Desde el momento en que Francisco Febres Cordero llegó a la librería Mr. Books, en el centro norte de Quito, ya fue asediado por sus lectores. Más de un centenar de personas, que casi no cabían en las instalaciones del lugar, asistieron ávidos por conocer qué era lo nuevo que había hecho el ‘Pájaro’ Febres Cordero.

Y así, con casa llena, el ‘Pájaro’ (Quito, 1950) les contó que su nuevo trabajo es una novela, pero no solo eso, también les narró parte de su vida, de sus anécdotas, de su paso por el colegio, de la juventud, de la vejez... todo con ese fino humor que le ha distinguido siempre.

En confianza les dijo que no era su primera novela. Lo curioso fue que su primer libro en este género terminó yendo a la basura de su computador cuando estaba prácticamente terminado. Lo había escrito en el Acantilado, lindo sector de la playa ecuatoriana. Y cuando le dio una última lectura le pareció tan malo lo que había hecho que aplastó un par de teclas y se fue a mejor vida.

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Algo de eso pudo haber pasado con Fatiga, pero ya tuvo muchas más personas, entre ellas su querida hija Valentina, que leyeron su trabajo, se emocionaron y le dieron aliento para que lo concluyera y lo convirtiera en lo que ahora es: Un muy entretenido relato. Una narrativa corta, dijo el ‘Pájaro’, y justificó lo de corta porque todavía le queda eso de haber sido periodista y la exigencia de escribir lo más importante, lo justo y lo preciso. Y claro, también, les dio una mala noticia a sus lectores: les informó que deja el periodismo, pero que seguirá escribiendo en otros géneros, como en este caso, la novela. (I)