Víctor, un escritor de edad madura que está en busca de inspiración para terminar la gran obra de literatura ecuatoriana que todavía no se ha escrito, la encuentra –o al menos se distrae en el proceso– con Valentina, una adolescente que lo hará trastabillar sobre su trabajo e incluso sobre su propia relación de pareja.

Esta relación de ilusión y atracción rivalizada frente a la realidad y compromiso que vive el personaje protagonista que interpreta Víctor Aráuz es la trama principal de Agujero negro, película dirigida por el quiteño Diego Araujo.

El filme, además de estrenarse mañana en los cines locales, ha sido seleccionada por la Academia de las Artes Audiovisuales y Cinematográficas del Ecuador como opcionada para una nominación en los Premios Goya, en España para el 2019.

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Araujo, quien produjo esta película en cooperación con República Dominicana, asegura que la historia del filme se plantea –a través de sus personajes– el balance entre la vida creativa de un artista (que cataloga como individualista) frente al acto de ser padre.

“El acto de hacer una familia es un acto colectivo, de generosidad, y cómo las dos cosas se contraponen”, explica Araujo, quien antes de rodar durante 18 días Agujero negro, en Quito, tenía prevista una película de mayor presupuesto, pero los fondos para el fomento del cine disminuyeron.

En la fase de posproducción, edición y distribución contó con el apoyo del Instituto de Cine y de Creación Audiovisual (ICCA), así como con inversión de República Dominicana. En total, detalla, se empleó un presupuesto de $ 300.000.

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Por ello, indica, decidieron hacer este tipo de filme. “Es una película para ese momento difícil, es una película que como ves no hay muchas locaciones, tampoco muchos personajes”, añade Araujo, quien desarrolló el guion junto con la productora –y su esposa– Hanne-Lovise Skartveit.

La madurez, el paso del tiempo, las relaciones entre hombres adultos con mujeres jóvenes son parte también del filme que encontró algo de su inspiración, según sostiene Araujo, en uno de los libros de la saga Mi lucha, del escritor noruego Karl Ove Knausgård

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“El cine de nosotros no está mal, lo que tiene que haber es diversidad, eso es lo que pasó en el teatro. Tiene que haber más apertura, difusión y apoyo del público de ver cine nacional, porque es terrible que a las películas nacionales les vaya increíble afuera y aquí no”, recalca Aráuz. (E)

Esta película con pocos actores, pocas locaciones, en pocos días, se filmó en 18 días (...), fue un trabajo muy de equipo, el guion fue desarrollado por Hanne- Lovise (mi esposa), entre los dos y con los actores.Diego Araujo, cineasta ecuatoriano