Los directores técnicos Fernando Paternoster –de nacionalidad argentina– y Otto Vieira –brasileño– llegaron a Guayaquil para dirigir a Emelec y Barcelona, respectivamente, en la década de los 60 e inicios de los 70. Los dos, en sus funciones, dejaron huellas profundas en los equipos del Astillero, y no solo por los títulos, sino porque fueron capaces de registrar sus improntas futbolísticas.

La dirigencia del equipo eléctrico de esa época –entre los más activos Antonio Briz Buide, Munir Dassum, Otón Chávez, Mauro Intriago, Elías Wated y, por supuesto, Víctor Peñaherrera– fue responsable de incorporar a Paternoster como técnico entre 1962 y 1966. Durante esos años Emelec fue campeón del torneo de Asoguayas en 1962, 1964 y 1966, y campeón nacional invicto en 1965. Por su vistoso juego se lo denominó el Ballet Azul.

Coincide con la incorporación en 1962 de Paternoster en Emelec la trascendental decisión de la dirigencia de Barcelona, liderada por Emilio Baquerizo, de finalizar el criollismo e inclinarse por la línea brasileña. Barcelona contrató al DT Arnaldo da Silva en 1962 y a Gradym en 1963, con este último el equipo ganó el torneo de Asoguayas y el campeonato nacional de hace 59 años.

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Otra de las coincidencias es que Paternoster ya había dirigido en Ecuador, por pocos meses al Aucas de Quito en 1960, y quien lo remplazó fue Da Silva. Los dos técnicos llegaron a los equipos del Astillero en 1962.

Antecedentes

Paternoster fue un reconocido defensa que sobresalió en 1927 en Racing de Avellaneda. Se destacó por su habilidad, elegancia... Back izquierdo, era un defensa que no apelaba a la fuerza. En Argentina se lo conocía como el Marqués. Fue integrante de la selección argentina como titular indiscutible. Participó en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, donde consiguió la medalla de plata. En 1929 con su selección fue campeón de la Copa América y en 1930 vicecampeón en el primer Mundial.

Luego emigró a Colombia como futbolista y posteriormente entrenador en ese país. El dirigente de Emelec Antonio Briz se fijó en los éxitos que como estratega había tenido Paternoster. En 1938 dirigió la selección de Colombia, también fue timonel del América de Cali en 1948, campeón en 1954 con Atlético Nacional. Los comentarios de la prensa colombiana eran que se trataba de un técnico que privilegiaba el jugar bien y por eso se lo contrató para Emelec. En mayo de 1962 su arribo a Guayaquil fue todo un acontecimiento.

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Portada de EL UNIVERSO con la noticia del título nacional conseguido por Emelec en diciembre de 1965. Foto: Archivo

Los antecedentes de Vieira son también notables. En 1948, con apenas 27 años, por su dedicación al estudio del fútbol, fue escogido para ser el responsable de las formativas del Fluminense, que lo llevó a ser técnico de la selección juvenil de Brasil, la cual ganó el campeonato sudamericano de 1949. Ese éxito lo llevó a ser asistente del DT Flavio Costa, de aquella famosa selección brasileña que fue finalista del Mundial 1950 y perdió ante Uruguay en el famoso Maracanazo. Luego, en el Sao Paulo en 1957, con el célebre técnico húngaro Bela Guttmann. La prensa de Brasil reconoce que Guttmann fue quien perfeccionó el esquema táctico del 4-2-4 en el fútbol brasileño. Vieira se constituyó en su más brillante pupilo. Luego, fue estratega del Oporto, el Atlante de México y el Millonarios de Colombia. La incorporación a Barcelona en 1970 también fue un verdadero suceso.

Tanto Paternoster como Vieira, en sus respectivas épocas, se caracterizaron por dar oportunidades a jugadores muy jóvenes. En Emelec a Jorge Bolaños, Galo Pulido, Carlos Pineda, Rómulo Gómez. Fue artífice de conjuntar a la famosa delantera llamada los Cinco Reyes Magos, conformada por Balseca, Bolaños, Raffo, Raymondi y Ortega. En poco tiempo incorporó a uno de los mejores volantes que hayan jugado en Emelec, Henry Cachito Magri. Los campeonatos no tardaron en llegar. Las presentaciones de Emelec en el mítico estado Capwell era como asistir a las tardes sinfónicas adaptadas al arte del fútbol.

