El gobierno alemán expresó este lunes su “incomprensión” por la situación creada el pasado fin de semana, en que 50.000 aficionados pudieron asistir en el estadio al partido entre el FC Colonia y el Borussia Mönglengladbach, pese a las alertas por el auge de la pandemia de COVID-19 y la aparición de la nueva variante ómicron, detectada en el sur de África.

“Los expertos, como el ámbito político, están advirtiendo que todo contacto implica ahora mismo un riesgo”, recordó el portavoz del Gobierno saliente de Angela Merkel, Steffen Seibert.

En estas circunstancias “es muy difícil de entender que se celebren partidos con 50.000 aficionados en el estadio”, añadió esa fuente gubernamental.

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Las imágenes de las gradas, con una gran mayoría de los asistentes sin mascarillas, han provocado fuertes reacciones de rechazo tanto del gobierno saliente de Merkel como de la futura coalición del socialdemócrata Olaf Scholz con verdes y liberales.

Mientras en la mayoría de los “Länder” -estados federados- los partidos se celebraron sin público o con aforo reducido, en mencionado derbi renano se hizo sin limitaciones. No hay una regulación unitaria para todo el país, sino restricciones a escala territorial.

Alemania acumula desde hace semanas sucesivos récords de incidencia. Este lunes se marcó un nuevo máximo absoluto, con 452,4 casos en siete y por 100.000 habitantes como media nacional.

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El “Land” más afectado es Sajonia, con una incidencia semanal de 1.284,8 casos, seguido de Turingia y Brandeburgo, con 895 y 725, respectivamente. A estos tres estados federados del este les sigue Baviera, en el sur, con 627,6, aunque con tendencia a descender. (D)