Durante semanas, meses, los tabloides británicos han disfrutado como hacía tiempo no se veía. El pleito que enfrenta en los tribunales a Coleen Rooney (36 años) y Rebekah Vardy (40 años) reunía los ingredientes necesarios para escribir un best seller. Traición, engaño, infidelidades, sospechas, acusaciones y desmentidos salpican una historia convertida en juicio mediático: el Wagatha Christie.

Y es que el acrónimo con que los medios se refieren a las esposas y novias de los futbolistas (WAG) y la gran dama del misterio conforman un juego de palabras tan acertado como oportuno. Porque la historia no tiene desperdicio. En 2019, la mujer de Wayne Rooney, que acaba de fichar como entrenador del DC United de la MLS, harta de comprobar que determinados aspectos de su vida privada que compartía en su cuenta privada de Instagram llegaban a los medios, urdió un plan, publica diario AS de España.

“Después de mucho tiempo intentando averiguar quién podía ser, tuve una sospecha, por varias razones. Para confirmar, tuve una idea. Bloqueé a todos mis seguidores de Instagram excepto una cuenta”, compartió Coleen en sus redes sociales, donde aseguraba que había colgado historias falsas para tratar de dar con la persona que estaba detrás de las filtraciones.

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“He hecho pantallazos, y los he guardado, de todas esas historias, y claramente demuestran que una persona las vio. Era... la cuenta de Rebekah Vardy”, zanjaba Coleen, provocando un cruce de acusaciones y desmentidos que acabó con la denuncia de la mujer de Jamie Vardy, actual jugador del Leicester, que daba lugar al juicio de Wagatha Christie, que arrancó el pasado 10 de mayo.

Rebekah Vardy reclamaba tres millones de euros por difamación en otro detalle genial de toda esta rocambolesca historia. Parecía ser la culpable de las filtraciones, pero a su vez se hacía la ofendida incluso cuando su posición quedaba muy debilitada al empezar a circular las imágenes en las que Coleen sustenta su defensa. Y efectivamente, la jugada no le ha salido bien.

Y es que este viernes, más de dos meses después de que se iniciara el proceso, ya hay sentencia. Y Coleen Rooney ha salido airosa y ha ganado el histórico caso de difamación, poniendo fin a una saga de tres años. En su escrito, la jueza Justice Steyn dice que el post viral de Coleen “revelado” era “sustancialmente cierto” y de interés público.

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También asegura que Rebekah “conocía, aprobaba y participaba activamente” en las filtraciones a los medios de comunicación por parte de su agente Caroline Watts. La jueza ha determinado que la mujer del jugador del Leicester “ocultó deliberadamente pruebas” durante el juicio y que la eliminación de mensajes de WhatsApp fundamentales para el caso fue “deliberada y no accidental”.

Con este panorama, Rebekah Vardy se verá ahora obligada a pagar las multimillonarias costas judiciales de su rival después de que el tribunal dictaminara que había filtrado historias a la prensa. Un punto y final a una historia tan rocambolesca como reveladora sobre los tiempos que corren en los que las redes sociales parecen haberse convertido en el epicentro de todo lo que sucede. (D)