Por la poca distancia entre los estadios, el Mundial de Qatar 2022, en la previa, ofrecía la posibilidad de poder disfrutar de más de un partido en cada jornada. Después, obviamente, había que vencer distintos contratiempos, partiendo de la dificultad que significó conseguir localidades.

El argentino Carlos Díaz Calvi se las ingenió de distintas maneras y lo consiguió: no solo disfrutó desde la platea de todos los encuentros de la Selección Argentina, sino que estuvo presente en 38 partidos de la Copa del Mundo.

Para lograrlo, Carlos, que nació en Corrientes y que desde 1999 por trabajo reside en distintos países del mundo (España, Irlanda, Holanda, Chile y los Estados Unidos), usó todos sus conocimientos como licenciado en sistemas, publica diario El Clarín de Argentina.

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Con la experiencia fallida en el sorteo de entradas que realizó FIFA para Rusia 2018, para Qatar creó 1.200 cuentas y programó para que se carguen automáticamente todos sus datos. Su expectativa era obtener los tickets para cuatro o cinco encuentros, entre ellos alguno de Argentina.

Pero en el sorteo recibió más de 300 entradas.

“Obviamente no podía pagarlas todas. Muchos de esos paquetes eran de Argentina-México, así que me quedé con mi entrada, otras 10 se las cedí a mis amigos y el resto las fui cambiando por otras entradas. Me hice de 40 entradas. Sabiendo que después las entradas de Argentina-México se vendieron mucho más caras, quizás podría haberlas revendido, pero eso no es lo mío, lo mío era ver el Mundial”, le contó Carlos a Clarín, con el estadio Internacional Khalifa de fondo, donde presenció -entre otros encuentros- la goleada de Inglaterra por 6 a 2 frente a Irán, por Grupo B.

¿No revendiste ninguna entrada?

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No. Sí cambié entradas por alojamiento. Había argentinos que necesitaban para Argentina-México y, como era difícil enviar dinero desde Argentina, me ofrecieron alojamiento por dos semanas ahí en Barwa. Luego también me pasó de conseguir 26 o 27 entradas a partir del trueque, y como me hice bastante conocido en grupos de Discord y WhatsApp por tener tantas entradas, creé un grupo de Discord con más de 500 personas, la mayoría de la India. Ellos me ofrecieron conseguirme entradas de Categoría 4 a un precio muy barato, que esos tickets son solo para los locales. Las conseguí a 8 dólares cada partido.

¿Cuándo comenzaste con la idea de superar el récord de Thulani Ngcobo, el sudafricano que vio 31 partidos en el Mundial Sudáfrica 2010?

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En un principio la idea no era ir a todos los partidos, sino ir eligiendo. Pero varios me decían del récord que estaba en 31 partidos. Y dije ‘Ya que tengo las 40 entradas, estoy solo, y mi mujer ya me va a hacer pagar esto en algún momento, voy a tratar de ir a todos los partidos que pueda porque lo disfruto’. Así surgió. A mí me quedaban 38 partidos en total, y me propuse ir a todos los que pudiera.

¿Cómo fue ir de un partido a otro?

Empecé el día inaugural, y fue complicado porque no estaba muy claro todavía. Muchos no sabían que existen autobuses de estadio a estadio, que probablemente los agregaron sobre el final. Dijeron que no iban a haber autobuses en partidos consecutivos, que la FIFA no los autorizaba, pero existen. Me la pasé corriendo, haciendo las colas de entrada y salida.

¿Viste todos los partidos completos?

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Si, a lo sumo al principio me retiraba minutos antes del final. Uno tarda en entender cómo funciona bien todo el sistema de transporte, las distancias. Me paso de venir a este estadio a ver Inglaterra-Irán y cuando el partido estaba 4 a 1 dije ‘Es un buen momento para irme a Países Bajos-Senegal del otro lado de la ciudad’. Me fui y llegué perfecto, justo cuando empezaba el partido, pero me perdí dos goles más de Inglaterra. Y cuando estaba en Países Bajos-Senegal me tenía que ir a otro partido, pero me quedé hasta el minuto 90, porque el gol fue en el 88′. Ahí supe que me podía perder varios goles al no quedarme hasta el final de los partidos y empecé a manejar un poco mejor eso.

¿Cómo decidías cuando irte?

Cuando el partido estaba más cerrado, decidía quedarme, a pesar de que llegaría tarde a otros encuentros. Después le encontré la vuelta al transporte y ahí pude estar los 90 minutos en casi todos los partidos.

¿Cuál fue el mejor partido que viste?

Por cómo lo viví, que todos nos transformamos en hinchas japoneses, te diría que fue el Alemania-Japón. Después el de Argentina-Australia... El país pesa mucho también, lo que se sufrió con Polonia y antes con México. Si tengo que decir otro diría Alemania-Japón, o incluso Corea del Sur-Ghana. Después tenía entradas para partidos que yo pensaban que no serían interesantes, pero que terminaron siendo los mejores, como Serbia-Camerún por ejemplo.

¿Te lamentás por algún encuentro que no pudiste ver?

Los partidos que me perdí fueron para llegar a la previa de los de Argentina. Me perdí partidos importantes, como Francia-Dinamarca, pero no quería perderme la fiesta y los banderazos previos. Después me perdí alguno que otro partido que terminó 0 a 0. El resto los pude ver todos.

¿En algún momento se te dificultó seguir con este ritmo?

Terminé internado después del partido de Argentina con Polonia. Ya venía sin voz después de gritar los goles ante México, porque no sabíamos si tenía la gripe del camello, o si tenía Covid. Al final no tenía nada, pero me enteré que fuimos muchísimos los que pasamos por ahí, así que en algún momento va a ser noticia la cantidad de gente que se enfermó en este Mundial. De tanto caminar y correr autobuses, después del partido contra Polonia me fui al hospital y terminé internado por cuatro horas, haciéndome algunos testeos y con más de un medicamento.

¿Y el estadio más lindo?

El mejor estadio del Mundial casi sin dudas, y si bien todos son muy lindos y buenos, es el Al Bayt. Está en el desierto, en el norte de Qatar, y me parece el mejor por la arquitectura exterior, es muy lindo.

¿Qué te dicen tus familiares, tus amigos?

Mi mujer piensa que estoy loco, que con esto me voy a cansar del fútbol, pero yo creo que no. Mis amigos de Corrientes están muy contentos de que esté viviendo esta experiencia, de que pueda vivir mi primer Mundial. Creen que estoy loco, pero es una linda locura.

Carlos, que tiene publicadas 12 novelas y le gusta presentarse como un “novelista que trabaja en sistemas”, disfrutó de Qatar 2022 hasta los octavos de final y ya partió rumbo a Houston, EE.UU., donde actualmente reside, para reencontrarse con su esposa, su hija y su hijo y así retomar su actividad laboral como director de proyectos para grandes empresas de petróleo.

“Ahora voy a seguir alentando a la Selección Argentina por televisión”, aseguró, feliz por haber cumplido un sueño de vida. (D)