Puede ser considerada como una coincidencia llamativa pero ocurrida cuatro veces, y con riesgo de que la cifra aumente a cinco, también podría comenzar a ser denominada, en términos futboleros, como ‘maldición’. Y es que cada vez que los canarios clasificaron a semifinales de la Copa Libertadores de América, bajo el formato vigente desde 1988 (uno contra uno, en duelos de ida y vuelta) en el plano doméstico no lograron coronarse.

Hasta 1987 la Conmebol establecía que las semifinales de la Libertadores se disputarán en grupos de tres clubes cada uno y que el líder de cada llave fuera finalista del certamen. Con ese sistema Barcelona jugó esa instancia en 1971, 1972, 1986 y 1987. En la primera de aquellas semifinales por grupos y en la última, tras ser eliminado de la Copa y de vuelta al campeonato de Ecuador, los amarillos dieron la vuelta olímpica como monarcas del país (en 1971, en calidad de bicampeón, y en 1987).

Sin embargo, ya en el cambio de estilo de competencia de semifinales coperas, cuando Barcelona inscribió su nombre como uno de los mejores cuatro equipos de América, una vez enfocados nuevamente en el torneo local este siempre acabó en frustración. Eso sucedió en 1990, 1992, 1998, y 2017. Celebró llegar a semifinales, y en un par de ocasiones hasta la final de la Libertadores (1990 y 1998), pero luego de terminar la carrera internacional con un prestigio acrecentado (por sin títulos, lamentablemente) en esas cuatro ediciones del campeonato nacional no pudo darse el gusto de ser el mejor.

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En este 2021 los toreros sorprendieron al continente al impedir un pleno de escuadras de Brasil en las semifinales del más importante evento de clubes de Conmebol. Barcelona, con un presupuesto marcadamente menor al de Flamengo, Atlético Mineiro y Corinthians llegó a la penúltima ronda del torneo.

Y después de quedar al margen, apeado por Flamengo, apuntó sus cañones otra vez hacia la contienda en la LigaPro, escenario donde sus opciones de retener la corona se redujeron drásticamente luego de la goleada 4-1 que soportó ante Delfín. ¿Sufrirá Barcelona la ‘maldición’ de semifinales en esta temporada?

1990

Ese año Barcelona hizo historia. Con un plantel estelar se convirtió en el primer equipo del país en ser finalista de la Copa Libertadores. Para concretar esa gesta protagonizó dos semifinales con el linajudo River Plate, de Buenos Aires. Fue también la primera ocasión en que los toreros jugaron esa ronda con el formato vigente hasta hoy (uno contra uno). El global de semifinales con River fue 1-1 y en una emocionante definición por penales los dirigidos por Miguel Brindisi llegaron a las finales, que favorecieron a Olimpia (2-0, 1-1).

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El 10 de octubre fue la final de vuelta en Guayaquil. Luego de eso los toreros le apostaron todo al certamen ecuatoriano de 1990, edición en la que tenían la posibilidad de ser bicampeones. Barcelona obtuvo el boleto a la liguilla, que fue un cuadrangular en el que también compitieron Liga de Quito, Emelec y El Nacional. Tras seis partidos el título era para el que más puntos sumara.

La liguilla comenzó el 18 de noviembre y se cerró el 23 de diciembre de 1990, en el estadio Olímpico Atahualpa, cuando Liga (Q) dio la vuelta olímpica después de vencer 3-1 a Barcelona. Los albos completaron 7 unidades y su rival se quedó en 6. El subcampeonato fue para los toreros, conseguido en dos partidos extras con Emelec (1-1 y victoria amarilla 4-2).

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1992

Hace tres décadas Barcelona jugó una de las semifinales de vuelta de Libertadores más brillantes de su historia, al someter 2-0 al Sao Paulo que dirigía Telé Santana. El asfixiante dominio canario y los dos tantos no fueron suficientes para la escuadra del DT Jorge Carlos Habbeger. En ese 1992 la campaña copera amarilla terminó el 3 de junio. Hubo casi un semestre para, luego de la despedida de la Copa en semifinales, buscar el bicampeonato.

A la liguilla de ese año Barcelona estuvo invitado junto a El Nacional, Emelec, Green Cross, Liga de Quito (estos cuatro clubes cada uno con bonificación de 1 punto) y Deportivo Quito. ¿Obró contra los canarios la ‘maldición’ de semifinales? No hubo título internacional ni a nivel local. Lo que sí se produjo fue el Monumentalazo, el 25 de noviembre de 1992.

Un gol de Dixon Quiñónez enmudeció a la parcialidad torera porque el empate a 1 le aseguró la corona a los militares. El Nacional y Barcelona terminaron con el mismo puntaje en la liguilla (15) y fue necesaria una definición. En el estadio Olímpico Atahualpa los criollos vencieron 2-1, con doblete de Luis Chérrez. La igualdad en Guayaquil les permitió a los capitalinos consagrarse.

1998

Otra semifinal de América, otra decepción en el torneo interno. Barcelona sometió a Cerro Porteño en Guayaquil (1-0) y en Asunción cayó (2-1), y como en 1990 en julio de 1998 de una dramática tanda de penales hizo que los amarillos fueran los dueños de la penúltima ronda de la Copa Libertadores. En la batalla por el título hubo victorias de Vasco da Gama en Río de Janeiro y Guayaquil. Así, desde agosto Barcelona se enfrascó solo en el campeonato doméstico. Disputado en un sistema enmarañado, los amarillos no lograron ninguno de los cupos disponibles para las finales de esa campaña. No hubo bicampeonato. La ‘maldición’ de las semifinales se asentaba.

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Hólger Quiñónez, Nicolás Asencio, Julio César Rosero y Marcelo 'Pepo' Morales celebran el paso a la final de la Copa Libertadores tras eliminar en la tanda penales a Cerro Porteño en Asunción. Foto: Archivo

2017

Barcelona jugó la Libertadores de ese año como campeón del 2016 y se dio el gusto de vencer al Atlético Nacional, Estudiantes de La Plata y Botafogo en la fase de grupos. En octavos los pupilos de Guillermo Almada despacharon al Palmeira y en cuartos de final al Santos. En semifinales el Gremio los superó 3-0 de visita, pero en Porto Alegre ganaron los amarillos 1-0. Notable campaña internacional que acabó el 1 de noviembre del 2017, pero otra vez en el ámbito interno actuó la ‘maldición’ de semifinales de la Copa.

Barcelona fue cuarto en la primera etapa del certamen nacional y séptimo en la segunda. No pudo meterse a las finales, defender el título ganado en el 2016, y así se esfumó el sueño de bicampeonato. ¿En este 2021 se sacudirá de la ‘maldición’ de las semifinales? (D)