La Federación Indonesia de Fútbol suspendió de por vida este martes a dos responsables del club Arema FC, tras los incidentes que causaron al menos 131 muertos el pasado fin de semana en el estadio donde juega este equipo como local.

Abdul Haris, dirigente del comité de organización del Arema FC, y un miembro de la seguridad “no deberán más ejercer actividades en el mundo del fútbol, de por vida”, dijo, en una rueda de prensa, Erwin Tobing, presidente del comité de disciplina de la Federación Indonesia, añadiendo que el club deberá pagar una multa de 250 millones de rupias indonesias (unos 16.670 euros, 16.345 dólares).

Aunque la federación indonesia comenzó a sancionar a los responsables del club Arema FC, la mayoría de las críticas -sobre todo de los aficionados- se concentran en la policía, que respondió a la multitud en los incidentes con el uso de grandes cantidades de gases lacrimógenos.

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Las gradas del estadio Kanjuruhan estaban llenas el sábado: unos 42.000 “Aremania” -los aficionados del Arema FC- habían acudido a ver el partido entre su equipo contra el Persebaya Surabaya.

Tras una derrota por 3-2, los aficionados invadieron el terreno para mostrar su enfado contra jugadores y dirigentes.

La policía intentó controlar a la multitud por la fuerza, con porras, según testigos e imágenes de video, pero eso incitó más a los aficionados a entrar en el césped.

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La utilización masiva de gas lacrimógeno provocó el pánico entre la multitud y las salidas estaban inaccesibles, por lo que muchos aficionados murieron asfixiados o aplastados.

Como muestra del enfado de los aficionados, los restos de vehículos de policía incendiados eran visibles tras estos incidentes delante del estadio, mientras que muchos graffitis aparecieron para criticar a la policía. “Nuestros amigos murieron aquí”, decía uno de ellos. (D)