Leonardo Valencia presentó su libro ‘Moneda al aire’

En 2007 estuvo en la lista de los 39 escritores de menos de 39 años del Hay Festival de Colombia, que reúne a los jóvenes exponentes literarios más destacados de América Latina. Ahora Leonardo Valencia se consolida como uno de los fuertes exponentes de la literatura nacional. Su reciente libro se denomina Moneda al aire, que se presentó hace un par de meses en España y hace unos días en Guayaquil. De la obra y otros temas conversó el autor guayaquileño a este Diario.

Moneda al aire es la obra que presentó recientemente en España. ¿De qué nos habla este ensayo?

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Es un ensayo breve pero de una larga meditación que me ha preocupado durante muchos años. La novela es un género libre, abierto, absolutamente democrático, y las ideologías dominantes de cada época buscan manipularla o reducir lo que nos cuentan las novelas. Lo que he hecho es un seguimiento de momentos claves de la historia de la novela en las que se ha hecho visible ese intento de manipulación. Lo divertido es que la novela y los novelistas siempre se las ingenian y se escapan de esos microdictadores del sentido, que pueden venir de la crítica literaria, de ciertos profesores y cierta academia, o incluso de las mismas editoriales. También hablo en mi libro sobre cómo es la experiencia de la lectura de una novela, y de qué maneras el lector se acerca a una novela y se relaciona con ella.

¿Por qué se planteó hacer este proyecto?

Siempre me ha interesado reflexionar sobre el arte, y en este caso me parecía interesante observar y analizar cómo las obras literarias, cómo todo el arte en general, pueden estar sometidos a presiones de interpretación de acuerdo con tendencias de moda o de intereses políticos. Hoy en día, que vivimos como una plaga lo políticamente correcto, la novela es siempre provocadora y rebelde porque da cuenta de todos los discursos posibles, incluso los antagonistas, y los pone en juego. Y respecto a la experiencia del lector de novelas, me interesaba también revelar ciertos aspectos de la lectura, lo que yo llamo la “ergonomía” de la novela, es decir, sus particularidades al leerla. Por ejemplo, pocas veces leemos una novela de una sola sentada. Eso tiene implicaciones al volver a leer la novela que interrumpimos.

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El libro habla de condicionamientos .¿Existen condicionamientos al momento de emprender una novela?

En realidad, no hay condicionamientos dominantes. Sí puede hablar una cierta corriente amplia respecto a las expectativas sobre el lenguaje y ciertos temas, pero cada novela trata de encontrar sesgos específicos, aunque más bien me gusta hablar de juegos combinatorios –la manera en que un tema es abordado o dispuesto a lo largo de la trama– que son los que revelan su originalidad.

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Varias de sus obras han sido presentadas en el extranjero. ¿Cómo se llega al mercado internacional, cómo se puede calar en él y mantenerse?

No tengo ninguna fórmula. Llevo publicando desde hace veinte años y muy despacio mis libros se han abierto camino. Creo, sí, que hay que ser muy exigente consigo mismo, plantearse retos ambiciosos y no ceder a la idea de que nadie se va a interesar por nuestro trabajo.

Hay nuevos proyectos en camino?

Sí, se está preparando la edición de mi próxima novela. Saldrá en el primer trimestre del 2019. Es mi novela más larga y la más compleja. Estuve trabajando ocho años en ella. (I)

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