‘Simón Cañarte, en la leyenda del campeonato nacional’ fue el título de la última entrevista que el temible artillero de Barcelona Sporting Club le dio a EL UNIVERSO. Se publicó el 29 de enero del 2017, en el aniversario número 60 de la obtención del galardón que inmortalizó deportivamente al futbolista guayaquileño: la corona de goleo que se ciñó en la versión inicial del campeonato nacional.

Por aquel logro este Diario destacaba, en esa nota de hace un lustro, que “en los años o siglos venideros siempre que sea repasada la historia del torneo ecuatoriano de fútbol, en el capítulo de los máximos artilleros de cada edición aparecerá en primer lugar su mítico nombre: Simón Cañarte Arboleda”.

El célebre goleador de 1957 falleció este jueves, a los 89 años de edad. Cañarte tuvo una carrera deportiva que lo convirtió en uno de los símbolos más respetados del barcelonismo, condición que forjó cuando ya la popularidad del equipo canario era indiscutible en Guayaquil y la pasión por sus colores empezaba a extenderse por todo el territorio nacional.

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Goles memorables

Contribuyó Cañarte a que la idolatría de Barcelona SC se afiance siendo autor de anotaciones memorables, como la que le hizo de chilena, en el estadio Capwell a Miguel Ángel Rugilo, en un duelo contra Tigre, de Buenos Aires. Rugilo era apodado el León de Wembley por su papel como arquero de Argentina en un amistoso con Inglaterra). “Ese es mi gol favorito”, le contó Simón Cañarte a EL UNIVERSO en el 2017.

En 1951 Simón Cañarte llegó, con 18 años, a Barcelona SC después de haber jugado en las calles porteñas, en la canchita del colegio José Domingo Santistevan, en el Boca Juniors del ascenso y en la oncena del Banco La Previsora, que fue donde lo vio el dirigente torero Paul Schuller.

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“Schuller me encontró en Pichincha y 9 de Octubre y me llevó a la oficina de Federico Muñoz Medina, donde firmé la ficha de afiliación. No me pagaron nada porque yo no sabía de primas ni de sueldos. Lo que yo quería era jugar en Barcelona”, contó alguna vez Simón Cañarte.

En junio de 1951, ante el Reed Club, debutó Cañarte con la camiseta de Barcelona SC Lo pusieron de alero zurdo junto a José Jiménez, Carlos Cabello, Sigifredo Cholo Chuchuca y José Pelusa Vargas. Pero él buscaba por instinto el centro del área rival.

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El periodista Ricardo Vasconcellos Rosado describe a Simón Cañarte en su época de futbolista: “Era físicamente fuerte, no tenía miedo de los trancazos rivales, sabía bastante con el balón en sus pies, tenía olfato de gol y un par de cañones en sus botines. En 1952 Simón jugó de puntero zurdo, hasta que le tocó debutar a su hermano Clímaco, de apenas 16 años”. Prosigue el historiador: “Se formó con Simón y Clímaco un ala izquierda histórica y una delantera formidable con Jorge Mocho Rodríguez, Enrique Pájaro Cantos y Chuchuca. Ya no eran el Cholo y Pajarito los que buscaban perforar las vallas contrarias; ya estaban también Simón Cañarte”.

La consagración de Simón Cañarte como figura estelar se produjo en 1954 cuando en la cuarta edición del campeonato profesional de la Asociación de Fútbol del Guayas, con 13 dianas, se proclamó goleador de ese certamen.

El título de 1955

En la temporada siguiente Simón Cañarte fue pieza clave en la obtención del primer cetro de Barcelona SC en la historia del profesionalismo en Ecuador. El campeón de Asoguayas de 1955 se decidió en el Clásico del Astillero, disputado en la fecha final del torneo en el Cawpell, el 27 de noviembre de ese año. Emelec necesitaba vencer para igualar en puntos con su adversario, pero los goles de Carlos Raffo y Júpiter Miranda no bastaron. Barcelona SC dio la vuelta olímpica porque ganó 3-2, con anotaciones de Simón Cañarte, Enrique Cantos y Sigifredo Chuchuca.

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Antes de la titulación, el 31 de julio 1955, Cañarte fue parte de un Clásico del Astillero que está en los libros de récords como en el que más goles se marcaron: ocho. Los canarios se impusieron 5-3, con tantos de Gonzalo Salcedo (2), Chuchuca (2) y Cañarte. EL UNIVERSO elogió a la figura amarilla por “terroríficos disparos” y por “la demostración de empuje y bravura”.

Simón Cañarte en su época como jugador de Barcelona SC.

Vinieron, antes del prematuro retiro, goles inolvidables, como el que le hizo a Independiente de Avellaneda, el 16 de enero de 1957 en un partidazo ganado 4-3 por Barcelona SC, en el Capwell. La víctima de Cañarte fue el portero Julio Cozzi, bautizado en Colombia como ‘El arquero del siglo’, por su brillante paso por el Millonarios de Alfredo Di Stéfano. Desde 40 metros “disparó un misil que Cozzi ni siquiera alcanzó a ver cuando entraba en el marco”, cuentan las crónicas de la época.

¿Recuerda otros goles?, le preguntó este Diario a Simón Cañarte, en el 2017. Esto respondió: “Uno ante Palestino, campeón de Chile (en un amistoso, el 25 de diciembre de 1958). Corrí por intuición hacia donde estaba el balón. Enrique Cantos me dio un pase luego de que recorrí bastante sin la pelota. Terminé disparando fuerte y anotando”.

En el primer campeonato nacional, organizado en 1957, con Barcelona SC fue subcampeón, pero con cuatro goles marcador en el mismo número de compromisos, Cañarte se quedó con el título de artillero. Desde entonces fue llamado simplemente ‘El goleador del 57′. “Yo tenía facilidad para hacer goles, los encontraba de cualquier manera; si decía que haría dos goles, los hacía. Si decía tres, eran tres”, narraba sonriente Simón Cañarte.

El retiro, con 25 años

Una campaña después, en 1958, colgó los botines. Tenía 25 años. Relató ese episodio en este Diario en el 2017.

“No se podía vivir del fútbol en ese tiempo (1958). Yo tenía otro trabajo en una compañía bananera que me pagaba el doble que Barcelona y tuve que decidir. Le dije a los directivos: ‘hasta aquí nomás’. Lo decidí luego de un Clásico del Astillero. Había trabajado toda la noche y no pude ni ir a mi casa a dormir, a pesar de que mi supervisor me dio permiso para irme. Agarré mi maleta y fui a jugar. Ese día supe que no podía hacer ambas cosas”, contó.

Tras el fútbol se dedicó a trabajar en actividades ajenas al deporte, e incluso fue gerente de su propio negocio de distribución de piezas para automóviles. Con su hermano Clímaco creó la Fundación Ídolos del Astillero, y el 7 de agosto de 2008 recibió un reconocimiento del Concejo Municipal, por su contribución a la comunidad y al entendimiento entre los pueblos, en Nueva York, Estados Unidos.

Fue padre de los periodistas Simón y Luis Fernando Cañarte Rendón (que laboró en este Diario), y de Patricio Cañarte Rendón. Estuvo casado por más de medio siglo con Marta Rendón Morla.

Cañarte es velado en la Sala Plegaria 1 del Cementerio General. En ese camposanto será sepultado este sábado, a las 15:00. (D)