Cuando el árbitro venezolano Yender Herrera dio el pitazo final, la noche del martes, de inmediato la despiadada paliza con que Talleres de Cordoba castigó a Emelec en la fase de grupos de Copa Sudamericana entró en la historia como una de las tres peores derrotas que los eléctricos han sufrido como dueños de casa en partidos internacionales oficiales.

Para calificar el terrible 4-1 soportado por unos millonarios de empobrecido rendimiento y de disparatada alineación –responsabilidad del entrenador Ismael Rescalvo, quien tras 25 meses en el cargo aún no gana nada– en los medios de comunicación se han usado palabras como “debacle”, “humillación”, “vergüenza”, “fracaso”, “desastre”, entre otras, que reflejan la magnitud de la pérdida, la cantidad de goles recibidos, y el desperdicio de las circunstancias previas al juego favorecían a Emelec.

Los azules fueron líderes de la llave G durante cinco de las fechas disputadas, recibieron a un rival que ya estaba eliminado y al que habían doblegado en Argentina, para clasificar a la siguiente ronda dependían de si mismos, y estaban invictos en el Capwell en la Sudamericana.

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Tres goles en 38 minutos

Pero ningún antecedente sirvió. En 38 minutos Talleres ya ganaba 3-0 y el tanteador definitivo queda registrado en el capítulo de las desgracias emelecistas en competencias de Conmebol. Para hallar caídas similares a la experimentada ante los cordobeses hay que remontarse al 2003, cuando por Copa Libertadores Emelec tuvo un papel lamentable y fue arrasado dos veces en Guayaquil.

A diferencia de la campaña en la Sudamericana del 2021, en la que en un solo encuentro se echó a la basura el esfuerzo realizado en los cinco anteriores, en la Libertadores de hace 18 años, prácticamente todo fue malo. Emelec terminó ultimo en el Grupo 1, tuvo la segunda más alta cantidad de goles recibidos en la toda fase de clasificación del certamen copero (15 en seis partidos), perdió en cuatro de seis presentaciones (ganó un juego, 3-1 a River Plate), y fue vapuleado sin piedad dos veces en su estadio: Deportivo Cali lo venció 4-0 y Libertad 5-1.

El 26 de febrero del 2003 EL UNIVERSO tituló ‘Cali goleó 4-0 a Emelec en el Capwell por Copa’ y agregó que la escuadra verde y blanca “humilló anoche al Emelec en su estadio por el Grupo 1 de Copa Libertadores”.

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Gritos del reclamo

En la nota de este Diario se menciona que “‘Lárgate Quintana..’ gritaban los hinchas de Emelec cuando Jairo Patiño del Deportivo Cali anotó el cuarto gol, a los 70 minutos”. Además, se explicaba que “aquel grito lo asociaban con la pérdida de jugadores fundamentales en la consecución del bicampeonato nacional: Carlos Alberto Juárez, Walter Ayoví y Wilson Carabalí. A ellos se suma la posible salida de Augusto Poroso y Otilino Tenorio”.

Pero había más: “El mismo epíteto contra Omar Quintana, el vicepresidente del club, también hacía referencia a la discusión entre la directiva y el técnico Rodolfo Motta, horas antes del partido copero. No era para menos la indignación emelecista porque su equipo perdió 4-0 en su estadio frente a un elenco colombiano que avasalló desde el primer minuto de juego”.

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Verdes de vergüenza

De las anotaciones se detalló en EL UNIVERSO que “el atacante Carlos Castillo inició la goleada, a los 22 minutos, con cabezazo. Después Giovanny Hernández aumentó el marcador con un tiro libre combado e inatajable para el golero Daniel Viteri, a los 49 minutos. Castillo volvió a aparecer frente al cuidapalos ecuatoriano a los 63 minutos para convertir el 3-0 con tranquilidad y tocando la bola con el pie zurdo. Castillo. La vapuleada se confirmó con el gol de Patiño, que provocó la furia de los (hinchas) azules”.

Se comentó que “verde es el color de la camiseta del Deportivo Cali y de ese color quedaron los rostros de los hinchas eléctricos por la vergüenza que sufrieron por la Copa Libertadores”.

En esa fecha fatídica Emelec formó con Viteri; Caicedo (Corozo, 82 min), Poroso, Rey, Rojas; Borja, Hidalgo, Quiñónez (Cuero, 46 min), Sánchez, Jara; Tenorio.

Paliza mayor

Pero la ignominia alcanzó mayores proporciones con la visita del Libertad, de Asuncion, dirigido por Gerardo Martino. El 18 de marzo del 2003 este Diario rotuló así su noticia: ‘Libertad goleó 5-1 a Emelec en el estadio Modelo’.

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Del juego se dijo que “el bicampeón del fútbol ecuatoriano cedió tres puntos en condición de local ante el Libertad de Paraguay que lo goleó 5-1 por el grupo 1 de la Copa Libertadores. Los eléctricos se pusieron en ventaja a los 4 minutos por intermedio de Moisés Cuero”.

Y de cómo llegaron los goles se relató: “La expulsión del emelecista Wellington Sánchez a los 35 minutos permitió que el Libertad levantara su nivel juego y se fue a los camerinos, al termino de los primeros 45 minutos, con dos goles de diferencias que fueron marcados por Carlos Bonet, a los 38 minutos; y José Santos Pedrinho a los 45”.

Y “para la etapa de complemento, el equipo dirigido por el argentino Salvador Capitano (que reemplazó a Motta) no trascendió en su juego y más bien permitió que los visitantes convirtieran tres tantos adicionales. Pedrinho nuevamente movió el marcador a los 59 minutos con potente remate de larga distancia. A los 79 Sergio Fernández puso la cuarta con pase por izquierda de Soto; y cerro la goleada Carlos Bonet con fuerte remate de derecha. 5-1 a favor de Libertad”.

Por los eléctricos jugaron Viteri; Caicedo, Poroso, Rey, Rojas; Jara, Hidalgo, Cuero, Sánchez; Dalo Bucaram, Tenorio.

Baile cordobés en 1976

Y antes de la zarandeada de Talleres, en la Sudamericana, hubo otra de los cordobeses contra Emelec hace 45 años, en un amistoso. La recordó el periódico La Voz, de Córdoba, el 21 de abril pasado, días antes del comienzo de las acciones en el Grupo G, cuando los millonarios se alistaban para su debut con el equipo de la T, al que superaron en el estadio Mario Alberto Kempes.

La Voz hace referencia a un amistoso ganado por Talleres a Emelec en Guayaquil, el 1 de agosto de 1976, con una actuación brillante de los argentinos. “Es que el equipo que conducía Rubén el Maestro Bravo era una orquesta y le dio un baile memorable en el estadio Modelo, con un 3-0 que, según la crónica, se quedó corto. Dos goles de Luis Ludueña y otro del recordado Ricardo Cherini estructuraron un marcador que exhibió la clara superioridad de los albiazules sobre los locales, dirigidos por el mítico Alberto Spencer y con el argentino Oscar Cachin Blanco en su plantel de futbolistas”.

Y diferencia del Talleres 2021, que puso en ridículo a Emelec en el Capwell, el de 1976 era superior. Según la nota de Gustavo Farias, en La Voz, “eran otros tiempos, claro está. Talleres tenía cinco jugadores en la selección argentina (el mencionado Ludueña, Luis Galván, Miguel Oviedo, Daniel Valencia y Humberto Bravo), además de un referente nacional como Daniel Willington”. (D)