Dicen que los partidos se ganan por detalles. Frase hecha que en algunos casos más que detalles se convierten decisiones centrales. Y esa es la que tiene pensada hacer el técnico de Australia, Graham Arnold, en caso de que el partido con Argentina termine igualado -suplementario incluido- y se tenga que definir por penales, publica diario Olé de Buenos Aires.

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¿Se acuerdan del arquero bailarín que amargó a Perú en el Repechaje para llegar a Qatar 2022? Se trata de Andrew Redmayne, suplente de la los socceroos (así piden que los llamen) y está listo para entrar mañana si hace falta. “Es un muy buen atajador de penales y siempre es una opción para que entre porque apunta al aspecto mental del rival, le agrega un poco de incertidumbre en sus cerebros”, explica el DT.

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El sol pega fuerte en el Aspire Zone Trainning, pegadito a ese hotel The Torch que se ve desde varios puntos de la ciudad. Los que no jugaron contra Dinamarca se entrenan normalmente pero los arqueros, (el titular Mathew Ryan se quedó en el gimnasio con los titulares) trabajan en forma separada. ¿Qué hacen? Sí, le dedican un tiempo a los penales. Esa especialidad de Redmayne y que finalmente le dio un lugar entre los 26 que están en Qatar.

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Un arquero que ataje penales no es una gran novedad, pero el sello de Redmayne son los bailes y saltitos que mete en la previa a que le pateen. En realidad, copió la coreo de un programa infantil australiano, The Wiggles, porque “están en mi televisión en casa todo el día por mi hija pequeña”.

Si bien fue el momento de mayor repercusión mundial del “estilo Redmayne”, también repitió en la liga local. Con el agregado que el pateador rival de ese duelo, Jasson Cummings lo incitó a bailar. Lo hizo de nuevo e imagínense cuál fue el resultado: acertó, su equipo pasó de ronda.

Tal repercusión tomó lo que hacía antes de los penales, que la FIFA debió salir a hacer una aclaración que pareció dirigida especialmente a él por más que no lo nombraran: está permitido moverse por la línea como quiera siempre y cuando no se salga nunca de la línea final.

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“Sabemos que mi cambio para los penales puede suceder y entonces yo trabajo para esa posibilidad”, repite este australiano de 33 años, que ataja en el Sidney FC australiano y llegó a la Copa del Mundo con apenas cuatro partidos jugados en su selección. Barba larga de esas que lo hacen bien reconocible a la distancia y se alterna en la práctica de penales con el otro arquero suplente Danny Vukovic. No hay baile, ¡pero los tapa seguido igual! (D)