Por: Daniela Creamer | Cannes, Francia

Y finalmente Hollywood desembarcó en Cannes. Dos años después de Carol, el director norteamericano Todd Haynes está de regreso en la Croisette para presentar en competición Wonderstruck, adaptación cinematográfica de la novela ilustrada para niños de Brian Selznick, publicada en español como Maravillas. Un arranque cautivador nos lleva a un crescendo de emociones a través de un prodigioso diseño de producción.

La historia se divide en dos partes que ocupan el mismo espacio en la película. Seguimos en 1977, a colores, al joven huérfano Ben, sordo de un oído debido a un accidente, que huye a Nueva York en busca de su padre, del que solo tiene una pequeña pista.

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Por otro lado, en blanco y negro nos enternece Rose, joven sorda y muda, que huye al mismo destino pero 50 años antes para reencontrar a su actriz favorita del cine mudo. Resulta interesante como Haynes adapta esta novela en la que la imagen y la palabra, dos líneas narrativas tan diferenciadas, cobran un sentido especial.

“El libro es una obra magnífica que, como cineasta, no podía dejar pasar”, admitió emocionado Haynes. “Solo jugué con los formatos. En el fondo, la parte muda está ya graficada en el libro, donde las imágenes hablan por sí mismas, dando énfasis a la sordera. La otra mitad está en palabras, en el texto.

Los dos modos de representación se intercalan, y este alternarse narrativo lleva al espectador a llenar los vacíos, a sumergirse en ambas historias y sentir sus silencios, a identificarse sutilmente con los personajes y sus problemas auditivos”, explicó.

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“Esta intuición estaba ya presente en el libro. Había solo que encontrar el equivalente cinematográfico, jugando con el montaje”, prosiguió. “Quisimos respetar la complejidad de la obra, que narra la problemática de aislamiento de ambos en sus propios ‘hogares’ y como ellos solos se lanzan al mundo en búsqueda de respuestas”.

Según Haynes, “rodar en el Museo Natural de Ciencias de la ciudad de los rascacielos fue muy complicado. Pero era fundamental, pues nos abrimos a la imaginación infantil y esta ambientación calzaba perfectamente con el perfil deshumano de ambas historias”.

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Después de Safe y Lejos del cielo, ambos éxitos de crítica, su musa vuelve a ser la oscarizada Julianne Moore, quien sobresale en dos roles: Rose de adulta y la estrella famosa que ella idolatra desde su juventud: “Todd es un genio, realmente. Trabajar con él es todo un privilegio”. La autora de este artículo tiene su blog de cine: www.hablandodecine.com. (I)