Ricardo Gareca, técnico argentino de regular campaña en Perú como técnico de la selección de ese país, no vendrá a dirigir a Ecuador. Hace pocos días aceptó hacerse cargo del alicaído Vélez Sarsfield de Buenos Aires, club al que está ligado sentimentalmente, pues fue jugador entre 1989 y 1992 y dirigió exitosamente este equipo entre 2009 y 2013.

Cuando se habló de la posibilidad de que Gareca reemplace a Gustavo Alfaro el periodismo adicto a la Federación Ecuatoriana de Fútbol y algunos desinformados aplaudieron las tratativas y presentaron al argentino como si fuera Josep Guardiola. Gareca es un entrenador serio y capaz, sin duda alguna, pero su papel en los siete años al mando de Perú no tuvo el brillo que se le atribuye. Primero, por la falta de futbolistas de calidad y luego por la excesiva veteranía de figuras como Jefferson Farfán y Paolo Guerrero, quienes aportaron poco en dos periodos.

“Gareca llevó a Perú al Mundial 2018″, dicen sus panegiristas; sí, pero fue apenas quinto en la eliminatoria con rendimiento discreto. Llegó al repechaje por diferencia de gol al resultar empatado con Chile. Logró el cupo gracias al triunfo ante Nueva Zelanda. En el premundial para Qatar 2022 Perú fue una decepción. Volvió a quedar quinto y perdió la definición del boleto por penales ante Australia. Esa es la realidad, aunque vale destacar que llevó a la Albirroja a la final de la Copa América 2019.

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Varios factores conspiraron para el fracaso de la contratación de Gareca. El económico fue fundamental, pues el adiestrador argentino ganaba en Perú $3,7 millones y pretendía $4 millones para firmar por Ecuador. La Federación no podía cubrir esa pretensión. Alfaro cobraba $1,6 millones, tarde y mal. Esto ha quedado revelado después de un reclamo de Alfaro, quien alega que la Ecuafútbol le debe cerca de $4 millones, aunque aún no se conocen los detalles de esa cifra que proporciona. Este organismo ha dicho que solo le adeuda $290.000 y las distancias son siderales. Por otro lado, la FEF le debe a mucha gente e instituciones, entre ellas a los árbitros. Su fama de mala pagadora ya ha trascendido por lo que Gareca -se presume- debe haber pensado: “si a Alfaro no le pudieron pagar, peor será conmigo, que pido más del doble”.

Francisco Egas ha dicho que las conversaciones con el uruguayo Guillermo Almada continúan, algo que habrá que ver en qué resulta. Almada es un entrenador que ha ganado una sólida reputación en México. Antes en Santos Laguna y hoy en Pachuca ha tenido un excelente rendimiento. Fue subcampeón con Pachuca en el Clausura y campeón con ese equipo en el Apertura 2002. En Ecuador lo conocemos bien pues dirigió a Barcelona, donde ganó el torneo 2016 y fue semifinalista de la Copa Libertadores 2017. Al revés de Alfaro es un DT atrevido, audaz sin perder el orden. El portal FourFourTwo lo ubicó el año pasado en el puesto 45 de los mejores técnicos del mundo.

Para mala fortuna de la FEF Almada tiene con Pachuca un contrato hasta junio de 2025 y su sueldo es cercano a los $3 millones. Aunque la matriz del balompié nacional asegure que puede ofrecer a un técnico hasta $2,5 millones, la inquietud es ¿en dónde están los recursos cuando no pudieron cubrir las acreencias con Alfaro y su pasivo es cada vez más crecido?

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Descartadas las tratativas con Alfaro, y ante la proximidad de las fechas FIFA, la FEF está en la fase que se atribuye a Polo Baquerizo en su programa Haga negocio conmigo: ¡Agarra lo que puedas! Y en este plano entró un entrenador de poco relieve como Sebastián Beccacece. Argentino, nunca jugó fútbol profesional, fue ayudante de Jorge Sampaoli en la selección chilena y en varios clubes y formó parte de la conducción de la escuadra argentina como ayudante de Sampaoli en el tumultuoso fracaso de Rusia 2018.

Beccacece debutó como DT principal en Universidad de Chile en 2016 y tuvo un sonoro descalabro. De 25 partidos ganó 5, empató 10 y perdió 10 con un rendimiento del 33 %. Similares resultados tuvo en Independiente de Avellaneda y Racing. Sus mejores rendimientos, no muy brillantes, los logró con Defensa y Justicia (ganó Recopa 2021).Al borde del campo Beccacece se distingue por sus histéricos correteos, gritos y ademanes hacia los jugadores y sus desaforadas reacciones que más de una vez le han merecido expulsiones y suspensiones.

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TikTok y concierto de rock

Los improvisados ‘periodistas’ de la generación TikTok, obsecuentes fanáticos de todo lo extranjero, que no siempre es lo mejor, estuvieron fascinados con la perspectiva de la llegada del mediocre Beccacece. Es foráneo, joven, rubio, de larga melena y es “un técnico equilibrado”, como llaman a los que se hacen pis en los partidos importantes y prefieren tirar el equipo para atrás a defenderse. Ya la FEF les dio el gustito cuando trajo a Jordi Cruyff, quien solo estuvo en el memorable concierto de rock en que lo presentaron y donde se lució Egas con aquel discurso en que prometió esto, sobre el europeo: “nos va a convertir en una potencia mundial del fútbol”.

Les voy a amargar a todos ellos el domingo proponiendo que le den esta vez la oportunidad a un técnico nacional y nombren director deportivo a Dusan Draskovic. A esta altura vale una pregunta: ¿es el histriónico Beccacece mejor DT que Octavio Zambrano, Carlos Torres Garcés o Álex Aguinaga, por citar a tres de los nuestros? Los imberbes de micrófono ya los descalificaron una vez. “Están desactualizados”, opinaron con tres años de ver fútbol y tres meses de la compra por papi de un celular inteligente.

Octavio Zambrano. Foto: Archivo

Dusan es un personaje de fama mundial. Aguinaga y Torres Garcés son de los mejores en nuestra historia. Dusan también formó a Otto Morcillo y Alfredo Encalada, para nombrar a dos DT. Iba el fútbol por buen camino cuando llegó Luis Chiriboga Acosta, el nuestro dirigente deportivo de la historia, y todo se pudrió. No solo en fútbol, en el periodismo también. Chiriboga borró del mapa a Draskovic únicamente por el odio que le despertaba que lo haya traído Carlos Coello. Desterró a todos los entrenadores que Dusan había formado y tomó represalias hacia los clubes que los contrataban.

De ellos se salvó Octavio Zambrano, jugador de Unión Deportiva Valdez que pasó a Barcelona y tuvo que dejar el club para viajar con una beca a Estados Unidos, donde se formó como entrenador. Hoy el ecuatoriano posee licencia tipo A de la UEFA (ha dirigido en Europa). Estuvo en la MLS y es uno de los adiestradores más ganadores de la MLS (Major League Soccer). Su 70 % de triunfos lo ubica en el segundo lugar, detrás de Bruce Arena, extécnico de la selección de Estados Unidos. En 2000 dirigió a Metrostar, de Nueva York, reemplazando al famoso Bora Milutinovic. Ha trabajado en Moldavia, Hungría, Colombia y Canadá. En todos esos países se le reconoció a su competencia y su personalidad.

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Pero tiene un inconveniente: es ecuatoriano, y lo que es más, es guayaquileño. (O)