Bajo el mando del español Ismael Rescalvo, Emelec se tuvo que conformar con un vicecampeonato, el rendimiento del plantel fue irregular y por esto, la afición se enfurecía con el entrenador europeo.

Tanta fue la resistencia hacia el entrenador que, incluso, los candidatos a la presidencia, que ganó en noviembre José Pileggi, ya habían anticipado que no contarían con el técnico.

En efecto, con el arribo de la nueva directiva, encabezada por Pileggi, luego de 25 días (según lo reveló el titular millonario a EL UNIVERSO), se pudo llegar a un acuerdo para rescindir el contrato del profesional que estaba vigente hasta diciembre de este año.

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Sin embargo, el exfutbolista Óscar Bagüí, que también estuvo como asistente de Rescalvo, dejó entrever que existía división en el plantel.

“Cuando un club no logra los objetivos que se han propuesto en el año, es una mezcla de todo, los culpables somos todos: dirigentes, cuerpo técnico, jugadores, porque no encuentras esa armonía de trabajo y el camino”, expresó el exdefensor.

“Se intenta hacer lo mejor, por ahí hay muchas charlas internas, a veces el futbolista tal vez no entiende algunas cosas o el entrenador no entiende que el jugador no funciona en ciertas posiciones”, añadió Bagüí en conversación con radio I99.

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A criterio del también exseleccionado tricolor, Emelec no tuvo un buen 2022. “Arrancamos mal, sobre todo por el tema de las lesiones, mes y medio con tres centrales con problemas, y después hubo otras en el año que no las tomamos como excusas”.

“Creo que al pasar bastante tiempo con un entrenador, por ahí se da el desgaste (de la relación) entre el futbolista y el DT y por ahí no salen las cosas, además te tiran todas las malas. Hay también que ponerse del lado del hincha porque quiere que su equipo siempre gane”, añadió.

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Bagüí cuestionó ciertas “actitudes” de elementos del plantel (que no los mencionó) y que según su criterio “dejaron mucho que desear”.

“Hay que percatarse de quién es la manzana podrida y sacarla y hay muchas cosas de las que uno se percata, yo no tenía la decisión final, porque yo hubiese sacado a medio camerino”, indicó.

“Rescalvo no es un mal entrenador, ellos (los hermanos) trabajan mucho en la planificación de partidos, están pendientes de todos los detalles, hay entrenadores que manejan bien esta parte, pero les falta como detectar cosas y eso a uno lo hace ver cuando ha estado diez a quince años en un camerino”, concluyó. (D)