La primera jornada de la vista que se celebra en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para dilucidar si la UEFA goza de un monopolio y abusa de una posición de dominio se ha cerrado con acusaciones gruesas. Donald Slater, abogado de la UEFA, ha dicho que la Superliga es “el ejemplo perfecto de lo que conocemos como un cartel”. Miguel Odriozola, del despacho Clifford Chance, ha respondido que “la UEFA gobierna el fútbol con mano de hierro y jamás autorizará ningún proyecto que ponga en riesgo su monopolio”.

La maquinaria de la UEFA, apoyada por las ligas, ha puesto en marcha la oposición frontal al proyecto de Superliga que sostienen el Real Madrid, el Barcelona y la Juventus porque entienden que “lo que quieren es comerse todo el pastel”, según se escuchó en la vista ante el TJUE. La UEFA sostiene que esta competición “socavaría los objetivos de solidaridad, equilibrio competitivo y promoción del fútbol base”.

La Superliga se comprometió a revertir 320 millones de euros anuales ($ 326.964.625) en los equipos que no disputarán su competición, que en su nuevo proyecto contempla los ascensos y descensos y renuncia a ser una liga cerrada. Según el proyecto final, la Superliga es una nueva competencia entre 20 clubes compuesta por 15 fundadores y 5 clasificados anuales. Habrá dos Grupos de 10 clubes cada uno, jugando partidos de ida y vuelta dentro del grupo. Después de la fase de grupos, 8 clubes se clasificarán para un torneo eliminatorio, jugando en casa y fuera hasta la final a cuatro.

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El origen y ahora

La Superliga nació con el apoyo de seis clubes ingleses, tres italianos y tres españoles, pero abortó 48 horas después por la renuncia del Manchester United, Liverpool, Manchester City, Chelsea, Tottenham, Arsenal, Milan, Inter y Atlético de Madrid. Las protestas de los aficionados en Inglaterra y la fuerza que hizo Boris Johnson contra el plan hicieron desistir a los seis clubes ingleses, a los que luego se sumaron otros tres equipos. Pero Madrid, Barça y Juve se mantuvieron firmes y esperan recuperar la iniciativa si el TJUE entiende que, como le ha preguntado el Juzgado Mercantil 17 de Madrid, que la UEFA goza de un monopolio, una fórmula vetada en todo el territorio de la Unión Europea, en cualquier sector de actividad. Por ello, Odriozola advirtió en el TJUE que “la UEFA no solo goza de una posición de dominio, sino que tiene un conflicto de intereses y por ello han creado nuevas barreras con el único fin de violar la Ley de Competencia de la UE”.

Segunda jornada

Este martes se celebrará la segunda y última jornada de la vista en el TJUE. Se espera un fallo para finales de año o principios de 2023, coincidiendo con la finalización de la Copa del Mundo de Qatar. La UEFA espera que el Tribunal de Luxemburgo reconozca que la Superliga “sería un golpe mortal al modelo deportivo en Europa, el mejor lugar del mundo para jugar el fútbol”, mientras que la Superliga confía en que los mismos jueces fallen a su favor y “prohiban el monopolio de la UEFA y su posición de abuso sobre el fútbol en todo el continente”, lo que dejaría pista libre para la puesta en marcha de la nueva competición que, según sus organizadores, permitiría una redistribución más justa del dinero del fútbol entre los clubes y equipos europeos. (D)