El corazón de Diego Armando Maradona tuvo una gran actividad a lo largo de su vida y fueron muchos los nombres que se hicieron un hueco en él. Una de ellas fue Mavys, una joven de 17 años a la que conoció en Cuba y por la que estuvo dispuesto a hacer auténticas locuras para conseguir que llegara a Argentina. Así lo revela Infobae, que recuerda que ambos se conocieron poco después de que el futbolista llegara a Cuba en el año 2000.

Lo hizo acompañado de Claudia Villafañe, aunque ya estaban separados, y su objetivo era ingresar en un centro de rehabilitación para dejar atrás sus adicciones. Él pretendía encontrar a Laura Cibilla, la camarera de la que se enamoró al conocerla en 1998, pero las peleas y los excesos provocaron su ruptura en 2001 y la apertura de una vía libre para encontrar una nueva pareja.

Maradona estaba convencido de que Cibilla le había sido infiel con un trabajador de un hotel de Varadero, y hasta allí se desplazó para tener más detalles. Sin embargo, tras comprobar que no había pasado nada entre ellos se hizo amigo del hombre que hasta ese momento había odiado y este le presentó a la hija de una de las trabajadoras: Mavys.

Publicidad

Tenía solo 17 años, pero consiguió dejar prendado a uno de los mejores futbolistas de la historia y el Pibe de Oro se marcó como objetivo volver a verla, una meta que quería conseguir a través de cualquier medio. Era el caldo primigenio del que posteriormente surgiría su relación sentimental, una que Diego se esforzó por mantener recorriendo en continuas ocasiones los más de cien kilómetros que separaban su clínica del domicilio de la joven.

Siguiendo la información del mismo medio, ambos se instalaron juntos en La Pradera, pero los celos de Maradona comenzaron a aflorar. La joven apenas podía salir de casa y el astro incluso trajo seguridad de Argentina después de una pelea en una discoteca con un hombre que se atrevió a piropear a su novia, publica diario AS de España.

Foto: Archivo

A Argentina en una caja

Maradona estaba enamorado de Mavys y quiso que estuviera en el partido homenaje que tuvo en La Bombonera en 2001, el mismo en el que pronunció la famosa frase de “la pelota no se mancha”.

Publicidad

No obstante, por aquel entonces los cubanos no podían abandonar el país sin un motivo de peso, y eso llevó a Maradona a planear el traslado de la joven en una caja, la misma que utilizaba para llevar sus botas, balones y todo lo necesario para sus viajes. Tuvo en cuenta todos los detalles: “Quiero que le hagan agujeros para que pueda respirar”.

Por suerte para Mavys, las personas más próximas a Maradona hicieron que entrara en razón y consiguieron una reunión con Fidel Castro, que ante las súplicas del futbolista, firmó una autorización para que Mavys viajara a Argentina con la condición de que regresara antes de que pasaran veinte días desde el final del partido.

Publicidad

En Argentina Mavys apenas pudo estar con Diego por la cantidad de cámaras y periodistas que andaban detrás de él en esos días, pero el séquito del jugador se ocupó de cuidar de ella y esta aprovechar para someterse a una cirugía estética para aumentar su pecho.

Maradona la obsequió con una gran fiesta en el Havana Club el día que Mavys cumplía 18 años, y su relación se extendió hasta 2003. La joven sabía que Diego Armando veía a otras mujeres, pero no fue hasta que apareció Adonay Frutos cuando decidió terminar definitivamente su relación.

Se vieron un año después mientras Maradona se sometía a un nuevo tratamiento y mantuvieron una larga charla, pero ya nada era como antes. (D)