Pelé no le pudo hacer una gambeta a la muerte. El considerado por muchos como el mejor futbolista de todos los tiempos falleció este jueves, a los 82 años. “Pelé transformó el fútbol en arte, en entretenimiento”, escribió en redes sociales Neymar al lamentar la muerte del legendario astro del balompié mundial. Por esas dos razones expresadas por el jugador auriverde del París Saint-Germain, el recuerdo y legado de O Rei son eternos.

Para Cesár Luis Menotti, compañero de Pelé en el Santos Futebol Clube, al crack brasileño “fue el más grande de todos” porque, entre muchas otras causas, “cuando entraba en la cancha, se transformaba en algo muy difícil de explicar”. Aquellas descripciones que hace de Pelé el entrenador argentino, campeón del mundo en 1979, las pudo comprobar el público de Guayaquil hace seis décadas, en épocas en que a las grandes figuras del balompié universal la afición porteña las podía ver en vivo y en directo en los estadio George Capwell o en el Modelo. Hoy, solo por la televisión.

Si en 1959 la primera visita de Pelé a Ecuador fue considerada por EL UNIVERSO como “el gran espectáculo futbolístico del año”, cuando la joven estrella desembarcó aquella vez como campeón de la Copa del Mundo de 1958, realizada una semestre antes en Suecia, la soberbia sinfonía futbolera que dio el Santos con su monstruo, en 1962, agotó todos los elogios posibles del periodismo deportivo guayaquileño.

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Pelé regresó siendo ya, indiscutiblemente, el mejor jugador del planeta. El anuncio de su presencia, para medir a Barcelona SC en el estadio Modelo, causó conmoción. El arribo del Santos se anticipó en este Diario como “algo sobresaliente, fuera de lo común”. Se agregaba que “la afición está de plácemes” por la presentación de “una constelación de estrellas” que “con un fútbol maravilloso ha asombrado a todos los públicos del universo”. Del Santos dijo este Diario en 1962 que “vendrá encabezado por Pelé, el mejor futbolista que ha producido el planeta en todos los tiempos”.

Pelé y Luciano Macías, antes del arranque Barcelona vs. Santos, en enero de 1962, inmortalizados en la portada de la revista Estadio.

‘Los saltos eternos’

“Por fin”, la delegación paulista aterrizó el 6 de enero de 1962 en Guayaquil para jugar, 24 horas después, contra un “Barcelona convenientemente reforzado”.Ese ‘Santos de Pelé’ “enamoró con su juego. Tenía un insultante descaro y capacidad natural para marcar goles”, indicó el periódico Marca, que en una serie especial sobre conjuntos de leyenda resaltó, en el 2011, “la potente zurda de Pepe, los saltos eternos de Pelé, la inteligencia de Dorval y la profundidad de Mengalvio”.

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El 7 de enero de 1962, Barcelona SC alineó en el abarrotado escenario de la avenida de las Américas con Bonnard; Herrera (Esteves), Lecaro, Macías; J. Merizalde (Zambrano), Reeves Patterson; Gando, B. Merizalde (Pinto), Cordero (Romero), Calderón (Altamirano), Cañarte (Navas). El Santos formó con Laercio (Gilmar); Lima, Olavo, Decio; Zito (Getulio) Calvet (Formiga); Dorval (Tite) Mengalvio, Coutinho (Pagão), Pelé, Pepe.

‘Realizó lo irrealizable’

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Con goles santistas de Zito y Pepe, y descuento de Mario Cordero, todos se fueron al descanso. Pero en el complemento se desató Coutinho e “hizo alarde de efectividad” con cuatro tantos. Vicente Lecaro, de penal, batió a Gilmar.

En el duelo ganado 6-2 Pelé no anotó, pero maravillado por el juego artístico y lujoso que O Rei brindó sobre la cancha del Modelo, el célebre periodista Ricardo Chacón opinó esto, en su columna ‘Prismas del Deporte’, en EL UNIVERSO: “No necesitó Pelé hacer goles, pues su clase se fue manifestando a través de jugadas para el recuerdo. Amagues a cualquier costado, pases para compañeros como diciendo ‘este gol es tuyo’. Realizando lo irrealizable, lo que no parece ser trayectoria humana”.

Según el libro titulado Pelé. Memorias del mejor futbolista de todos los tiempos, el compromiso amistoso contra Barcelona SC, en 1962, fue el número 406 de la trayectoria profesional de Edson Arantes do Nascimento entre 1956 y 1977 (contabilizados los que jugó en el club de Sao Paulo, la selección de Brasil y el Cosmos de Nueva York). (D)