En cada inicio de año nos planteamos metas y sueños en todos los niveles de nuestra actividad personal. Hacemos proyecciones, estimaciones y predicciones, pero confieso que tengo una gran preocupación por el futuro del deporte ecuatoriano. Pese al cariño y esfuerzo que los atletas, profesores y muchos dirigentes le ponen cada día a sus entrenamientos y participaciones hay un tema que está flotando en el ambiente.

Se conoció que hay un nuevo recorte al presupuesto del deporte ecuatoriano, que llegaría a los $ 20 millones. Esto quiere decir que no ha cambiado el pensamiento de administraciones anteriores, en las que también se disminuyeron recursos de esta noble actividad.

Cada que se presentan apuros económicos aplican la tijera en áreas muy sensibles. Solo para graficar la poca importancia que le entregan al deporte recordamos cuando un ministro muy suelto de lengua y de criterio pidió sin sonrojarse que le quiten los dineros al deporte para que pasen al ministerio que estaba manejando en esos momentos. ¡Tamaño irrespeto y un insulto a la inteligencia que perjudicó a niños y jóvenes que tienen la actividad física como una de las pocas oportunidades de distraerse y contribuir en su formación!

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Nos mantenemos firmes en el criterio de que es un atentado y un gran perjuicio recortar presupuestos para la educación, salud y deporte. Quisiera saber si otras áreas de la administración pública se han reducido valores.

En el momento que se les ocurrió eliminar el rango de ministerio para pasarlo a secretaría fue un aviso muy fuerte de la poca importancia que los gobiernos tienen para el deporte. Dicen que con esta última disminución se está llegando a un total del 40% en los últimos tiempos.

Este nuevo perjuicio afectará de manera directa a todos los niveles del sistema deportivo nacional. Reducirán sus actividades las federaciones ecuatorianas por deporte, las provinciales, ligas cantonales y barriales, deporte adaptado.

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Se disminuirá personal técnico, administrativo, se acortará apoyo a atletas, se cancelarán concentrados, torneos locales, nacionales, internacionales y giras de preparación.

En la tarea de búsqueda de talento es una materia pendiente en el Ecuador. La mayoría de los atletas de élite llegan casi por casualidad o por afinidad, muy poco por que son detectados en planes y programas. En distintos sectores de la sociedad hay niños y jóvenes que sueñan con practicar de manera formal el deporte que les apasiona, pero se chocan con un gran impedimento como es el tema de costos. Ahora no hay nada gratis. La pregunta surge de inmediato ¿qué pasa con aquellos que tienen habilidad natural, talento o somatotipo para ser un gran velocista, voleibolista, nadador, levantadores de pesas, pelotero, etc., y no tienen cómo costear su ingreso a una escuela deportiva y menos para pagar una mensualidad ni para comprar su implementación, sus uniformes y sus participaciones? Sencillamente se pierden y caerán en pandillas o están propensos a caer en el alcohol o el consumo de droga.

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No hay derecho a tener una juventud que no aprenda a trabajar en equipo, respetar a sus compañeros, rivales y entrenadores, así como aceptar las decisiones de árbitros.

La práctica formal de los deportes es una fragua donde se forjan los distintos caracteres que se fundamentan en el concepto del ‘juego limpio’ del que saldrán ciudadanos probos y ejemplares.

También afectaría a la alta competencia que tendrá un año clave para las aspiraciones de llegar a los Olímpicos de Tokio 2020. Los seleccionados se mantienen firme en su plan de entrenamiento y deberán mejorar sus marcas, tiempos y superar lo actuado en los sudamericanos, mundiales del 2018.

Los XVIII Juegos Panamericanos de Lima, los sudamericanos de playa de Rosario, Argentina y los Primeros Mundiales de Playas de San Diego, California, serán una gran prueba para los deportistas.

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Es la paradoja de nuestro deporte, especialmente en el formativo. La alta competencia tiene otro tratamiento que esperemos se mantenga.

Debemos repetir tantas veces sean necesarias es el modelo estatal que complicó el financiamiento del deporte ecuatoriano. Cuando llegó la era perdida se quitó la fuente que generaban los recursos y que el Estado asumía todos los costos del deporte ecuatoriano.

Remarcamos que fue un error histórico. La euforia por la ley de incentivo tributario que se está reglamentando parece que se perdió en el camino o duerme el sueño eterno y se enfrió el impulso inicial que buscaba generar recursos para ser repartidos entre todos los deportes y desechar esa palabra que tanto daño ha hecho: el de ‘deportes priorizados’ que se viene aplicando por muchos años y del cual no hemos podido salir.

Debe haber alguna forma de hacer entender, cada vez que sea necesario a las autoridades de turno, que al deporte no se le puede quitar sus rentas. Habrá alguien que pueda hacer entender o convencer a los que manejan los temas económicos que el deporte es un sector muy delicado que no admite recortes. ¡Serán muchos los niños y jóvenes que se queden fuera y sin poder acceder a los deportes!

Funcionarios de la Secretaría del Deporte deben estar desojando margaritas. ¿En dónde afectar menos? En el formativo o en la alta competencia. En lo primero es de perfil bajo, no hay titulares ni grandes noticias, pero es una descarga emocional al saber que están contribuyendo al desarrollo de niños y jóvenes, alejándolos de muchas tentaciones y aportando a su desarrollo. Si le restan a la alta competencia, hay posibilidades de no conseguir muchas medallas y esta es una de las formas de aplaudir la acción del Gobierno y disimular los recortes.

Ahora con menos dinero, funcionarios y directivos deben salir a buscar recursos, ser más creativos en promocionar su deporte con la esperanza de conseguir algún apoyo de la empresa privada, que bien pueden ser motivadas con el nuevo reglamento de estímulos que deberá ser bien implementado. (O)