El mundo del fútbol está repleto de historias rocambolescas y la de Mohamed Buya Turay (27 años) es una de ellas. El jugador, nacido en Sierra Leona, lo tenía todo organizado para casarse el 21 de julio en su país tras concluir su compromiso contractual con el Henan Songshan Longmen de la Superliga China. Pero la irrupción del Malmö FF lo cambió todo dando lugar a una situación surrealista.

Y es que el club sueco se lanzó a por su fichaje y pidió al futbolista que se incorporara lo antes posible debido a que la liga en el país nórdico ya está en marcha y también compite en las rondas clasificatorias para la fase final de la Europa League. Con este panorama, Buya Turay no tuvo más remedio que dejar a su futura esposa, Suad Baydoun, compuesta y sin novio, y partió rumbo a su nuevo destino, publica diario AS de España.

Lo más curioso de todo el asunto es que el enlace no fue cancelado a pesar de que la presentación del jugador estaba prevista para el 22 de julio. Todo lo contrario. Al futbolista no se le ocurrió mejor idea que mandar a su propio hermano en su lugar para que todo siguiera su curso.

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“Nos casamos el 21 de julio en Sierra Leona. Pero no estuve allí porque el Malmö me pidió que viniera antes. Hicimos las fotos por adelantado. Así que parece que estuve allí pero no fue así. Mi hermano tuvo que representarme él mismo en la boda”, relataba el futbolista al Aftonbladet, el periódico más leído de Suecia tras compartir un tuit en el que se les veía a ambos engalanados.

“Voy a intentar llevarla ahora a Suecia y a Malmö para que esté cerca de mí. Vivirá aquí conmigo. Primero ganaremos la liga y luego me iré de luna de miel en diciembre”, bromeaba Buya Turay, que da a entender que lo sucedido es algo contemplado en las costumbres de su país.

El jugador, que tiene una hija de tres años también en Suecia -gran parte de su carrera la ha desarrollado allí- fruto de otra relación, debutó el jueves con su nuevo equipo en la Europa League en la clara victoria sobre el Dudelange luxemburgués (3-0). Eso sí, su mujer sigue a miles de kilómetros. (D)