La exasistente británica de Harvey Weinstein dijo este miércoles que la orden mordaza que tuvo que firmar cuando dejó la empresa del productor “era inmoral en todos los sentidos”, y no impidió que el empresario acosara y abusara de mujeres.

Zelda Perkins renunció a la empresa de Weinstein, Miramax, en 1998 junto con una colega que acusó al productor de tratar de violarla. Cada una recibió 125.000 libras esterlinas (177.000 dólares) como parte del acuerdo legal que firmaron el cual incluía cláusulas de confidencialidad.

Perkins dijo a una comisión de legisladores británicos que se sintió ‘defraudada’ por el acuerdo que también contemplaba cláusulas creadas con la intención de impedir que Weinstein acosara o abusara sexualmente de su personal. (I)