Se suponía que era el día libre de Jennifer López. Imagínatela relajándose cerca de su piscina infinita en Bel Air, amigos a su alrededor, música sonando. En lugar de eso, la artista multifacética, productora y experta en creación de marcas, sostuvo cinco reuniones de negocios en su hogar, acerca de negocios ambiciosos que van desde bienes raíces hasta entrenamiento físico.

En el sitio estaba el director de un estudio, algunos que parecían desarrolladores, mercadotécnicos, su socia productora para cine y televisión, su mánager y Álex Rodríguez, su novio. López y Rodríguez tenían esperanzas de cenar juntos, pero “ya ves lo que sucede por aquí”, dijo ella, sin sentir remordimientos, mientras repasaban la agenda del día.

Una mansión en Bel Air –rematada con minicascadas, chimeneas que resplandecen incluso en las habitaciones vacías, y dos conejitos que les pertenecen a los gemelos de 10 años de López– podría parecer un lugar poco común para llevar a cabo reuniones de altos ejecutivos. Cuando López se mudó hace dos años, diseñó una oficina a modo de sala de juntas, con todo y una mesa grande. Es ahí donde presenta apresurada sus opiniones y grandes ideas, y las vende: J. Lo Inc. en acción.

Publicidad

Ahora, al final de su día no libre, entró dando grandes zancadas en sus Louboutin de 10 centímetros, con el gesto de un jinete y el firme apretón de manos de un director ejecutivo, para conversar acerca de cómo su película Jefa por accidente, se adapta a su nueva estrategia comercial. Todo ello yace en el reconocimiento de su poder.

He aquí lo que López, de 49 años, acaba de descubrir: que J. Lo (la artista, la marca, el encantador rostro ingenuo y el tonificado cuerpo) es aún más valiosa que lo que la industria del entretenimiento le ha reconocido. Y no es que esté en busca de un salario más sustancioso (aunque el coro de su sencillo más reciente con Cardi B y DJ Khaled diga: “Yo quiero dinero”), sino que, al igual que muchas personas en el mundo que se han enfrentado a la desigualdad hollywoodense, lo que ella exige, de repente y con vehemencia, es lo que le corresponde. “Quiero lo que merezco”, dijo.

“Ha sido un largo trayecto para mí, así que me siento orgullosa de poder decir que sí, creo que merezco más. Todos los artistas merecen más. Somos un recurso escaso, no pueden hacer nada sin nosotros”.

Publicidad

Jefa por accidente, la película que López estelariza y produjo con su empresa, Nuyorican Productions, se estrenará el 10 de enero en Latinoamérica y se construye a partir de un aforismo de autoayuda: “Lo único que te detiene eres tú mismo”. López interpreta a una subdirectora de 40 años en un gran almacén de Queens, cuya vida no ha resultado ser lo que ella imaginaba y ahora sueña con tener mejores oportunidades. (E)

Entender cuál es mi valor como persona me hizo comprenderlo de otra forma en mi trabajo, también.Jennifer López, actriz, cantante, empresaria.