Como una forma de rendir homenaje a la trayectoria de la artista plástica guayaquileña Araceli Gilbert se develó ayer una obra en el norte de la ciudad. La pieza, que mide seis metros de altura y que se sostiene sobre una base de cuatro metros de ancho, emula a uno de sus trabajos más importantes, el Modular No. 1.

El autor de El tótem Araceli, una estructura de hormigón y metal recubierta con coloridas cerámicas, es de Ramón Fernández Vásquez. El artista, quien es pariente de la fallecida Gilbert, refirió que una de las motivaciones para recrear la obra fue “sentimental”.

“Mi madre es prima hermana de Araceli, pero se criaron como hermanas y desde que yo la conocí era una persona muy cercana y que me impresionaba siempre su manera de ser y sus obras”, contó Fernández, quien se inició en el arte cuando tenía 70 años. Lleva 11 años en este mundo de las grandes esculturas de cerámica.

Publicidad

Ramón Fernández Vásquez, quien es autor de los monumentos que están afuera del Teatro Sánchez Aguilar, mencionó que con esta pieza también busca darle “más colorido” al lugar en donde se asienta la estructura, afuera de la puerta principal de la Universidad Casa Grande.

El Tótem Araceli fue donado por el artista a esa entidad de educación superior y a su vez esta la entregó a la ciudad.

Una anécdota en torno a la obra que contó Marcia Gilbert, prima de Fernández y fundadora canciller de la entidad, fue que el artista se quedaba hasta la medianoche trabajando en la instalación del tótem. “Él no solo hizo la escultura y la donó. Él con su inmensa creatividad fue y compró un camión viejo en Durán, le sacó la cabina y lo usó como remolque para traer el monumento acá”. (I)