Guayaquil podrá exhibir con orgullo, desde este martes, un récord deportivo singular y que jamás podrá ser roto. Se alista a ser la única ciudad del planeta donde jugaron con la camiseta albiceleste, por lo menos una vez, los tres mejores futbolistas argentinos de todos los tiempos: Alfredo Di Stéfano, Diego Armando Maradona y Lionel Messi (para algunos conocedores uno de ellos es, además, según los gustos, el mejor del mundo en todas las épocas a nivel mundial).

Ni siquiera el país de origen de este maravilloso terceto de genios del balón puede sacar pecho por haberlos tenido en sus canchas, en algún instante de la historia, con el uniforme de Argentina. Aquello sí se da con Guayaquil porque aunque Maradona y Messi jugaron en estadios de su tierra encuentros amistosos, de Copa América, y por eliminatorias, Di Stéfano sólo alineó por su combinado durante el Sudamericano de 1947, un torneo realizado íntegramente en el George Capwell, del Club Sport Emelec.

Los Tres Tenores (Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras) podrán haber dado conciertos en Roma, Los Ángeles, Hamburgo, París, Yokohama, Nueva York, Londres, Madrid, Toronto, Melbourne, y otras urbes del primer mundo, pero ninguna de esas metrópolis tuvo en sus canchas, con los colores de Argentina, a la Saeta Rubia, a Pelusa, y la Pulga. Guayaquil, sí.

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Cuando Lionel Messi, con la banda de capitán, pise el césped del Monumental Banco Pichincha, para encabezar a la tropa rioplatense que enfrentará a Ecuador en el cierre del premundial de Qatar 2022, Los Tres Mosqueteros argentinos habrán completado, luego de largos 75 años, su andadura por los estadios porteños.

Di Stéfano

En el sitio web oficial del Real Madrid se dice de Di Stéfano (1926-2014): “El mejor jugador de todos los tiempos. Atacaba, defendía, todo lo hacía bien. Un líder dentro y fuera del campo. Ganar. Ésa fue la única palabra en el diccionario de Alfredo Di Stéfano. Absoluto dominador en España y en Europa, el Real Madrid giraba en torno a su inconmensurable figura. Es el único jugador del mundo que posee un Súper Balón de Oro. Lo recibió en 1989″.

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En el portal de la AFA se destaca que “con la selección argentina, en 1947 se consagró campeón de la Copa América, siendo el máximo goleador del equipo junto con Norberto Méndez, ambos con seis conquistas”.

Alfredo Di Stéfano, en 1947, con la selección albiceleste. Foto: Archivo

La revista El Gráfico, en un especial llamado Ídolos de la Selección, en el 2014 publicó esto de la Saeta Rubia: “Triunfó en Argentina, Colombia y España; hubiera triunfado hasta en la Luna. Dentro de la subjetividad del fútbol, por su velocidad y clase, Di Stéfano está considerado uno de los mejores futbolistas que vio el planeta (...) en 1947 consiguió su único título con el seleccionado nacional: el Campeonato Sudamericano en Guayaquil, Ecuador, aportando 6 goles a la conquista”.

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En Guayaquil, únicamente

Lo que no se resalta es que en este puerto, en aquel legendario certamen, es donde Di Stéfano jugó sus únicos seis partidos como futbolista albiceleste. El entonces atacante de River Plate arribó como suplente de René Pontini. “Argentina presentó una línea de ataque formidable con Mario Boyé, Norberto Méndez, René Pontoni, José Manuel Moreno, y Félix Loustau. Alfredo Di Stéfano era suplente”, se recuerda en el libro Conmebol 2001.

El 4 de diciembre de 1947 se estrenó Di Stéfano, de 21 años, con Argentina. Salió desde el banquillo, en el segundo duelo de Argentina en la Copa América. Fue “contra Bolivia, una húmeda y calurosa noche en la costera Guayaquil”. Marcó un gol en la paliza 7-0 que sufrieron los del altiplano en el Capwell. El 11 de diciembre ya fue titular en la victoria 3-2 sobre Perú y ya no perdió ese lugar.

“Pontoni, cuya importancia hacía tiempo que había quedado demostrada, tuvo que ceder su puesto a la mayor revelación de Argentina en 1947″, dijo El Gráfico sobre Di Stéfano, forjado como estrella en Guayaquil. El 25 de diciembre, en el choque contra Ecuador, el futuro mejor jugador del mundo no pudo hacerle goles al portero Napoleón Medina Fabre. De aquello se encargaron el Charro Moreno y Tucho Méndez para el 2-0 de la selección que 72 horas después se proclamó tricampeona de América.

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Maradona

Con Argentinos Juniors y Boca jugó amistosos en Guayaquil y Quito Diego Maradona, pero el único partido del descomunal futbolista, campeón del mundo en México 1986 -como figura excluyente de ese torneo- con su selección en Ecuador lo jugó en el estadio Monumental, el 25 de mayo 1994. Fue en el arranque de una gira de Argentina, previa a la Copa del Mundo en Estados Unidos.

El duelo entre Argentina y Ecuador, en 1994, en el Monumental. Foto: Revista El Gráfico.

En su edición del 31 de mayo El Gráfico resumía lo siguiente: “La Federación local designó de urgencia como técnico interino a Carlos Torres Garcés (...) luego de un largo receso Ecuador volvió a juntarse el lunes 23 de mayo, si, dos días antes de jugar con Argentina. Los aficionados ecuatorianos se encomendaban a Dios. Creían que Argentina los golearía, de la mano de Diego Armando”.

‘Apareció una vez’

Y aunque en el partido con la Tricolor Maradona “solo apareció una vez”, como indicó EL UNIVERSO en su reseña, la presencia del Pelusa generó una enorme expectativa en la ciudad. Guayaquil se había perdido de ver a Mardona en la Copa América de 1993 porque el ‘10′ cumplía una suspensión por consumo de sustancias prohibidas.

A uno de los más formidables exponentes del fútbol-arte lo definió así El Gráfico en el especial Ídolos de la Selección: “La gambeta mágica. El talento inagotable. La pegada exacta. La zurda endemoniada. El más pícaro del barrio. El mejor del mundo. Todo eso fue Maradona, el emblema más gigantesco de la selección en toda su historia. El compromiso. La pasión. La idolatría. Las ganas. La exquisitez. La mentalidad ganadora. La falta de miedo. La abundancia de excelencia. El ataque maravilloso, letal, lujoso. Todo eso encarnó Diego. ¿El mejor de todos los tiempos? Messi lo dirá”.

Ecuador sorprendió y venció 1-0 en 1994, con Maradona incluido, a una de las grandes favoritas para coronarse en Estados Unidos. El Gráfico habló de “la noche triste en Guayaquil, que se hizo derrota impensada y dolorosa cuando Byron Tenorio le ganó en el salto a José Chamot y cabeceó al gol, metiendo las pelota contra el palo derecho de Sergio Goycochea”. (D)