A las 17:50, los 37 músicos debían estar sobre el escenario, listos para iniciar el concierto programado a las 18:00, esta vez el sitio seleccionado por la Orquesta Filarmónica Municipal de Guayaquil (OFMG) fue la explanada del monumento al Cristo del Consuelo, ubicado en el complejo municipal del Cisne 2, en la Décima y la C.

Poco a poco se subieron a la tarima los miembros de la agrupación. Lo mismo hizo el público, pero al frente del escenario, para buscar la mejor ubicación y así presenciar el espectáculo, que para muchos de ellos o casi en su mayoría, era la primera vez que asistían a un concierto realizado por una orquesta. Por ello el 4 de agosto de 2018 será una fecha muy especial.

“Para mí es algo bueno, esto no se da todos los días, es algo maravilloso, para el desestrés de aquí de la gente del suburbio y algo novedoso, porque casi nunca viene nadie aquí”, dijo Dalton Borbor, quien asistió al espectáculo con su esposa Magdalena Castro. Ambos indicaron que esperan que este tipo de conciertos sea el primero de muchos más.

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Antes de comenzar el concierto, el maestro David Harutyunyan, director de la Orquesta, contó a este Diario, que es la primera vez que salieron a este sector. “Es la primera que estamos saliendo a esta zona, vamos a tocar bajo este hermoso monumento, esa es una experiencia nueva para nosotros y también una experiencia distinta en el repertorio de la Orquesta Filarmónica, vamos a tocar los temas tropicales, latinoamericanos, puertorriqueños, venezolanos, ecuatorianos”, dijo.

Y así fue, el repertorio que tocó la OFMG no tenía nada que ver con el que generalmente toca una orquesta, composiciones de Mozart, Debussy, Chaikovski, Felix Menndelssohn, Edward Elgar y de otros creadores.

El reloj marcaba a las 18:00, el espectáculo debía empezar, fue transmitido por Telerama. Luego de las palabras de bienvenida, el maestro Harutyunyan subió al escenario, dando las últimas indicaciones a sus pupilos, comenzó.

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Fanfarria fue la primera pieza en sonar, a este tema le siguió el Popurrí de Pérez Prado, que a muchos en el público y los músicos se dejaron llevar por el ritmo, por lo que no estuvo demás realizar por ahí un movimiento alegre.

Ese concierto tuvo como invitados especiales a los cantantes guayaquileños Lila Flores y Jorge Luis del Hierro, y a la venezolana Marianella, quien fue la primera en acompañar a la orquesta. Interpretó Yerbero moderno, siendo este tema la tercera pieza del concierto.

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Marianella concluyó su primera presentación. La agrupación continuó con Tico Tico. Después saltó al escenario Flores y con ella la tarde se despidió y la noche llegó. “Un aplauso para esta maravillosa Filarmónica, a su señor director, es un honor estar aquí esta noche, gracias a nuestras autoridades por estar presentes”, dijo Flores cuando terminó de cantar Fatalidad.

La exasambleísta Cynthia Viteri y la concejal Mayra Montaño fueron algunas de las autoridades que asistieron.

Con El alma en los labios, Flores cerró su primera salida. Siguieron los temas Navidad negra y Colombia tierra querida, tocados por la orquesta. Posteriormente, salió al escenario el cantante Jorge Luis del Hierro, quien interpretó Ódiame y Rondando tu esquina. Cada uno de los artistas salió tres veces al escenario, en donde el derroche de talento y la entrega de cada uno de ellos, del director y sus músicos fue evidente.

Mientras el público disfrutaba del concierto, detrás del escenario o este caso a un lado, a la izquierda exactamente, Marianella esperaba sentada a que llegara su turno para cantar. De repente una niña, de no más de 5 años, se le acercó, fue una de las asistentes, pero que no quiso quedarse con las ganas de verla solo en la tarima, ella desafió a la seguridad y se animó a verla de cerca, lo cumplió, incluso tocó el cabello rubio de la artista.

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La pequeña logró lo que probablemente sus vecinos no, aunque ellos tampoco se quedaron con las ganas de verlos de cerca. “Jorge Luis, Jorge Luis” o “Lila, Lila”, se escuchaba. Un grupo de fanáticos de los tres artistas se apostaron en las barandas y los llamaban para tomarse fotos y cumplieron con su objetivo, los cantantes se dieron el tiempo para autorretratarse con sus fans. Flores, Marianella y Del Hierro expresaron su satisfacción por ser parte de la iniciativa de la OFMG, de llevar la música a los diferentes sectores del Puerto Principal, en este caso a Cristo del Consuelo. El espectáculo cerró con Guayaquil de mis amores, tocado por la Orquesta, a las 19:30. La emoción de los moradores por este concierto era notable en sus expresiones. “Para mí es algo precioso, a mis 58 años, primera vez que veo esto”, dijo Isabel Rodríguez, quien lamentó no haber llegado temprano, para disfrutar de todo el concierto. (I)