El Teatro Dolby de Los Ángeles es sinónimo de glamour y estrellas. El emblemático edificio situado en Hollywood Boulevard acoge desde el año 2002 la ceremonia de entrega de los Premios Oscar y, este año, ha sido testigo de los preparativos previos a la gran fiesta del cine, que celebra en pocos minutos su 91ª edición.

Una gala que en esta ocasión no contará con un maestro de ceremonias, tal y como confirmó oficialmente la Academia de Hollywood a principios de mes después de la renuncia de Kevin Hart. El cómico y actor decidió no continuar como presentador tras la polémica generada por unos tuits con contenido inapropiado que publicó hace años.

"Es algo nuevo, creo que es interesante. Lo hará un poco diferente porque el comienzo del espectáculo es donde realmente podemos escuchar todos los sonidos. Nunca tenemos la audiencia en la sala hasta la noche del espectáculo. El show comienza y ahí es cuando escuchamos lo que van a hacer. Y lo que ocurre en el escenario impulsa a la audiencia", explica a un grupo reducido de medios, Paul Sandweiss, director de sonido de los Oscars.

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Según Sandweiss, un buen presentador y buenos discursos son clave para que el público disfrute de la gala. "El mayor desafío es obtener grandes actuaciones y personas que den grandes discursos y discursos significativos", prosigue.

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"Cuando tienes un gran anfitrión, la audiencia responde positivamente. Y entonces podemos comenzar y obtener todas estas grandes respuestas... risas y aplausos. Sin eso, será un poco diferente, nos acomodaremos y veremos cómo se siente el público y, con suerte, el ambiente será bueno. Seguro que habrá algunos grandes discursos y eso ayudará. Creo que las actuaciones musicales de esta edición, como Lady Gaga o Queen, van a ser geniales", puntualiza.

Kiser confiesa que organizar una gala de la magnitud de los Oscar no es tarea fácil. "Preparar el Teatro Dolby para el espectáculo supone un gran esfuerzo y muchísimo trabajo. El equipo ya ha estado trabajando en el teatro durante varias semanas para armar los sistemas técnicos y montar el escenario, y es una producción realmente grande que se da en el último minuto. Hay una actividad frenética", señala Glenn.

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El Teatro Dolby de Los Ángeles es, sin duda, uno de los más populares del mundo, gracias a la gala anual de los Oscars. Un destino turístico por excelencia en la ciudad de las estrellas.