Se percibe en el ambiente que la contratación del DT alemán Jürgen Klinsmann para que dirija los destinos de la Selección ha tenido varias dificultades de forma y de fondo. Algunas de ellas han podido solucionarse y otras, por la naturaleza de las mismas, representan todavía un serio obstáculo.

El staff de abogados del alemán se ha mostrado muy riguroso y meticuloso para encontrar cláusulas y mecanismos financieros, para que la obligación del pago de los honorarios cumpla las exigencias del fisco ecuatoriano, sin que afecte a los intereses de Klinsmann y que el valor neto pactado llegue a una cuenta en el exterior automáticamente, por una orden de pago directa al banco en el exterior. O sea que el alemán no deba concurrir personalmente ni a través de terceros al departamento financiero de la Ecuafútbol para cobrar.

Esas son las formas que estos personajes siempre exigen, como también garantías, seguros, facilidades aéreas, determinado número de asistentes y sus derechos individualizados. También las razones y motivos para terminar en forma adelantada el convenio y por supuesto la jurisdicción, que es el ámbito o territorio en el que se ejerce el poder aplicar las leyes en caso de que sea necesario. Lo más probable es que haya exigido que sea en cualquier órgano jurisdiccional del país donde él tiene su domicilio y que tenga la competencia respectiva para conocer un eventual conflicto.

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Todos esos temas han generado seguramente a los encargados de la negociación dolores de cabeza, porque no dejan de ser exigencias que vuelven demorados los tiempos para firmarse y registrarse. Estas dificultades en la forma jurídica de cómo plasmar las obligaciones y derechos de las partes, por lo visto han impedido que Klinsmann sea oficialmente ya el DT de la Selección, como tantas veces lo han anunciado los principales directivos de la Federación Ecuatoriana de Fútbol.

Analizando las postergaciones presiento que hay muchas dificultades más allá de las jurídicas ya anotadas. Pienso que también hay otras de fondo, tales como: 1) ¿Está dispuesto a radicarse en el país el cuerpo técnico alemán? 2) ¿Está dispuesto a someterse a la filosofía y criterios que tiene la FEF sobre el recambio y proceso generacional? 3) ¿Considera que Ecuador tiene suficientes elementos de recambio para correr esa aventura o es requisito para él contar con toda la artillería que formó parte del piso 17? 4) ¿El plan económico de la FEF para soportar ese gran presupuesto que requiere la Selección está debidamente financiado para no tener dificultades en el plazo del convenio? Hago esta última interrogante recordando el preocupante anuncio del presidente Francisco Egas, sobre los números rojos con que recibió las finanzas de la FEF.

A estas alturas los dirigentes deberán evaluar si es factible, justo o necesario cumplir con todas las exigencias de Klinsmann. Tal vez por lo que representa su presencia en nuestro país son válidos tantos sacrificios y esfuerzos, siempre y cuando sea recíproco no solo por el gran esfuerzo que significa para las finanzas de la FEF, sino por la importancia que esté interiorizando plenamente de que el plan de larga data exige un proceso de recambio, con las exigencias que eso representa en los aspectos futbolístico, metodológico, tecnológico y sobre la identidad futbolística.

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No hay que olvidar que el recambio también es generacional y Klinsmann deberá ofrecer oportunidades a los jugadores adecuados para que muestren el perfil para consolidarse en la Selección. Ese es un trabajo arduo que exige que el nuevo cuerpo técnico tenga el acierto de escogerlos, adecuarlos, convertirlos en futbolistas de nivel internacional, no solo por sus condiciones técnicas o físicas, sino por algo que será una obligación de Klinsmann: transmitir cómo ser un deportista, cómo se forja y se pule la personalidad ante los elogios, las críticas y por supuesto ante la fama.

El recambio obliga al nuevo cuerpo técnico a no comenzar a extrañar ni a susurrar ni caer en la tentación de ir a buscar a nombres que, aunque tengan cualidades deportivas, no tuvieron el valor de defender nuestros colores. Con el respeto que se les debe profesar, repetir con ellos sería un doble error. Otorgar esa licencia interrumpiría el recambio que Ecuador merece. Y por último, un tema que no es menor, que la permanencia en el país del cuerpo técnico, incluido Klinsmann, sea el mayor tiempo que requiera el proyecto y no el mínimo indispensable, por conveniencias propias o ajenas.

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La directiva de la FEF debe arroparse hasta donde le cubra la sábana en lo económico y estoy convencido de que lo estarán analizando. Pero deben saber que en el capítulo de los principios que enaltecen el programa que ellos mismos diseñaron esos deben ser irrenunciables; solo así se garantizará que las intenciones pudieran ser realizables.

Es verdad que la tendencia en el fútbol ha puesto en estamentos superiores a los técnicos europeos y sus metodologías de trabajo, De eso no hay duda. Por eso he apoyado hace mucho tiempo que la mirada debe ser hacia el Viejo Continente y así lo expresé cuando se conoció hace ya algunas semanas que Klinsmann era el escogido. Luego se supo que su presencia se daría tan solo al formalizar el convenio, en los plazos puestos por la misma dirigencia de la FEF, los cuales han venido postergándose por razones aquí explicadas. Insisto y confío en que las nuevas exigencias no comprometan los principios y conceptos que avalan el nuevo proyecto de la FEF, ni que las urgencias y presiones que impone la ansiedad y los tiempos los hagan cometer errores del pasado. Conocemos perfectamente las frustraciones deportivas y el impacto económico que representaron esas contrataciones fallidas.

Siempre será mejor tomar una decisión acertada, así los tiempos apremien, que una decisión apurada y condicionada en sus principios, así el designado tenga el apellido más rimbombante. El fracaso sabrá arribar en el momento menos indicado, por eso siempre invoco al pensamiento aquel que dice que no es necesario solo ser famoso, ni trabajar con laboriosidad o tener conocimientos de fútbol, es también indispensable tener seriedad con los planes y proyectos, como respetar a la organización y, sobre todo, tener la sensibilidad y el apego con los sueños e ilusiones de la sociedad donde se vaya a trabajar.

Con base en esto, que no se convierta en una obsesión lo del famoso Klinsmann y si no cumple esos requisitos habrá, señores directivos de la FEF, otras opciones si es el caso.

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Lo que sí podemos concluir es que existe un ambiente de incertidumbre porque faltan argumentos que aseguren el desenlace. Por eso la certeza vendrá cuando se anuncie que no existe alguna duda o riesgo para que se concrete la contratación. Lamentablemente, hasta el momento, ambas situaciones están en vilo en la compleja contratación de Klinsmann. (O)

 

Recambio obliga al nuevo técnico a no caer en la tentación de ir a buscar a nombres que, aunque tengan cualidades deportivas, no tuvieron el valor para defender a la Selección.