La última oportunidad del Giro de Italia para los velocistas se convirtió en un premio inolvidable para el belga Dries de Bondt (Alpecin-Fenix), quien alzó los brazos como vencedor de la decimoctava etapa, disputada entre Borgo Valsugana y Treviso, con un recorrido de 156 km, en la que mantuvo la maglia rosa el ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos) y Mikel Landa consolidó la tercera plaza con el abandono por COVID-19 del portugués Joao Almeida.

A veces los sueños se cumplen, los pronósticos se derriban y los aventureros tienen premio. No hubo esprint masivo. Lo evitaron cuatro valientes: Dries de Bondt, Magnus Cort, Edoardo Affini y Davide Gabburo. Ellos se disputaron el botín por velocidad en la recta de meta de Treviso.

De Bondt fue el más rápido y celebró su primer gran triunfo con un tiempo de 3 horas 21 minutos 22 segundos, por delante del italiano Affini (Jumbo Visma) y del danés Magnus Cort (EF Education).

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El pelotón con los teóricos favoritos llegó tarde a la fiesta por 14 segundos. Los Démare, Cavendish y Gaviria se quedaron con la miel en los labios. En el grupo delantero pasaron Carapaz y Mikel Landa, pero no el australiano Hindley, quien tuvo una avería dentro de los tres últimos kilómetros de carrera, lo que evitó la pérdida de tiempo. Peor suerte tuvo Juanpe López, quien llegó con 2:30 minutos de retraso.

El escenario no cambió en la zona noble y Carapaz retuvo la maglia rosa en una jornada no tan fácil como se preveía: “Ha sido una etapa rapidísima. Parecía tranquila, pero hemos ido rapidísimo”. Mantuvo el tricolor los 3 segudos sobre Hindley y 1:05 minutos sobre Landa, “mucho más tranquilo y con ganas de atacar en las próximas etapas de montaña” tras la retirada de Almeida, quien le deja en bandeja el tercer escalón.

Tregua entre favoritos

Después de dos etapas por las montañas, el Giro bajó a las llanuras de Treviso para ofrecer la última oportunidad a los velocistas. El pelotón salió sin Joao Almeida, atrapado por el coronavirus, uniéndose a la lista de bajas ilustres junto con Yates, Bardet, Girmay y Supermán López. El Giro ahora tiene un foco claro: la lucha entre Carapaz y Hindley por la maglia rosa. Con la ausencia de Almeida, Landa tiene alfombra roja para volver al podio siete años después.

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Etapa marcada a fuego para el esprint. Con 3.000 km en las piernas, los supervivientes del Giro trataron de ahorrar fuerzas. No faltaron los rebeldes de turno para intentar la fuga, y algo más. Lo lograron Cort, De Bondt, Affini y Daide Gabburo, los cuatro a partir de 2:30 horas en la general.

El pelotón, encantado. Tregua entre los favoritos y tranquilidad relativa entre los equipos de los velocistas, con todo el día para reaccionar. Dos tachuelas de cuarta categoría, Le Scale di Primolano y el Muro di Ca’ del Poggio, con rampas del 19 pero alejadas de meta, no suponían preocupación alguna para los cálculos de caza.

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El UAE tomó las riendas pensando en Gaviria, el ciclista de La Ceja (Antioquia) inédito en este Giro, y el Groupama echaba una mano en busca del póquer de Démare. La fuga quedó estabilizada en torno a los 2 minutos. Los favoritos, mientras, a lo suyo, aguantar y pasar página pensando en ahorrar fuerzas ante el decisivo fin de semana.

El cuarteto subió entre los viñedos del vino Prosecco hasta la terraza del Ca’del Poggio entre una multitud de aficionados, con una ventaja de 2:20 minutos. Era el último esfuerzo cuesta arriba de la jornada. Hasta meta unos 50 km de carretera apta para la alta velocidad.

De Bondt aprovecha

Lucha sin cuartel, calculadora en mano. Reducir la diferencia de la fuga costaba mucho sudor por cada segundo limado. Se produjeron cortes en el pelotón. Juanpe quedaba cortado en un segundo grupo. Ya el ritmo era frenético y todo el mundo iba concentrado para no descolgarse.

Los cálculos no se cumplían. No había manera de echar el guante a los rebeldes, que no cedían en su empeño, se ayudaban y veían que el suelo era posible, aunque no para todos. El Quick Step puso su tren en marcha para Cavendish; el Groupama se dejaba la piel en cabeza; incluso el DSM. Pero, cuando se quisieron dar cuenta, el cuarteto ya estaba en la recta de meta.

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Dries de Bondt, vencedor de la etapa 18 del Giro. Foto: AFP

Treviso, en el corazón del Véneto, ciudad de canales, vio un esprint, sí, pero reducido, no masivo. De Bondt (Bornem, 30 años) logró la victoria de su vida. A veces los gregarios también lloran, pero de alegría.

El viernes, la decimonovena etapa unirá las localidades de Marano Lagunare y el Santuario de Castelmonte a través de 178 km. Vuelve la montaña con jornada que incluye cuatro puertos puntuables, dos de tercera, uno de primera, el Kolovrat, en territorio esloveno (10,4 km al 8,9 %) y meta en Castelmonte (2.ª), al final de un ascenso de 7,3 km al 6 % de desnivel. (D)

Giro de Italia (etapa 18) - Relato en vivo

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