La evaluación de lo sucedido en 2022 es un ejercicio analítico obligatorio que los periodistas deportivos debemos realizar. Mi afán es elaborar una introspección reflexiva de los principales acontecimientos futbolísticos de nuestro país de manera diferencial entre lo bueno y lo malo. El tratamiento de los casos aquí señalados no necesariamente están ubicados en el orden de su trascendencia o mérito.

Lo bueno

  1. El campeonato de la LigaPro conseguido por Aucas bajo las acertadas decisiones de Danny Walker y del venezolano César Farías. Consiguieron en forma justa y notable levantar la copa de campeón nacional en un hecho histórico, porque se logró por primera vez en 77 años de existencia. Aucas confirmó que fue el equipo más regular del torneo. Utilizó sus virtudes, pero también desnudó la mediocridad de sus rivales.
  2. La campaña excelente de Independiente del Valle, que consiguió dos títulos: la Copa Sudamericana y la Copa Ecuador. Ambas victorias confirmaron que estamos frente a un proceso comprobado. Sus éxitos no fueron destellos que iluminan su trayectoria de vez en cuando, sino que la reiteración de los triunfos deportivos obedece a un proyecto preconcebido y perfeccionado con el tiempo.
  3. La confirmación de la clasificación de Ecuador para el Mundial de Qatar 2022. El privilegio de estar en la cita mundialista dio la oportunidad de mostrar las razones futbolísticas que permitieron llegar, la emoción que representó para el pueblo verse representando en una competencia de tal envergadura y el premio económico que nivela cualquier presupuesto desfinanciado. Todos estos elementos son tan importantes porque aquellas selecciones que no pudieron clasificar sufrieron las consecuencias de severas críticas, los casos de Colombia y ni hablar de Chile y Perú, que utilizaron las normas y leguleyadas para tratar de adjudicarse en el tapete el derecho de algo que no pudieron ganar en la cancha.
  4. La progresión futbolística de jugadores que participan en ligas del primer mundo. Moisés Caicedo, Pervis Estupiñán, Gonzalo Plata, Piero Hincapié, Jackson Porozo, Angelo Preciado y unos cuantos más que han demostrado que el futbolista ecuatoriano puede madurar siendo muy joven. Esto no solo hace que la cotización del tricolor gane en plusvalía internacional, sino que abre las puertas para otros que aterricen en esos mercados, lo que antes era un objetivo muy difícil de alcanzar.
  5. La organización lucida de la final de la Copa Libertadores de América, jugada en Guayaquil, mostró un escenario adecuado, una administración correcta en la movilidad del público. Aunque el partido entre Flamengo y el Paranaense, ganado por el equipo de Río, no tuvo un alto nivel técnico, el entorno festivo que vivió la ciudad fue de primera. Mucho se dudó de su realización por el estado de excepción, por la inseguridad que se vivía, pero hay que reconocer que Guayaquil y los organizadores superaron tan exigente prueba.
  6. La selección de Ecuador sub-20 consiguió la medalla de plata en los Juegos Sudamericanos organizado por Odesur, al disputar la final ante Paraguay. Poca repercusión existió en el país por esta conquista en una categoría que nos interesa mucho, por eso la hemos ubicado como evento digno de sobresalir este año.
Ecuador disputó este 2022 su cuarta Copa Mundial de la FIFA. Foto: EFE