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Época de Paternoster

Inolvidable el campeonato nacional de 1965 al ganarlo en forma invicta. En el arco con el mundialista paraguayo Ramón Maggereger; delante Lucio Calonga, José Romanelli, Avelino Guillén entre los más notables, y entre los nacionales Jaime Delgado Mena, Bolívar Merizalde y, por supuesto, acompañados de la clase de Bolaños y Pulido, dos jugadores clásicos número 10 que rompieron el mito de que no podían jugar juntos. Los dos hacían maravillas.

En 1966 Paternoster ganó el campeonato de Asoguayas y preparó el equipo para el torneo nacional, incluyendo a los delanteros Cirilo Fernández y Ely Durante y al central José María Piriz. Cuando todos esperaban que saliera campeón, Barcelona le quitó el título.

El plantel de Emelec de 1966, campeón de Guayas, hizo una gira de tres partidos en México. Arriba: Carlos Pineda (i), Enrique Fernández, Jorge Bolaños, Jaime Delgado Mena, Juan Raúl Stork, Cirilo Fernández, Ely Durante, Bolívar Merizalde, Paco Sotomayor. Abajo: Galo Pulido (i), Víctor Ramos, Edwin Mejía, Manuel Ordeñana, Felipe Mina, José Romanelly, Carlos Maridueña, Lucio Calonga, José María Piriz, Felipe Landázuri. Además, en Los Ángeles aplastó al Guadalajara.

El emelecismo comenzó a preparar el equipo para la temporada de 1967. Ahí Paternoster se enteró de que no iba a continuar. El argentino, desilusionado, se regresó a Argentina en mayo de 1967. Se sabía que el golpe de su separación lo había llevado a una época de depresión. Fue tal la sorpresa que pocos meses después, el 6 de junio de 1967, se conoció de su fallecimiento. Varios dirigentes emelecistas viajaron a las pompas fúnebres en Buenos Aires, donde se conoció la versión de su viuda, quien mencionó que Fernando vivió muy triste desde su regreso, recordaba permanentemente a sus amigos y el lugar de reunión en la pequeña cafetería ubicada en los bajos del edificio de Casa Tosi, en esas frecuentes conversaciones de fútbol, en compañía de Briz, Wated, los Dassum y Spandre. Esa tristeza lo llevó a la tumba a la edad de 64 años.

Vieira y los años de gloria

Otto Vieira terminó siendo el entrenador más laureado de Barcelona, tres veces campeón nacional: 1970, 1971 y 1980. Lo llamaban el Mago Mandrake. En 1970, Barcelona ya contaba con Alayón en el arco, Everaldo y Pedro Jet Álvarez en la delantera, Gerson Texeira en el mediocampo y Saldivia en la defensa, acompañado del Pibe Bolaños. Algo que hay que reconocer en Vieira es que llamó al equipo titular a dos figuras juveniles, Juan Madruñero y Ángel Coronel. En 1971 repitió la fórmula, nuevamente campeón. Ya aparecían en esos años en la dirigencia el joven Galo Roggiero y el célebre Vicente Palacios, con Aquiles Álvarez Lértora. Todos ellos hicieron en ese año maravillas para que lleguen jugadores de la talla de Alberto Spencer y del peruano Perico León. En 1971, Barcelona jugó la Copa Libertadores e incluyó al Cura Bazurco en sus filas, y se ganó ese partido inolvidable, lo que se denominó La Hazaña de la Plata al ganarle al todopoderoso Estudiantes. El técnico brasileño se retiró de Barcelona y debieron pasar nueve años para que volviera para ser campeón nacional en 1980. Para que eso sucediera le tocaron la puerta nuevamente a Roggiero, quien pensó que Mandrake Vieira era el indicado para hacer la magia de conquistar el tan ansiado campeonato. Y eso fue lo que sucedió de la mano de Vieira. Esa fue su última presencia en el club.

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Barcelona Sporting Club, bicampeón en 1971. Arriba: Luis Alberto Alayón (i), Alfonso Quijano, Héctor Menéndez, Pepe Paes, Juan Noriega, Víctor Peláez. Abajo: Juan Madruñero (i), Jorge Bolaños, Nelsinho, Alberto Spencer, Pedro Álvarez. Foto: Archivo

Vieira se alejó de nuestro fútbol. Entre sus principales anécdotas estaba que cuando su equipo perdía, ante las preguntas de la prensa contestaba en portugués inentendible; pero si el equipo ganaba, sus contestaciones eran en un perfecto español.

En fin, tanto Paternoster como Vieira escribieron con letras de oro su paso por Guayaquil. Sin lugar a dudas, fueron los mejores técnicos que han dirigido a Emelec y Barcelona. (O)