” los libros que hablen sobre personajes que han tratado de cambiar la historia, sean hombres o mujeres”. “Me parece increíble que los chicos se sientan inspirados y traten desde su lugar o de su área de conocimiento de poner algo de innovación, algo que trate de ayudar al otro mientras se ayudan a ellos mismos”.

Este mes el libro infantil y juvenil está de aniversario. Desde 1967 cada 2 de abril se recuerda su día internacional. Esta fecha coincide con el día del nacimiento, en el año 1805, del escritor danés Hans Christian Andersen. (I)