Lo malo

  1. La resolución del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, sus siglas en francés) sobre el caso de Byron Castillo, laudo que hizo avergonzar a la organización del fútbol ecuatoriano por tratarse de una sentencia emitida por el máximo organismo de arbitraje del deporte mundial. Su contenido hizo ver a la Federación Ecuatoriana (FEF) como infractora, y por aquello fue sancionada con la deducción de tres puntos para las próximas eliminatorias y la multa de 100.000 francos suizos. Cuando uno revisa el contenido de la sanción, descubre que es ambigua, porque el TAS confirma la elegibilidad que tenía la FEF para que el jugador Castillo pudiera participar en las eliminatorias. También afirma que la FEF no violó el Código Disciplinario de la FIFA, en vista de que la legislación ecuatoriana lo reconocía como ecuatoriano, como así lo consideraban los dos fallos anteriores de la disciplinaria y la de apelación de la FIFA, pero sorpresivamente el TAS sancionó a la FEF. Desde mi punto de vista, adolece de nulidad de pleno derecho, con el agravante de que el TAS se arroga atribuciones que no le corresponde al declarar a Castillo de nacionalidad colombiana. Con estos antecedentes, la FEF obligatoriamente debe concurrir a los tribunales federales suizos para solicitar la nulidad de lo actuado por el TAS, para tratar de conseguir reivindicar la imagen deteriorada y las consecuencias que el fallo originó.
  2. El tercer partido de la Tri en Qatar 2022, en que nuestra selección con el empate clasificaba para octavos de final, terminó siendo una decepción nacional, y muchas fueron las razones que llevaron a esa lamentable eliminación, tales como las declaraciones de Gustavo Alfaro al mencionar que asistir al Mundial era el éxito y no el partido que estaba por jugarse contra Senegal. También afectó la fallida disposición táctica y la utilización como titulares a Gruezo y Franco, que no estuvieron a la altura del compromiso. Y cuando se necesitaba de jugadores con peso y experiencia en esas lides, se notó que la convocatoria no fue la acertada. Ante estos errores puntuales, la tan decepcionante frase “El desengaño camina sonriendo detrás del entusiasmo” adquirió vigencia y nos regresó a casa con más pena que gloria.
  3. Las elecciones de Emelec y sus permanentes postergaciones ridiculizaron a un evento que debió ser respetado, tratándose de un club tan significativo por el prestigio de su valiosa historia.
  4. El arbitraje ecuatoriano no tuvo una aceptable temporada. Resultó lamentable conocer que no fueron considerados para ninguna función en el Mundial. Era increíble ver árbitros guatemaltecos, salvadoreños, actuando, y los ecuatorianos luciéndose por la ausencia.
  5. La barbarie en nuestros estadios. Agresiones a los réferis como lo sucedido a Diego Lara y compañeros, quienes fueron correteados por una masa de delincuentes alucinados disfrazados de aficionados del Deportivo Quito, en un partido realizado en el Atahualpa. Para variar, las sanciones fueron de unos pocos dólares y unas fechas para jugar de local. Y no podemos olvidar los incidentes sucedidos en el Capwell. La criticada invasión del público a la cancha fue sancionada sin la idoneidad ni la proporcionalidad que merecían. Razones suficientes para que se repitan en el futuro.
  6. Las denuncias de dirigentes de Liga de Quito, encabezadas por Esteban Paz, que acusaron al árbitro Marlon Vera de “sinvergüenza, ladrón, ratero”, más la acusación de que un partido del campeonato de la serie A, había sido amañado. Ante esos graves calificativos, Paz ofreció presentar las pruebas que demostrarían tales acusaciones. Para variar, hasta la fecha no se abrió ningún expediente ni investigación, ni nadie presentó pruebas. Mejor fue silenciar y para que el tiempo se encargue de archivarlos en el cajón del olvido.
  7. Pienso que la decisión por parte de los directivos de la LigaPro de incluir ocho extranjeros por equipo para el campeonato 2023 es un error que el tiempo se encargará de demostrar. Por supuesto, hasta que aquello suceda, cientos de jóvenes ecuatorianos posiblemente serán postergados.
Byron Castillo, 'en el ojo del huracán' del fútbol este año. Foto: Archivo

En fin, todos estos puntos aquí anotados, buenos y malos, han sido parte del acervo de nuestro fútbol en el año que termina. Cada uno deberá sacar su propia conclusión, porque esa debe ser nuestra responsabilidad, y también la suya, estimado lector. (D)