El Manchester United acaba de hacer oficial la contratación del prestigioso técnico holandés Erik ten Hag, de suceso en el Ajax, con varios títulos y juego encantador, muy a la holandesa. El United pasará a militar entre los clubes que juegan bien, respetando el balón y priorizando posesión y pase al pie. Inglaterra tiene ya los mejores torneos, la más atractiva puesta en escena, estadios preciosos y buena parte de los jugadores más brillantes. Ahora, para completar, está aglutinando a los entrenadores clase A. Desde el próximo agosto la Premier League reunirá a Pep Guardiola, Jürgen Klopp, Thomas Tuchel, Antonio Conte, Ten Hag y los ascendentes Steven Gerrard y Frank Lampard. Ellos lucharán sin la menor duda por los seis o siete puestos de arriba y darán mayor excelencia a ese espléndido producto que es el fútbol inglés.

Este sábado consiguió su primer campeonato liguero Julian Nagelsmann, el joven alemán de 34 años que dirige al Bayern Munich y cuyo futuro está vaticinado como estelar por muchos analistas. Lo ven como un próximo gurú de los banquillos. El Bayern derrotó 3-1 a su gran rival, Borussia Dortmund, y se coronó campeón de Alemania por décimo año consecutivo. Una hegemonía que parece imposible de repetirse en otra geografía. Y que, obviamente, no le hace ningún favor al fútbol germano. ¿Quién se emociona viendo un torneo donde siempre gana el mismo…? El Bayern, como ya es habitual, dio la vuelta olímpica con holgura, tres fechas antes del final. Una costumbre que solo se repite una y otra vez en Alemania, donde hay un solo tiburón blanco.

Hablando de campeones anticipados… Hasta siete u ocho años atrás, a Guardiola y Klopp, los dos mejores estrategas del mundo, los disfrutaba la Bundesliga, el primero en el Bayern, el segundo en el Dortmund. Fueron absorbidos por el Manchester City y el Liverpool respectivamente. Y hoy siguen peleando la punta cabeza a cabeza en Inglaterra. Pero estando en la patria de Beckenbauer protagonizaron un duelo fantástico y, sobre todo, un certamen que está en los libros de historia: la temporada 2013-2014. ¿La causa…? El Bayern estableció un récord, al menos para las ligas más fuertes y conocidas del mundo: ganó el título con siete jornadas de anticipación. Una locura. Las últimas siete fechas carecieron del interés fundamental de toda competición: la pelea por ser campeón.

Publicidad

Julian Nagelsmann (i), entrenador del Bayern, celebra con la victoria en la Bundesliga 2021/2022. Foto: RONALD WITTEK

El Bayern, dirigido por Guardiola, muy a lo Pep estableció una superioridad pocas veces vista, consiguió 90 puntos contra 71 del Dortmund de Klopp: ¡19 de ventaja…! El Bayern logró 29 victorias sobre 34 partidos, una animalada. De cada diez partidos ganó algo más de ocho y medio. No obstante, Jürgen se dio un gustito antes del final: con su Borussia logró vencerlo 3-0 en Múnich. Es muy difícil que esa marca de 7 fechas antes se repita. Como esta plusmarca de diez ligas consecutivas. El Bayern ha alcanzado esta decena de títulos con seis conductores diferentes: Jupp Heynckes, Guardiola, Carlo Ancelotti, de nuevo Heynckes, Niko Kovac, Hansi Flick y ahora Nagelsmann.

Pero el fenómeno ha sido, sin duda, Thomas Müller, quien sumó once Bundesligas. Ganó siendo dirigido por los seis nombrados y, la primera de su cosecha, con el holandés Louis van Gaal. Será muy difícil que algún otro futbolista del club lo iguale.

Otros casos en Europa y Latinoamérica

Hay otros casos de festejos anticipados, aunque no tanto. El Real Madrid de Di Stéfano, Puskas y Gento celebró 5 partidos antes del epílogo en 1960 y 1963. Y nuevamente el Madrid lo volvió a hacer en 1975. Pero, a nivel hazaña, nada como la del Barcelona campeón de 1974. El Barça de Cruyff y Sotil. El equipo azulgrana llevaba catorce años sin ganar una liga, para peor había arrancado pésimo y, tras siete fechas, marchaba penúltimo. Sin embargo, se dio un acontecimiento mágico: en mitad de la semana se concretó el sensacional pase de Johan Cruyff al club azulgrana, que marcaría una hito en la historia del fútbol español. El Ajax había transferido a Cruyff al Real Madrid sin consultárselo y el genial atacante, fiel a su carácter, se negó a ir. Ya venía siendo apalabrado por el club catalán, se lo había recomendado Vic Buckingham, su primer técnico en el Ajax, quien había estado en el Barcelona. Ante la firmeza de su rebeldía, y temiendo quedarse sin pan ni torta, el Ajax se avino a traspasarlo al Barça. Firmó por 12 dólares mensuales, que entonces era casi un escándalo.

Publicidad

Lo esperaban como el mesías y su pase llegó la misma mañana del partido frente al Granada. Cruyff debutó a lo grande, marcando dos goles. Los culés ganaron 4 a 0 y a partir de allí no perdieron más. El cuadro repuntó tanto que golearon 5 a 0 al Madrid en el Bernabéu y se consagraron cinco fechas antes. Un milagro. Doble si se tiene en cuenta que en esa época la victoria daba solo dos puntos y era más difícil sacar tanta ventaja. Mucho más que eso, aquel laurel obtenido en 1974 cambió para siempre la mentalidad del club barcelonés frente al dominio del Real Madrid: Cruyff les demostró que podían ganarle y pelearle mano a mano. Similar a lo que años después haría Maradona en Nápoles. Les sacó el chip de equipo chico y les puso el de la rebeldía y el atrevimiento.

Johan Cruyff, en su etapa de jugador del FC Barcelona.

River Plate, conducido por el Bambino Veira, ganó el campeonato argentino de 1986 con la misma anticipación: cinco fechas antes. Fue el River que al año siguiente rompería el maleficio y conseguiría su primera Copa Libertadores de América. En 1941, Nacional de Montevideo fijó una marca impresionante en el fútbol uruguayo, de la que no hemos escuchado otras: ganó los veinte cotejos que disputó. Eran once competidores y no perdió ni un solo punto. Subcampeón fue Peñarol, a nueve unidades. El fútbol uruguayo, igual que el escocés, es muy peculiar: nunca hubo un tercer grande que les hiciera sombra a Peñarol y Nacional o al Celtic y el Rangers.

Publicidad

¡Un campeón coronado siete fechas…! La contracara absoluta fue el Manchester City campeón inglés 2013-2014, aquel del célebre gol del Kun Agüero cuando caía el telón. Los demás partidos habían terminado momentos antes y solo se esperaba ese resultado. El cuadro ciudadano perdía 2 a 1 hasta el minuto 92 frente al Queens Park Rangers. Se consagró en el último segundo del último partido de la última fecha del torneo. Un milagro de esos que solo el fútbol genera y que se recordará toda la vida. Fue novelesco, pero eso es motivo de otra columna. (O)