Diego Lara León volvió a sus funciones. El réferi de 43 años parece haber superado los momentos de pánico que experimentó el domingo 7 de agosto en la cancha del Olímpico Atahualpa al final del partido entre Deportivo Quito y Espoli (2-2), correspondiente al hexagonal final de la segunda categoría de Pichincha.

Lara cumplió la función de cuarto árbitro durante encuentro de la LigaPro Serie A entre Orense y Barcelona SC (1-2), que se disputó la tarde del sábado en el estadio Nueve de Mayo en la ciudad de Machala.

La terna la encabezó René Marín (central) y la completaron los asistentes Dennys Guerrero (1) Adrián Lescano (asistente 2), Sergio Flores (asesor de árbitros), Bryan Loayza (VAR), Andrés Tola (asistente VAR) y Ramón Romero (quality manager).

Publicidad

El colegiado quiteño volvió así a sus menesteres doce días después del triste episodio que experimentó en la segunda categoría del fútbol ecuatoriano, junto a los jueces de línea Ricardo Baren y David Sevilla y el cuarto árbitro Manuel Sellán.

Según el acta de programaciones de la Liga Profesional de Fútbol de Ecuador, el réferi Diego Lara fue cuarto árbitro durante el partido del sábado entre Orense y Barcelona SC.

La actuación arbitral molestó a un numeroso grupo de violentos seguidores de Deportivo Quito que tras invadir el campo de juego atacaron a golpes a Lara, Baren, Sevilla y Sellán, quien de todos fue el más afectado porque sufrió fractura del tabique.

“El partido ya había terminado y estábamos esperando que los dos equipos se vayan a los camerinos. Como es habitual nos quedamos en el medio campo y no nos percatamos de que ingresó un aficionado por el lado de la preferencia. Por la espalda y a traición esa persona me lanzó una patada que me lanzó al piso”, narró el juez, en diálogo con EL UNIVERSO.

Publicidad

“Después entraron más personas a tratar de agredirnos. Buscamos ponernos a buen recaudo esperando que llegue la fuerza policial a protegernos, pero aquello no tuvo mayor efecto porque fue tardía la intervención. Fuimos a la parte baja de la tribuna donde está la boca de un túnel y un compañero no pudo ingresar. Entonces corrió al acceso (de camerinos) del club visitante, pero no le permitieron entrar. La puerta estaba cerrada y con desesperación intentó ponerse a salvo, pero los hinchas lo interceptaron y lo golpearon”, añadió.

Lara contó en días pasados que se encontraba con orden médica de reposo a consecuencia de una “fuerte contusión”. “Espero recuperarme pronto. Los médicos dicen que esta fue una desgracia con felicidad porque aunque recibí un tremendo golpe, cerca de la columna si el impacto era unos centímetros más al costado de donde me lo dieron estaríamos hablando de consecuencias como la pérdida de movilidad de las extremidades inferiores”, indicó. (D)