Desde su primera edición, en Uruguay 1930, la Copa del Mundo es un torneo propiedad de la FIFA. Absolutamente todo lo concerniente con el espectáculo futbolístico más importante del planeta, “desde los preparativos hasta el momento culminante de la final, cuando el equipo ganador levanta el trofeo” aclara el organismo, está bajo el control de la Federación Internacional de Fútbol Asociado, fundada en 1904. Es parte de aquello el Mundial de Qatar 2022, que comenzará el próximo 20 de noviembre.

Como dueña de los derechos de cualquier orden de la Copa del Mundo, la FIFA encarga a sus federaciones nacionales miembro, entre diversas responsabilidades, la de atender y gestionar correctamente las solicitudes de acreditación de profesionales de los medios de comunicación, de sus respectivos países, para cubrir su torneo estelar. Es decir, no le confiere a ninguno de sus afiliados, como ha ocurrido con la Federación Ecuatoriana de Fútbol, la potestad de arrogarse el derecho a vetar periodistas.

Contó Jorge Barraza en la columna ‘Periodismo antipatriota’, del 4 de agosto pasado, que “Diario EL UNIVERSO solicitó a la Federación Ecuatoriana de Fútbol una acreditación para el Mundial de Qatar a nombre de quien suscribe esta columna, con el objeto de cubrir desde el lugar del torneo las incidencias del mismo y, especialmente, la actuación de la selección tricolor. La FEF dio largas y más largas con evasivas y respuestas diversas, siempre verbales. Entre otras, que la petición estaba en análisis”.

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Relata Barraza, quien opina para este Diario desde 1990, que al acercarse la fecha límite para el cierre del proceso de acreditaciones, contactó a Ximena Crespo, responsable del área de prensa de la Ecuafútbol. Le explicó a ella que él no es un turista con intenciones de vacacionar en Asia, ni alguien que pretende un gafete para entrar gratis a los estadios en Qatar.

‘Usted es extranjero’

“Soy un periodista. Le informé que he cubierto otros Mundiales -diez en verdad-, y nunca tuve problemas para acreditarme. A los cinco minutos de haberle enviado el correo, Crespo me respondió por teléfono. Empezó diciendo: ‘Usted es extranjero’, como si ello representara un impedimento para obtener la visa de entrada al Mundial. Gustavo Alfaro también es extranjero. Y va al Mundial por la FEF. ‘Usted es corresponsal’, continuó, sugiriendo que debía recurrir a la AFA, en Argentina. No, soy columnista, corregí. Y no trabajo en ningún medio de comunicación argentino sino en EL UNIVERSO, me corresponde hacer el trámite ante la FEF, señalé”.

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La respuesta que dio acerca de la nacionalidad argentina de Barraza la empleada a quien la Federación le encomendó servir a la prensa, quebranta normas severas de la FIFA respecto a la discriminación.

Si como le explicó Crespo a Barraza la FEF se rehusó a acreditarlo como periodista de EL UNIVERSO por su nacionalidad, ¿puede considerarse aquella postura un comportamiento xenófobo de la Federación? En los Estatutos de los FIFA, publicados en mayo anterior, en el apartado que se denomina ‘Lucha contra la discriminación, igualdad y neutralidad’ , el contenido del artículo número 4 de las llamadas Disposiciones Generales hace menciones claras sobre esa posibilidad.

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Lo que dice FIFA

Se establece lo siguiente: “Está prohibida la discriminación de cualquier país, individuo o grupo de personas por cuestiones de raza, color de piel, origen étnico, nacional o social, género, discapacidad, lengua, religión, posicionamiento político o de cualquier otra índole, poder adquisitivo, lugar de nacimiento o procedencia, orientación sexual o por cualquier otra razón, y será sancionable con suspensión o expulsión”.

Por ser oriundo de Argentina el antiguo periodista de la célebre publicación El Gráfico y exdirector de la revista de la Conmebol, fue enviado por Crespo a tramitar su solicitud de acreditación mundialista en la AFA (Asociación de Fútbol Argentino), o que al haberlo impedido la FEF “lo intente con la FIFA”.

Pero la Federación Ecuatoriana de Fútbol, en su reglamento vigente, también tiene puntos que están en contra de la segregación, los cuales deben ser observados por la generalidad de sus integrantes. Además, se compromete la FEF a respetar las decisiones de la FIFA.

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El artículo número 4, del Título I. Normas generales, se determina esto: “Les es prohibido a todos sus organismos (los de la FEF) y afiliados cualquier tipo de discrimen contra un país, un individuo, o grupo de personas por motivo de origen étnico, sexo, lenguaje, religión, política, o cualquier otra consideración. Los reglamentos pertinentes adoptarán medidas punitivas para sancionar la violación de este principio”.

En el título II. Objetivos de la Federación, el artículo 6, literal H, hace énfasis en “respetar los estatutos, reglamentos, directrices, y decisiones de la FIFA, la Conmebol, y de la FEF”. Es decir, entre todas las directrices de la FIFA que la Ecuafútbol se compromete a respectar está la incluida la de “luchar contra la discriminación”.

Crespo, además de expresar que la acreditación de Barraza se negó por ser un ciudadano extranjero, dijo que “la gente de EL UNIVERSO ya sabía que no les daríamos cupos. Teníamos pocos cupos y preferimos darlos a medios que se comportaron objetivamente en el caso Castillo (Byron, investigado por FIFA tras la denuncia de Chile sobre la identidad del jugador), no a EL UNIVERSO, que no fue objetivo y tuvo una actitud antipatriótica. Parecía un diario chileno”. (D)