Columnista invitado: Osvaldo Fanjul, periodista de 221 Radio (La Plata)

Mariano Soso es un estudioso del fútbol. En La Plata lo conocimos bastante, porque supo trabajar las divisiones formativas de Estudiantes; entonces él era un chico muy joven.

Es un técnico muy ofensivo y siempre se proclamó un admirador del fútbol de Marcelo Bielsa. Ese es su sello, además.

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Se trata de un entrenador muy meticuloso, muy detallista. Soso no se preocupa solo de la parte táctica, sino de las condiciones físicas de los jugadores. Trabaja mucho con la pelota, con la idea de salir jugando siempre.

En Argentina no tuvo un ciclo exitoso, puesto que intentó implementar una forma de juego muy ofensiva, que tal vez no iba de acuerdo con los jugadores con los que contaba el plantel. Sin refuerzos, debió tomar la decisión de marcharse.

Le da mucha participación al arquero, a quien lo convierte en un jugador de campo más del equipo, puesto que lo hace actuar mucho con los pies y pretende que sea una primera opción de salida. No le gusta que el meta salga jugando en largo.

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Mariano es un técnico hiperactivo: jamás se lo ve en un partido sentado en el banco de relevos. Habla permanentemente desde el borde de la línea de cal. Va de un lado a otro.

Se caracteriza por un ser un entrenador de carácter fuerte. Si bien tiene buen trato con los futbolistas, no le tiembla la mano ante ellos porque además goza de mucha personalidad.

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No teme si debe hacer un cambio en el entretiempo, siempre en función ofensiva; tampoco cuando hace debutar a juveniles si los ve en condiciones. Ya lo ha hecho así. (O)