Se acomodó el balón con el control y sacó un zurdazo seco pegado al poste para reventar la noche catarí en el majestuoso estadio de Lusail. Lionel Messi apareció en el momento justo para derrotar a México y resucitar a la selección argentina en el Mundial.

Corría el minuto 64 cuando su viejo socio Ángel Di María lo encontró desde la derecha en la mediapunta y el 10 decantó una balanza hasta entonces muy equilibrada.

Con lágrimas celebró emocionado en un fondo repleto de hinchas argentinos enloquecidos.

Fue su octavo gol en los Mundiales, el segundo en la presente edición, tras lograr de penal el tanto de los suyos en la derrota ante Arabia Saudita (2-1).

“No quedaba otra, había que ganar para depender de nosotros. Era un partido complicado para levantarlo, porque México juega bien, tiene un gran técnico, sabe manejar la pelota, nos costó mucho”, dijo Messi tras el duelo.

Los seleccionadores, el argentino Lionel Scaloni y el mexicano Gerardo Martino, también se rindieron al genio.

“Ya sabemos desde hace años que tenemos al mejor del mundo. Hasta los hinchas mexicanos disfrutan de verlo jugar”, dijo el primero.

“Lo dije ayer, en 30 segundos te hace daño”, añadió el argentino Martino, que lo dirigió en el Barcelona y en la Albiceleste. (D)