Países Bajos es una nación histórica en la Copa Mundial de la FIFA y llega plagada de jugadores que están en los grandes clubes de Europa. Vencerlos obliga a subir el nivel de Ecuador.
La Tricolor no lo ha conseguido nunca. Los dos duelos anteriores contra la Oranje se saldaron con una derrota y un empate, aunque en ambos casos se trataba de partidos amistosos que tuvieron lugar en Ámsterdam en el contexto de preparación para mundiales.
En 2006 los locales se impusieron por 1-0 en los meses previos al Mundial de Alemania, el único en el que la Tri superó la fase de grupos, una gesta que buscan igualar ahora. Aquel gol fue obra del delantero Dirk Kuijt.
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Ocho años después, en el mismo escenario, Ecuador cosechó un 1-1 gracias a un tanto de Jefferson Montero, que fue igualado por otro de Robin van Persie.
Países Bajos es conocido por su estilo de juego, construido a partir de la posesión del balón, y en la concentración ecuatoriana saben que disputarles el esférico es una manera de compensar la contienda.
La reputación de Ecuador en la reciente ronda sudamericana de clasificación se ha asentado en su solidez defensiva, solo mejorada por las dos grandes, Argentina y Brasil. Pero limitarse a contener puede ser una estrategia suicida frente a la calidad holandesa.
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Ahora, la Tri conducida por Gustavo Alfaro tiene que demostrar que todas las promesas que la llevaron a Qatar 2022 no son vanas y que tiene armas para rivalizar contra la que es, a priori, favorita del grupo.
A la tres veces subcampeona mundial (1974, 1978 y 2010) le costó derrotar a Senegal (0-2) en la primera jornada del grupo A, pero demostró tener paciencia y oficio para sumar tres puntos, lo que la sitúa al frente de la llave junto a Ecuador.
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(D)